Putin no teme represalias tras la entrada en prisión de Navalni
El líder de la oposición rusa, Alexei Navalni, pasó ayer el primer día en la prisión preventiva de Matrosskaya Tishina, mientras el Kremlin negó que el presidente, Vladimir Putin, tenga miedo al opositor o a las posibles protestas contra su apresamiento. Navalni fue recluido en solitario en una celda, donde tendrá que estar dos semanas en cuarentena –regla obligatoria para todo aquel que llegue del extranjero debido a la pandemia– antes de acudir a juicio el 2 de febrero. Desde su detención el domingo se han sucedido las demandas para su liberación, pero las autoridades rusas ignoraron la unánime condena occidental con la excusa de que es un “asunto interno” e impusieron al opositor 30 días de arresto administrativo.
Navalni cuenta en su celda con nevera y televisor, y puede encargar alimentos a través de sus familiares o en la tienda de la prisión, según Alexei Melnikov, funcionario del Patronato Social de Presos del Ayuntamiento de Moscú.
El opositor manifestó que “no ha sido objeto de presiones físicas ni morales por parte del personal”. No obstante, sus partidarios temen por su vida, ya que en julio de 2019, mientras cumplía también 30 días de arresto, ya tuvo que ser hospitalizado por una extraña dermatitis. Entonces, presentó una denuncia por supuesto envenenamiento, un año antes de ser atacado con el agente químico Novichok, según él, por orden de Putin.