Granada Hoy

Publican una guía para saber todo sobre la obra de Val del Omar

● La Diputación publica un riguroso análisis de la obra del artista con material inédito, escrito por el catedrátic­o Rafael Rodríguez, donde intenta sacurdirse el sambenito de genio incomprend­ido

- Isabel Vargas GRANADA

Javier Codesal conoció la obra de José Val del Omar cuando el artista era un “enorme desconocid­o” y él un joven estudiante. “La gente de la Escuela de Cine sabía que existía, pero no le hacía mucho caso porque tal vez en aquel momento lo que él ideaba no encajaba con las necesidade­s del final de la dictadura, necesidade­s mucho más políticas y explícitas”, reconoce. Más tarde, Codesal trabajó en un departamen­to de la Filmoteca Española junto al ahora catedrátic­o Rafael Rodríguez Tranche donde se depositó el legado del granadino. “Llegó un sacó con películas suyas. En realidad eran demostraci­ones del Bi-Standard (un sistema economizad­or de película, compatible con las máquinas de proyección contemporá­neas). Un técnico cargó aquello en una moviola y nos contó quién era, pero casi como una anécdota”, recuerda.

El pionero del videoarte en España también coincidió en el bar de la Facultad con un técnico que había participad­o en los rodajes de Val del Omar en la Alhambra. “Lo ponían a caldo porque les obligaba a grabar el sonido de las ranas en directo de la Alhambra. Y claro, la costumbre era utilizar archivo. En todos los estudios de sonido de Madrid había un gran archivo de sonido de ranas y no hacía falta grabar ranas nuevas”, relata el artista para dar cuenta de la particular naturaleza del cineasta. En 1991, la Filmoteca de Andalucía (primero con Begoña Soto como directora y luego con José Luis Chacón) propuso recuperar la producción del creador. El proyecto estuvo capitanead­o por Rodríguez Tranche y Codesal se encargó de reconstrui­r la película Acariño galaico (de barro).

El resultado de esta investigac­ión entre 1991 y 1996 ve la luz ahora en formato libro. La Diputación acaba de publicar Más allá de la pantalla. Vórtice Val del Omar, un riguroso análisis de la obra de Val del Omar escrita por el propio Rodríguez Tranche. El profesor universita­rio trata de “desplazar la figura de Val del Omar, su aureola de autor maldito e incomprend­ido, para concentrar­se en su producción y establecer varias secuencias de lectura que permitan entender la peculiar conjunción entre práctica cinematogr­áfica, ensayo humanístic­o, desarrollo­s técnicos en el campo audiovisua­l y experiment­ación formal”, se lee en las primeras páginas del volumen. En cierto modo, apunta el catedrátic­o, “la personalid­ad de Val del Omar, desbordant­e, y el deseo colectivo de reivindica­r su figura como genio incomprend­ido ha dejado en un segundo término la elicitació­n de su obra”.

El crítico de cine rememora entusiasma­do aquellos años de investigac­ión: “Fue realmente una labor ímproba. Entre todos supimos desvelar el misterio de Val del Omar, realizar una tarea de documentac­ión, catalogaci­ón.

Todo el material escrito se ordenó, se catalogó. Se le dio coherencia como archivo. También hubo una labor de restauraci­ón y preservaci­ón de materiales. Había materiales que estaban en un estado intermedio. Había que copiarlos a soportes actuales. En algunos casos no existían máquinas para poderlos reproducir­los. Tuvimos que buscar las últimas máquinas donde se podía telecinear un Bi-Standard utilizando una técnica similar, el Techniscop­e”.

Entre los logros del proyecto destaca la primera presentaci­ón de trabajos del granadino, en 1993 dentro la II Bienal de la Imagen en movimiento en el Reina Sofía, donde se hizo una especie de cámara Val del Omar con algunos procedimie­ntos y técnicas que el creador había desarrolla­do en su laboratori­o PLAT. En segundo lugar, el estudio técnico de la diafonía a partir de la recuperaci­ón de la banda sonora de Aguaespejo granadino y Fuego en Castilla. “Esto se hizo en un primer momento con la Filmoteca española. Después, la Filmoteca de Andalucía consiguió obtener nuevas copias donde nos aproximába­mos un poco más a la diafonía tal y como la planteaba Val del Omar. Ese resultado se estrenó en la Mostra de Venecia de 1994”, subraya Rodríguez Tranche. En último lugar, la finalizaci­ón de Acariño galaico (de barro) en 1995. “Se pudo ofrecer y presentar una versión cuasidefin­itiva”, hace memoria.

Para Codesal, “el libro va a resultar fundamenta­l”. “Se trata de una obra que no es fácil de ver en toda su amplitud. Con ese aporte tecnológic­o tan particular de Val del Omar. La tecnología de Val del Omar es también poesía. Son instrument­os hechos para producir efectos poéticos. Él no era un tecnólogo puro y duro. Movía los elementos técnicos y los inventaba en función de aquello que estaba intentando representa­r, intentando ver. Eso añade todavía más complejida­d.

Hablamos de patentes, inventos. Además, utiliza una terminolog­ía que poéticamen­te es de un valor enorme que deriva hacia el misticismo, hacia ciertos lugares pantanosos”, señala el prologuist­a del volumen que “pone orden y explica con claridad cuáles son las técnicas, cómo de una técnica deriva a otra, cómo los conceptos poéticos encajan en los proyectos técnicos”, etc.

Entre el material inédito, que se puede ver al final del libro, están los expediente­s administra­tivos de algunas películas de Val del Omar. “Una obra hecha de una manera tan artesanal como Aguaespejo granadino tenía un presupuest­o considerab­le para la época. La cara que debía poner el burócrata de turno cuando se le indicaba en el expediente que el motivo principal de la película es “el surtidor granadino, el duende que baila un seguiriya sin fin”. Se quedaría estupefact­o”, cuenta entre risas. También se puede comprobar el elevado coste de Fuego en Castilla. “Tiene su sentido. Val del Omar estuvo trabajando dos años de manera diaria y constante en el rodaje en los bajos del Museo de Escultura Religiosa de Valladolid”, precisa el profesor. El lector también podrá ver diseños de la óptica biónica, entre otros prototipos; patentes varias y conferenci­as, comunicaci­ones y presentaci­ones dictadas por el creador.

Con este libro, Rodríguez Tranche propone “una cartografí­a de su obra”. “No es tanto un mapa plano como una especie de esfera estrechame­nte interconec­tada”, aclara. El propósito final del volumen, en palabras de su autor, “sería iluminar con una luz o faro al lector para que pueda entender esa parte final de la producción de Val del Omar, esa parte en la que él en sus últimos años se encierra en el PLAT, su laboratori­o, y empieza a ensayar, experiment­ar”. “Parece que no produce nada terminado. Ese trabajo, ese proceso, esa especie de meditación constante sobre el proceso creativo es lo que resulta tremendame­nte original, sugestivo y de un potencial extraordin­ario para entender en perspectiv­a la obra de Val del Omar. Esa etapa final es la que nos está diciendo más ahora de la vanguardia, de la capacidad del creador para seguir siendo moderno, contemporá­neo”, defiende. Un Val del Omar, en definitiva, que trasciende más allá de malditismo­s, idealizaci­ones, etiquetas y mercadeos varios con su obra.

En 1991, la Filmoteca de Andalucía propuso recuperar la obra del cineasta granadino

 ?? G. H. ?? Un retrato del cineasta e inventor José Val del Omar.
G. H. Un retrato del cineasta e inventor José Val del Omar.
 ?? G. H. ?? Portada del volumen.
G. H. Portada del volumen.

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