Ruptura con el pasado más oscuro... y la gloria
Con la salida de la sede de la calle Génova, Pablo Casado trata de romper con el pasado más oscuro de su partido, aún a riesgo de renegar también del recuerdo orgulloso de otras épocas en las que el PP sumaba sucesivas victorias electorales y gobernaba el país y buena parte de sus comunidades y municipios.
No tienenintención de corregir el rumbo ni cambiar sus estrategias, y el domingo su secretario general, Teodoro García Egea, insistía en que el resultado en Cataluña –donde el PP se ha visto claramente sobrepasado por Vox–- no era extrapolable al conjunto del país.
Pero sí tiene repercusión nacional la decisión de salir de un edificio que ha sido el principal escenario de los casos de corrupción que llevaron al PP a perder el Gobierno y a los que ahora el partido atribuye todas sus desgracias.
El propio Casado lo dijo ayer en su discurso del Comité Ejecutivo Nacional: no quieren seguir “en un edificio cuya reforma se está investigando”.
Génova representa todo aque
llo de lo que Casado y los suyos se quieren alejar. El partido busca otro lugar que le cobije y que no se asocie con Bárcenas, ordenadores rotos, sueldos B o históricos dirigentes otrora queridos y ya defenestrados.
Pero Génova es también una historia de éxitos. Los de un partido que al poco tiempo de fundarse se instalaba en esta céntrica calle e iba creciendo y creciendo hasta vivir históricas victorias electorales –entre ellas las dos mayorías absolutas logradas en unas generales– que e le dieron el Gobierno de España y también el poder territorial.
Génova ha sido, para bien y para mal, la casa del PP. Y Casado cree que antes que un hogar es sobre todo un lastre. Ahora tendrá que buscar su sede, donde se reconozca ese nuevo PP que quiere romper con el pasado.