Coronavirus, miedo y sedentarismo
El coronavirus es una enfermedad grave, que como una gran metáfora, quizás una alegoría continuada, ha puesto en forma de pandemia y contra las cuerdas nuestra salud a nivel global. Sin embargo pese a la necesidad de prevención y prudencia, y dentro de otros factores que inciden en la comorbilidad y en las muertes prematuras de personas, como bien sabe la clase médica y cualquiera que piense un poco, detrás de todo ello aparecen factores como el miedo a salir a la calle, algo así como la agorafobia, ahora frente a la prohibida reunión y a juntarse, aparece lo que se ha denominado o así se podría llamar como la coronafobia. Y por no desarrollar muchos factores al respecto, solo diré uno que amenaza como una espada de Damocles nuestra salud en las civilizaciones modernas occidentales, el sedentarismo.
El exceso de peso da por tanto lugar a que muchas enfermedades que son subyacentes, aparezcan con mayor virulencia, en ese poco salir a la calle, en ese poco deporte, … Tales como el colesterol, la diabetes, obesidad, algunos tipos de cáncer, los ictus, … Y por tanto ya no se sabe en algunos casos si el ictus da por el corona, por el sedentarismo o simplemente por un factor que también ha aumentado, la ansiedad y la depresión, y que dispara otros marcadores peligrosos, como el estrés.
La presente carta es para que las autoridades sean de nivel local, regional, nacional, o a quién corresponda, sin descuidar la vigilancia y prevención del coronavirus, promuevan de alguna manera más activa, una mayor actividad física de todos, porque el sedentarismo es el enemigo silencioso que nos vigila.
Nuestros hijos se pasan o nos pasamos (nos meteremos todos), un 76% más de tiempo en el móvil y demás aplicaciones, en vez de salir a la calle, al campo a ver la primavera. Algo debemos estar haciendo mal, porque la gente no sólo se muere de coronavirus, sino de todas esas enfermedades subyacentes que conlleva el sedentarismo. Eduardo M. Ortega