El cese de Monterrubio era cuestión de tiempo
No tenía la confianza del club tras llegada de Rentao Yi y el nombramiento de Patricia Rodríguez
A rey muerto, rey puesto. Eso pasó en junio de 2017 cuando el entonces presidente del Granada, Jiang Lizang, tomó la decisión de prescindir de Sergi Vieta como director general del club y nombrar como sustituto a Antonio Fernández Monterrubio. Casi cuatro años después, el hasta el pasado lunes responsable en la gestión de la entidad ha pasado por el mismo trance que su antecesor.
El cese de Fernández Monterrubio era algo que se veía venir. El primer síntoma fue cuando en la Junta General Extraordinaria celebrada a mediados del pasado mes de septiembre, Jiang Lizhang fue relevado de la presidencia del club y sustituido por Rentao Yi, que como presidente de Wuhan DDMC Football Club Management era el verdadero dueño del Granada CF. Parece ser que en el fondo del cambio podrían estar movimientos económicos poco claros realizados bajo el mandato de Jiang.
Desde la llegada de Rentao Yi, la situación de Fernández Monterrubio no fue la misma, pues la labor del ya exdirector general empezó a estar bajo una lupa, algo comprensible por ser el hombre de confianza de Jiang en el club y por tanto, cooperador necesario en los tejemanejes del anterior presidente. Esto se hizo más evidente aún cuando el pasado 22 de febrero se hizo oficial la incorporación de Patricia Rodríguez, hasta pocas fechas antes directora general del Elche, como nueva miembro del Consejo de Administración del club. El nombramiento era un anuncio del giro que se iba a dar en la dirección de la gestión del Granada, pues Rodríguez llegaba para mandar. Además, así quedaba de manifiesto de cara al público que Fernández Monterrubio ya no gozaba de la confianza de la propiedad.
Desde entonces, el club había intentado llegar a un acuerdo con Antonio Fernández –así, sin su segundo apellido, se nombró de forma fría al ya exdirectivo en el comunicado en el que se anunció su cese–, que tenía contrato en vigor y cuya salida por un simple despido suponía un importante desembolso para el Granada. Finalmente, tras contrastarse ciertos asuntos poco claros de orden económico, se tomó la decisión de hacer efectivo su cese. Ésta es, por tanto, la tercera vez que Fernández Monterrubio sale de un club en medio de críticas a su gestión, tal como ocurrió en sus etapas en el Rayo Vallecano y en el Xerez.
Desde que el capital de la muy comunista China se hizo con la propiedad del Granada CF en 2016, ésta es la tercera vez que hay un cambio en la cúpula gestora de la entidad. Si desde el pasado mes de febrero ya era visible el poder que se le había dado a Patricia Rodríguez, que ejerce de consejera y CEO del club rojiblanco, a partir de ahora lo será aún más. Por delante, el objetivo de mantener al club saneado en lo económico y asentando en la élite el plano deportivo.