La reforma de su apartamento oficial acorrala a Boris Johnson
La Comisión Electoral abre una investigación sobre las obras en el piso de Downing Street
En plena ola de popularidad, gracias en buena parte a la campaña de vacunación, el primer ministro británico, Boris Johnson, se enfrenta de pronto a la sombra de la sospecha tras no aclarar cómo pagó la reforma de su apartamento oficial, que ya es objeto de una investigación.
Hacía meses que no se veía a Johnson tan crispado. El primer ministro compareció ante la Cámara de los Comunes en la sesión de control unos minutos después de que estallase la noticia de que la Comisión Electoral –que supervisa entre otras cosas la financiación de los partidos– ha abierto una investigación formal sobre las obras en su piso de Downing Street.
“Hay motivos razonables para sospechar que pudo haber una o más infracciones” de las reglas, según ese organismo supervisor.
Una “investigación formal determinará si alguna transacción relativa a las obras en el 11 de Downing Street entra dentro del régimen regulado por la Comisión y si se informó de cualquier financiación como es debido”, dijo un portavoz de la agencia.
Hasta ahora, el Partido Conservador se ha negado a despejar si desembolsó el coste de la reforma y se ha limitado a decir que los fondos de la formación “no se están usando” para pagar por el piso, sin especificar si Johnson recibió antes un préstamo no declarado.
Y precisamente por ese flanco insistió ayer en sus ataques el líder de la oposición, el laborista Keir Starmer, ante un primer ministro nervioso y agresivo.
La creciente subida de Johnson en las encuestas ha ido en paralelo al declive de la figura de Starmer, a quien sus propios correligionarios acusan de falta de una línea ideológica clara.
Ante las sospechas abiertas por el caso del apartamento, Starmer percutió con una pregunta recurrente, a la que el premier no quiso o no supo responder: ¿Quién pagó inicialmente la reforma del apartamento? La palabra clave aquí es “inicialmente”, pues Johnson reiteró ayer que él ya ha “cubierto todos los costes” por esas obras.
Pero las dudas razonables acerca del origen de ese pago, que deberá solventar la Comisión Electoral, sirvieron a Starmer para cuestionar su integridad.
“He pagado por la reforma de Downing Street personalmente, y cualquier nueva declaración que tenga que hacer la haré bajo el consejo de Lord Geidt”, nombrado ayer nuevo asesor independiente sobre los intereses de los ministros, dijo Johnson.
Las dudas sobre la reforma del apartamento se dispararon el viernes, cuando el antiguo superasesor de Johnson e ideólogo del Brexit, Dominic Cummings, le acusó de haber buscado en 2020 que “donantes pagasen en secreto” los trabajos y aseguró haberle advertido entonces de que ello sería “probablemente ilegal”.
Este escándalo, que se suma a otras incómodas filtraciones para el primer ministro en los últimos días, como la de que dijo preferir “pilas de cadáveres” a decretar un nuevo confinamiento en octubre, llega a solo ocho días de la celebración de elecciones locales y regionales en el Reino Unido.