Los Reyes entregan a Brines el Cervantes en el “pequeño paraíso” de su casa valenciana
El tradicional acto del 23 de abril en Alcalá de Henares se había suspendido por la débil salud del poeta
Los reyes se desplazaron ayer a Oliva (Valencia) para entregar el Premio Cervantes al poeta Francisco Brines en su finca familiar, Elca, que ha inspirado muchos de sus poemas, al no poderse celebrar la ceremonia el 23 de abril por su delicado estado de salud.
Felipe VI entregó al escritor, de 89 años, la escultura y la medalla acreditativas del premio más importante de las letras hispanas, en reconocimiento a la poesía “intimista y entrañable” de uno de los pocos poetas supervivientes de la Generación de los 50, reconocido también con el Premio Nacional de Literatura, el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, el Internacional de Poesía Federico García Lorca y el Nacional de la Crítica.
“Qué alegría poder venir y sobre todo gracias por acogernos en su casa”, un “pequeño paraíso”, manifestó el rey al escritor en el momento de su encuentro en el patio interior de su vivienda, ubicada en un entorno de huertos frutales y vegetación mediterránea desde la que se divisa el mar, en la que el escritor pasó su infancia y a la que retornó hace veinticinco años.
El poeta regaló a los reyes una edición especial de La iluminada rosa negra, una antología poética con 40 de sus obras, prólogo de Carlos Marzal y 20 serigrafías originales del artista Antonio Martínez Mengual firmadas a mano, una de sus obras más preciadas, que fue además Premio Nacional en 2004 al libro mejor editado.
En la reunión, Brines conversó con los reyes de sus dos grandes pasiones: la poesía y Elca, y destacó el hecho de que los últimos escritores premiados con el galardón hayan sido también poetas, según relataron fuentes de la organización del acto, homenaje a un poeta que defiende que “mientras alguien me lea y se emocione, tendré voz poética”.