Granada Hoy

De jugarse la vida en patera a emprendedo­r: la motivadora historia de Ousman Umar

● El emprendedo­r ghanés creó hace diez años una oenegé en Barcelona para formar a los jóvenes de su región después de sobrevivir al Sáhara, las mafias y cruzar el Estrecho en patera

- Isabel Vargas GRANADA

El destino de Ousman Umar (Fiaso, Ghana, 1988) podría haber sido el de muchos de los migrantes que intentan cruzar el Estrecho en patera cada día: morir ahogado. Umar llegó sano y salvo a Fuertevent­ura. Tenía 17 años. Mucho antes atravesó a pie el desierto del Sáhara, abandonado por la mafia y en compañía de amigos que tuvo que enterrar allí mismo, y sobrevivió al régimen tirano de Gadafi en Libia. Al llegar a Barcelona se cruzó con su ángel de la guardia: Montse. Ella y su marido se convertirí­an meses después en sus tutores legales. De eso han pasado 15 años. Ousman tiene ahora dos carreras, un máster, dos libros publicados y una oenegé llamada NASCO Feeding Minds. Gracias a ella, jóvenes de su región se forman en aulas informátic­as. “He sufrido mucho por la maldad de las personas, pero sigo confiando en que hay bastante bondad en el mundo y muy buena gente. La gente mala hace mucho ruido. Lo negativo vuela solo. Esto es el ejemplo de que hay esperanza”, señala el emprendedo­r, reconocido con el Premio Princesa de Girona 2021, antes de su charla en el Congreso Lo que de verdad importa. Al final de la entrevista acaba declarándo­se culé y amante del fútbol, “un deporte capaz de unir a personas de todo el mundo”.

–¿Cómo lo ha pasado estos meses de pandemia?

–Me sabe mal por la gente que ha sufrido y que ha perdido a familiares. Yo he visto la pandemia como una auténtica oportunida­d. Una oportunida­d para que la sociedad volviera a poner en el centro los valores sociales. ¿Quiénes de nosotros sabía quién era su vecino antes de la pandemia? Prácticame­nte nadie. Nos estábamos deshumaniz­ando. En mi tribu hay un dicho: “La tranquilid­ad del vecino es tu tranquilid­ad”. Si tu hermano no puede dormir tú tampoco dormirás. En Ghana no tenemos ventanas con doble vidrio para aislar el ruido. Es un mensaje de sabiduría sobre la comunidad, la convivenci­a y la solidarida­d.

–El reportero Xavier Aldekoa destaca valores africanos como la gratitud y el valor del tiempo. ¿Qué podemos aprender los europeos de los africanos?

–Los valores más básicos como el respeto, la humildad y la capacidad de compartir. Son valores básicos en todas las regiones. Lo han defendido el catolicism­o, el islam, el budismo. Todas las religiones. Hemos permitido que el sistema los desvirtúe. Lo que más me sorprendió al llegar aquí fue la falta de respeto hacia los ancianos. No podía imaginarlo. Para mí, mi abuelo y mi abuela son las personas más sabias de la comunidad.

–¿Cómo está actuando Europa ante el desafío migratorio?

–Una vergüenza. ¿Cuál ha sido la fábrica más grande de inmigrante­s del mundo en la historia de la humanidad? ¿Cuánto españoles tuvieron que emigrar a otros países durante la Guerra Civil Española? ¿Cuántos alemanes tuvieron que emigrar a la Argentina durante la Segunda Guerra Mundial? ¿Ellos no eran inmigrante­s, verdad? ¿Tan fácil es olvidar y tan difícil abrir los libros de historia? Soy bastante optimista. No creo que Europa vaya camino al suicidio. Espero que se den cuenta antes. Confío en que se llegue a cambiar esto antes de llegar al precipicio. –¿La única solución para que la gente se quede en su país de origen es educarlos?

–El auténtico paraíso está en su casa. Su tribu, su comida, sus amigos, su familia. Que venga aquí para coger tomates en el mar de plástico si es que llega… Ese no es el futuro. El único camino es formarse. Es el más lento pero el más eficaz. La semana pasada llegaron 24 cadáveres y más de 150 personas en patera. Según El País el primer cadáver llegó a la costa española hace 30 años. En algún momento cambiaremo­s la estrategia. La solución no está en el mar. Cuando llegamos al mar la batalla está prácticame­nte perdida.

–Ha sobrevivid­o al Sáhara, a las mafias, a Libia y al mar Mediterrán­eo. ¿A qué le tiene miedo?

–(Ríe). A lo que más miedo le tengo es a las personas deshonesta­s, hipócritas y falsas porque no sé por dónde te van a venir. Me da más miedo esa gente que un arma. Te matan muy lentamente. Te silencian. Eso es lo peor. El mundo no se va destruir por los que tiran bombas sino por lo que se sientan a mirarlo y no hacen nada.

–Estuvo cinco años cruzando fronteras hasta llegar a España. ¿Cuál es el mayor obstáculo al que se ha enfrentado en su vida?

–Hay un refrán en inglés que dice: “From frying pan to fire”. Desde la sartén con aceite caliente al fuego. ¿Cuál es peor? Es un infierno constante. Uno detrás de otro. No te puedes hacer la más mínima idea que quiere decir vivir un único día en el desierto del Sáhara meando para beberlo, enterrando a tus propios amigos. Ser negro en Libia durante la dictadura de Gadafi era un delito. Imagínate un chaval de 13 años allí. Cuatro años tuve que vivir en Libia.

–¿Le han discrimina­do más por ser pobre o por ser negro?

–Hay que entender que el racismo no es nada más que miedo al pobre, miedo al desconocid­o y una profunda ignorancia. La persona ignorante no es consciente de ello. Eso es lo peor. Ahora mismo con esto (señala a su traje) ya no soy el negrito que viene a robar. Con un traje puesto soy Will Smith, un futbolista o el hijo de un magnate. Todos me respetan. Si voy en chándal quien no me conoce se esconde el bolso. Sólo por el hecho de tener la piel oscura automática­mente soy un sinónimo de criminal.

–Esos discursos están en auge en Europa. Vox afirma que los migrantes vienen a quitarles el pan a los españoles y a violar a sus mujeres. ¿Cómo se lucha contra esos discursos que incitan al odio?

–Se lucha con formación e informació­n. Es la única herramient­a para rebatirlos. Proponer el odio y destruir es lo fácil. Lo difícil es construir. Es una vergüenza la cantidad de dinero y esfuerzos que el Gobierno español invierte en educación y desgraciad­amente sigue habiendo personas diciendo barbaridad­es sin la más mínima empatía de reconocer que hace muchos años los MENAS eran tus abuelos, eran europeos. ¿Aún tiene valor para salir en la tele y decir que los migrantes vienen a robar? ¿Quién eres? Si tu abuelo fue inmigrante. ¿Tan ignorante eres? –Usted llegó a España siendo menor. ¿Qué opina del cartel de Vox en el metro de Madrid?

–Cuando llegué a Barcelona, el 24 de febrero de 2005, viví en la calle dos meses. Calculando si cada mes cobrara 4.700 euros... Que me diga Vox donde voy a cobrar los millones que me deben para comprarme un Ferrari y ordenadore­s para escuelas de Ghana. Yo no he visto ningún centavo. Ni en el desierto del Sáhara me sentí tan solo como los dos meses en Barcelona en la calle, comiendo de la basura. Es absurdo mentir descaradam­ente.

–¿Si su yo del futuro le contara a su yo del pasado todo lo que iba a ocurrir, se lo creería?

–Me cuesta creerlo. No pretendo cambiar el mundo, pero el pedacito que me toca este sí que lo puedo cambiar. No hace falta hacer grandes cosas, sólo tu metro cuadrado. Los grandes cambios no vienen de arriba, sino de abajo. En EE.UU. está el ejemplo de Rosa Parks.

Si cada mes cobrara 4.700 euros... Que Vox me diga donde voy a cobrar ese dinero. Yo no he visto ningún centavo”

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REPORTAJE GRÁFICO: ANTONIO L. JUÁREZ / PHOTOGRAPH­ERSSPORTS Ousman Umar (Fiaso, Ghana, 1988), fundador de la NASCO Feeding Minds, posa en el interior del Palacio de Congresos.

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