La hibridación es la clave
EL Stonic, a la venta desde 2017, incorpora abundantes novedades para su relanzamiento. Su abanico de precios va de 13.200 a 21.694 euros.
En diseño este SUV de 4,16 m cuenta, en las versiones Concept y Drive, con nuevos faros, alojamientos para los antiniebla o nuevas llantas, que son de 16”. En los GT Line, que ahora se estrenan, además de más equipamiento o suspensiones más firme, se busca un aspecto más deportivo con el diseño de la parrilla distinta, los antinieblas desplazados a la zona inferior del paragolpes, que es más prominente, y tres entradas de aire frontales. También con molduras inferiores, llantas de 17”, carcasas negras para los retrovisores, una salida doble de escape y paragolpes con difusores.
Además, el GT line incorpora un volante achatado, asientos distintos en su aspecto e interior “carbon lock” y la pantalla central de 8”, rediseñada ahora con botones para los atajos debajo. Da soporte a los sistemas de infoentretenimiento y navegación, con nuevas funciones como un Bluetooth múltiple, reconocimiento de voz activable desde el volante con conectividad Apple CarPlay y Android Auto sin cable. Además, es compatible con el UVO Connect de Kia, lo que permite contar con información del tráfico en tiempo real, meteorología, precios de combustible, aparcamientos...
Los acabados Concept y Drive están disponibles con los tres motores, siempre de gasolina: el 1.2 DPI de 85 CV, sólo con cambio manual de cinco marchas; y los 1.0 T-GDi de 100 y 120 CV, si bien éstos también pueden ligarse al GT Line.
Estos tricilíndricos incorporan la nueva microhibridación de 48 voltios -con ella, la etiqueta Ecoy, de su mano, la caja manual de seis velocidades iMT con embrague pilotado. En el caso de la versión de 120 CV, y como alternativa, una de doble embrague y siete marchas.
En el Stonic 1.0 de 100 CV GT Line que hemos conducido el sistema microhíbrido da pie a conseguir consumos bajos, de lo que da fe que tras 47 km qie recorrimos a buen ritmo el ordenador registró una media de 5,0 l/100 km.
Lo logra, por un lado y en el modo Eco -es uno de los tres disponibles- desconectado motor y cambio cuando se deja de acelerar, de manera que se puede apagar el primero. Sucede hasta los 125 km/h. Se mueve así este SUV por inercia o “a vela” en tanto no aceleremos, pisemos el embrague o movamos la palanca, mientras que la batería de 48 voltios se ocupa de que todas las funciones estén activas.
Es posible que, en algunos casos, se dé una segunda situación, la usual en los modos Normal y Sport: que el motor no se apague cuando se espera. Esto responde, según los técnicos de Kia, a que la batería, que tiene una capacidad de 440 Wh, puede estar necesitando recarga. En ese caso, lo que se consigue es que el motor de arranque, que trabaja como generador también, le aporte electricidad.
Lo que sí ocurre en los Normal y Sport es que parece estar más activa la aportación de empuje adicional del motor de arranquegenerador, ligado por una correa al 1.0. En el Sport, además, se modifica también la asistencia de la dirección o la respuesta al acelerador. También del cambio si es el automático.