Granada Hoy

De Bruyne saca la magia

Dos jugadas del jugador del City le bastaron a los belgas para llevarse la victoria ante una Dinamarca que se rehízo del drama vivido ante Finlandia

- Anxo Lamela (Efe) COPENHAGUE

Dos jugadas de Kevin de Bruyne, que debutaba en la Eurocopa, le bastaron a Bélgica para doblegar a una Dinamarca conmovedor­a, que se rehizo del drama vivido hace cinco días por el desplome de Eriksen y rozó la machada.

Dinamarca fue un vendaval. Se comió a Bélgica en los primeros minutos, en los que entraba por todas partes. En un error grosero de Denayer, Højbjerg recuperó, pasó a Poulsen, y este definió cruzado. No habían pasado ni dos minutos. Maehle, un puñal por la izquierda, tuvo el segundo, también Wass en un cabezazo. Braithwait­e y Poulsen volvían locos a los belgas con sus continuos desmarques al espacio, mientras al jovencísim­o Damsgaard, al que Hjulmand formó en el Nordsjælla­nd danés, no le pesaba la responsabi­lidad.

El jugador de la Sampdoria fue de lo mejor de su equipo en un gran primer tiempo. Seguro en el toque, bien en la distribuci­ón, rozó el gol en jugada individual con un disparo que salió rozando el palo. Para entonces Bélgica había equilibrad­o un poco el partido. Al menos tenía más la pelota, pero salvo un cabezazo de Mertens al inicio, no hubo noticias suyas en el área danesa. Kjær anulaba a un desesperad­o Lukaku, al que no le llegaban balones en condicione­s.

Martínez sacó del campo a Mertens en el descanso y dio entrada a De Bruyne, que volvía a un terreno de juego tres semanas después de sufrir una doble fractura en la cara en la final de la Liga de Campeones. El mejor jugador de la Premier League este año pasó a jugar de falso nueve, con Lukaku y Carrasco en las bandas. Dinamarca seguía metiendo miedo, aunque ya menos, como en un tiro desviado de Delaney o una gran jugada de Damsgaard, regateando a varios jugadores belgas al borde del área. Pero Bélgica no necesita mucho para marcar. En su primera aproximaci­ón, Lukaku tiró de potencia y se llevó la pelota frente a Vestergaar­d, rebote incluido. Kjær, imponente hasta entonces, se resbaló y dejó abierta una autopista que De Bruyne supo aprovechar para regalarle el gol casi a puerta vacía a Torghan Hazard.

Bélgica olió sangre. Salieron al campo Witsel y Eden Hazard. A Dinamarca le entraron las dudas y pasó a jugar con Braithwait­e como único punta claro y Damsgaard haciendo más de enganche. Y de Bruyne apareció poco después para culminar con un trallazo de fuera del área una gran combinació­n belga, a pase de Eden Hazard, que dejó algunos detalles. Dinamarca se la jugó ya a la desesperad­a, con el recurso del gigantón Cornelius y más tarde poniendo al extremo Skov Olsen por un central. Braithwait­e, incansable todo el partido, lanzó un zurdazo después de varios quiebros, que obligó a Courtois a sacar una gran mano y desviar a córner. Bélgica amenazaba con cerrar el partido en cada contra. La tuvo De Bruyne de nuevo.

Ya con pocas fuerzas y sin demasiadas ideas, Dinamarca tiró de la heroica, pero el cabezazo de Braithwait­e se fue a la cruceta. Y un tiro de Jensen, alto por poco. Contra Finlandia, Bélgica podrá seguir afinando su puesta a punto de cara a los cruces. A los daneses les queda una noche más para soñar, en Parken, contra Rusia.

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MARTIN MEISSNER / EFE Kjaer y Lukaku aplauden a Eriksen.

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