Rodríguez Moya regresa a su tierra para honrar a los muertos de Nicaragua
● El realizador granadino presentó ayer su documental sobre lo ocurrido en el país americano, que se proyectará a finales de mes en la Plaza de las Culturas
En agosto de 2018 Nicaragua se encontraba sumida en una crisis política y social que no se recordaba desde el siglo pasado, cuando el Frente Sandinista se enfrentó a la dictadura de la dinastía Somocista, que gobernaba el país americano con mano de hierro desde los años 30 del pasado siglo. Aquel movimiento –con carácter marxista-leninista e inspirado entre otros por el FLN de Argelia y la Revolución Cubana del Che Guevara– llegó a ganar las primeras elecciones democráticas (1984) y se mantuvo en el poder hasta principios de 1990. Pero, como diría Marx, la historia se repite y en la segunda década del siglo XXI el país se encontraba de nuevo bajo un régimen considerado como una dictadura de facto. ¿Al frente? Daniel Ortega, líder del Frente Sandinista.
Para tratar de dar respuesta a cómo el partido otrora liberador ahora es opresor, el periodista granadino y doctor universitario Daniel Rodríguez Moya, especializado en la Revolución Sandinista (su tesis, con la que obtuvo la calificación de sobresaliente cum laude, está dedicada a las implicaciones culturales y educativas de la Revolución Sandinista). El realizador se inflitró en los movimientos de resistencia a Ortega, una misión complicada dada la cacería destinada por el presidente contra todo movimiento contrario al poder, que dio como resultado es Nicaragua, patria libre para vivir, que podrá verse a finales de mes en la Plaza de las Culturas. La proyección fue presentada ayer por el propio director, junto a la periodista nicaragüense, Marling Balmaceda y el director de CajaGranada Fundación, Fernando Bueno.
El grueso del metraje fue filmado en 2018, cuando apenas habían pasado cuatro meses desde que arrancó la insurrección popular que dejó cientos de muertos, desaparecidos y presos políticos.
Con el objetivo de ofrecer un retrato lo más fidedigno posible, Rodríguez Moya ofrece en su documental una “historia coral”, como se lee en la nota de prensa, en la que se ref leja el papel de la Iglesia (Ernesto Cardena poeta y sacerdote, también ministro de Cultura en los primeros años de la revolución, fallecido en 2020), las feministas y el colectivo LGBT, el rol de las clases más humildes como el campesinado (con la presencia de la lideresa campesina Francisca Ramírez), el protagonismo de los estudiantes (con el testimonio del líder estudiantil Lesther Alemán) o la construcción de nuevos liderazgos se van desgranando a lo largo del documental, siempre con la amenaza permanente de ser interceptados por las fuerzas represivas del régimen.
Lo más interesante de Nicaragua, patria libre para vivir son los paralelismos que establece algunos paralelos históricos entre una y otra lucha, mostrando las importantes similitudes entre ambos procesos históricos pero también incicdiendo las importantes diferencias, especialmente la renuncia de esta nueva insurrección a la lucha armada y la apuesta por la vía pacífica y la lucha cívica, un cambio que queda patente en la transformación de la vieja consigna de la revolución sandinista Patria libre o morir en la esperanzadora Patria libre para vivir.
La relación de Rodríguez Moya con el país latinoamericano va más allá de este documental. Así, queda pantente en su labor como realizador en trabajos como el documental Me gustan los poemas y me gusta la vida, acerca de los talleres de poesía de Ernesto Cardenal y Claribel Alegría en Nicaragua en un hospital para niños con cáncer, con el que fue finalista en el Al Jazeera International Documentary Film Festival de 2015. También es autor del documental Brigadistas (2016), acerca de los voluntarios españoles que alfabetizaron en Nicaragua en 1980.