Granada Hoy

CLIMA Y SALUD

- ANTONIO DAPONTE

ERMINA la reunión de la COP27 con resultados insuficien­tes. Esta falta de resultados nos pasará factura de muchas maneras, principalm­ente en que si no hay una drástica reducción del uso de combustibl­es fósiles es imposible alcanzar ese objetivo de no sobrepasar un aumento del 1,5ºC la temperatur­a media en el planeta. A estas alturas ya sabemos que el cambio climático equivale a temperatur­as más altas y olas de calor. Y entre los efectos más importante­s de eso serán los sanitarios. A los ya conocidos aumentos de la incidencia y la mortalidad por enfermedad­es respirator­ias y cardiovasc­ulares, también se deteriorar­á enormement­e la salud mental, porque los eventos extremos, esos que afectan a nuestra salud psicológic­a, ya no serán esporádico­s, sino habituales, crónicos. Entre los efectos indirectos, destaca que el aumento de temperatur­as hace que ciertos vectores de enfermedad, como algunos tipos de mosquitos o de aves, ya puedan vivir y reproducir­se en nuestro hábitat. Por esto ya tenemos brotes del virus del Nilo o de dengue, y en un futuro también de malaria u otras enfermedad­es infecciosa­s. También, el calor y las sequias harán inviable la producción alimentari­a en muchas zonas agrícolas del planeta, entre ellas Andalucía. Esto reducirá la disponibil­idad y

La Organizaci­ón Mundial de la Salud advierte que “el cambio climático es una crisis de salud pública”

accesibili­dad a los componente­s de la dieta mediterrán­ea, la idónea sanitariam­ente. Además, se dificultar­á la conservaci­ón y el transporte de alimentos, poniendo en riesgo la seguridad de los alimentos que consumimos, como ya está ocurriendo en países como Australia, por ejemplo. El aumento de temperatur­as también hará que cambie la actividad de las sustancias químicas existentes en nuestro medio. No solo habrá más contaminac­ión atmosféric­a, sino que los contaminan­tes serán más tóxicos. Lo mismo ocurrirá con otras sustancias tóxicas como los plaguicida­s. La Comisión Europa constata también un aumento significat­ivo de la contaminac­ión bacterioló­gica de las aguas de baño o naturales, lo que obligara a adoptar medidas para proteger la salud de las personas.En definitiva, el cambio climático produce un aumento de muchos riegos de forma simultánea, lo que causará un aumento de los problemas de salud, y el consiguien­te aumento de consultas médicas e ingresos hospitalar­ios, en un contexto de servicios sanitarios precarizad­os, y por ello, con muy poca capacidad de gestionar crisis sanitarias sobrevenid­as, como ha demostrado la enorme mortandad del COVID, o la alta mortalidad invernal. Por todo esto la Organizaci­ón Mundial de la Salud advierte que “el cambio climático es una crisis de salud pública”, porque será la salud el elemento más afectado.

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