CLIMA Y SALUD
ERMINA la reunión de la COP27 con resultados insuficientes. Esta falta de resultados nos pasará factura de muchas maneras, principalmente en que si no hay una drástica reducción del uso de combustibles fósiles es imposible alcanzar ese objetivo de no sobrepasar un aumento del 1,5ºC la temperatura media en el planeta. A estas alturas ya sabemos que el cambio climático equivale a temperaturas más altas y olas de calor. Y entre los efectos más importantes de eso serán los sanitarios. A los ya conocidos aumentos de la incidencia y la mortalidad por enfermedades respiratorias y cardiovasculares, también se deteriorará enormemente la salud mental, porque los eventos extremos, esos que afectan a nuestra salud psicológica, ya no serán esporádicos, sino habituales, crónicos. Entre los efectos indirectos, destaca que el aumento de temperaturas hace que ciertos vectores de enfermedad, como algunos tipos de mosquitos o de aves, ya puedan vivir y reproducirse en nuestro hábitat. Por esto ya tenemos brotes del virus del Nilo o de dengue, y en un futuro también de malaria u otras enfermedades infecciosas. También, el calor y las sequias harán inviable la producción alimentaria en muchas zonas agrícolas del planeta, entre ellas Andalucía. Esto reducirá la disponibilidad y
La Organización Mundial de la Salud advierte que “el cambio climático es una crisis de salud pública”
accesibilidad a los componentes de la dieta mediterránea, la idónea sanitariamente. Además, se dificultará la conservación y el transporte de alimentos, poniendo en riesgo la seguridad de los alimentos que consumimos, como ya está ocurriendo en países como Australia, por ejemplo. El aumento de temperaturas también hará que cambie la actividad de las sustancias químicas existentes en nuestro medio. No solo habrá más contaminación atmosférica, sino que los contaminantes serán más tóxicos. Lo mismo ocurrirá con otras sustancias tóxicas como los plaguicidas. La Comisión Europa constata también un aumento significativo de la contaminación bacteriológica de las aguas de baño o naturales, lo que obligara a adoptar medidas para proteger la salud de las personas.En definitiva, el cambio climático produce un aumento de muchos riegos de forma simultánea, lo que causará un aumento de los problemas de salud, y el consiguiente aumento de consultas médicas e ingresos hospitalarios, en un contexto de servicios sanitarios precarizados, y por ello, con muy poca capacidad de gestionar crisis sanitarias sobrevenidas, como ha demostrado la enorme mortandad del COVID, o la alta mortalidad invernal. Por todo esto la Organización Mundial de la Salud advierte que “el cambio climático es una crisis de salud pública”, porque será la salud el elemento más afectado.