España vuelve a la primera línea de la exploración espacial
● Pablo Álvarez y Sara García integran la nueva promoción de astronautas de la ESA
España vuelve a la primera línea de la carrera espacial con el anuncio ayer de que tendrá un nuevo astronauta de carrera, Pablo Álvarez, mientras que Sara García será miembro del grupo de reserva, dentro de la nueva promoción de la Agencia Espacial Europea (ESA), que presentó a su nueva promoción de astronautas, la primera en 12 años, formada por cinco titulares y doce reservistas. De los 17, casi la mitad, ocho, son mujeres.
Álvarez, un ingeniero aeroespacial de 34 años que trabaja en Airbus y anteriormente en la ESA, y García, una biotecnóloga de 33 que realiza investigación oncológica, señalaron su enorme felicidad por haber sido elegidos entre más de 22.500 aspirantes de 25 países europeos. “Todavía no puedo acabar de creerme que esté aquí”, confesó él, mientras que ella aseguró estar “muy feliz” porque seguirá trabajando como investigadora y puede participar en posibles misiones que requieran su experiencia científica.
Ambos, nacidos en León, detallaron el duro y largo proceso de selección que se ha extendido durante año y medio, especialmente un test de once horas de duración, que fue la primera prueba. “Y aquí estamos después de 18 meses de pelearlo”, resumió García.
Elegir entre tantos aspirantes y decidir luego quién era titular y quién reserva ha sido “duro”, admitió el director general de la ESA, Josef Aschbacher, quien destacó que todos son “astronautas capaces, pero no hay vuelos para todos”.
Pablo Álvarez, que confiesa que el último astronauta español, Pedro Duque, fue un héroe de niñez, reconoce que ve una posible misión a la Luna como un “sueño”.
A pesar de su formación aeroespacial y su trabajo en Airbus y la propia ESA, reconoció que no se había planteado en serio intentar ser astronauta. “Se te pasa por la cabeza, pero no es una carrera realista. Hay muy pocos afortunados”.
Sara García destacó la importancia de seguir carreras científicas y ahora confiesa que la posibilidad de hacer experimentos en condiciones de microgravedad “es una de las cosas que me atrajo de la posibilidad de ser astronauta”. No obstante, hasta que surgió la convocatoria, no se lo había planteado.