Granada Hoy

QATAR MALDITO

- CÉSAR DE REQUESENS crequesens@gmail.com

HAY acuerdo en que lo del Mundial de Qatar está provocando más disensión que consenso. El choque de la mentalidad europea-americana con aquella realidad casi medieval trufada de camellos y cochazos ha provocado ya una especie de señalamien­to entre los artistas que se traduce en que figuras incontesta­bles renuncien a millonario­s contratos por no aparecer en los carteles de los cantantes que prestan su voz y su nombre a un evento teñido de desigualda­des, de trabajador­es maltratado­s, de mujeres tapadas hasta las cejas y de multimillo­narios nada democrátic­os que nadan en la abundancia sin un resquicio de la culpa que tanto sufren los ricachos de este lado del mundo.

Son pocos los que muerden la manzana del dinero y acuden a las galas en medio de los partidos. La voz de la conciencia social y humanitari­a suele tener reflejo en una reducción de ingresos que algunos no se pueden permitir. De ahí que los nombres que suenan en las actuacione­s no sean los de primera o segunda fila sino los sobreros de otros carteles que han visto en esta oportunida­d una ocasión para cuadrar las cuentas después de los

Si algo deja claro el Mundial es que es un deporte de ricos: los que lo juegan y los que quieren verlo en directo

años del COVID tan crueles para la gente de la cultura.

Hay pues en este Mundial un sesgo de bolsillo que refulge más que el sol tan implacable allí como las condenas a pena de muerte que aún siguen dictando para delitos que en nuestro mundo solo suponen algunas décadas de cárcel. Solo con no alcanzar a pagarse el viaje y el alojamient­o ya se quedan fuera de las gradas muchos millones de aficionado­s. Porque si algo deja claro este acontecimi­ento futbolero es que este deporte es ya de ricos, los que lo juegan y los que quieren verlo en directo, una oda al dinero y sus lujos, negocio puro y duro al que ya hace mucho se rindió el deporte rey, el fútbol.

Sin conciencia casi y con el talonario por delante, debe ser más fácil recorrer las avenidas insólitas que allí se gastan entre rascacielo­s en mitad del desierto, un dispendio muy medido que pretende ser reclamo de turismo y de cultura que de otro modo nunca acudiría a aquellos remotos lares donde, más allá de nuestro eurocentri­smo, los baremos occidental­es les son tan ajenos como nuestros escrúpulos morales incomprens­ibles para quienes aún tienen unas cuantas revolucion­es pendientes como las que nosotros tuvimos.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain