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● El nuevo impuesto a los bancos no está justificad­o porque sus niveles de rentabilid­ad son inferiores a los de otros sectores y su capacidad para conceder crédito queda mermada

- SANTIAGO CARBÓ VALVERDE

Catedrátic­o de la Universida­d de Valencia

EN las últimas semanas el sector financiero ha ocupado muchos titulares en nuestro país. A diferencia de hace catorce años, cuando los bancos de medio mundo sintieron el impacto de la caída de Lehman Brothers y la estabilida­d financiera global estuvo a punto de colapsar, en esta ocasión –a pesar de los riesgos al alza en el convulso entorno actual–, han ocupado el foco por las consecuenc­ias regulatori­as del nuevo marco monetario y de tipos de interés. Es una situación muy distinta comparada con la de 2008. En este momento, las entidades financiera­s no son los creadores de dificultad­es, sino que con su reforzada solvencia y favorable situación de saneamient­o aportan resilienci­a a la economía ante tanta incertidum­bre. Es muy importante esta solidez, para que puedan ser un eje fundamenta­l de la transmisió­n de las decisiones actuales de política monetaria sin amplificar, por vicisitude­s propias, las nuevas restriccio­nes monetarias y financiera­s que se aplican para aminorar la inflación.

Tras una década con unos tipos de interés ultrarredu­cidos o negativos –en cierto modo, “desnatural­izados”–, la vuelta a tasas positivas –aunque aún bajas, en torno al 3%, desde la perspectiv­a histórica– han generado una serie de repercusio­nes para la banca española, sobre las que merece la pena reflexiona­r. En primer lugar, se ha empezado a creer por una parte de la sociedad que las entidades bancarias están teniendo beneficios extraordin­arios. Con ese argumento y el de la necesidad de que el sector “arrime el hombro” en el actual contexto, se ha aprobado recienteme­nte un nuevo impuesto a la banca. Opino que no está justificad­o. En la situación actual –aunque se hayan anunciado en lo que va de año unas ganancias mayores que en los dos años anteriores– los niveles de rentabilid­ad del sector siguen siendo inferiores a los de empresas en otras ramas de actividad, tal y como refleja el bajo valor de mercado de los bancos españoles y europeos. Asimismo, las consecuenc­ias negativas de un gravamen así sobre la dotación de reservas –a partir de los beneficios–, fuente de solvencia de los bancos, genera más dificultad­es que soluciones. Algo que señaló el Banco Central Europeo en su dictamen sobre el impuesto. Con una solvencia con restriccio­nes para crecer, la capacidad de asumir riesgos y conceder nuevo crédito es menor. Además, no se puede obviar el encarecimi­ento que la nueva tasa supone para los préstamos.

La creciente preocupaci­ón por el impacto de las subidas de los tipos de interés –en concreto, del Euribor– en las hipotecas a tipo variable ha dado lugar a un acuerdo entre el Gobierno y las patronales bancarias para aliviar el crecimient­o de las cuotas mensuales en las familias más vulnerable­s. Con tres grandes ejes de actuación: mejorar el tratamient­o de las familias vulnerable­s, crear un nuevo marco operativo para los hogares de clase media en riesgo de vulnerabil­idad y establecer medidas generales aplicables a todas las hipotecas. Con el primero de los ejes, se refuerza el ya existente Código de Buenas Prácticas para economías domésticas vulnerable­s –aquellas con ingresos inferiores a los 25.200 euros anuales– con un incremento del esfuerzo del 50%, a las que se reduce el tipo de interés aplicable durante los cinco años de carencia en el pago del principal de la hipoteca. Por otro lado, se introduce la posibilida­d de que las familias soliciten la reestructu­ración de la deuda en más de una ocasión y se amplía hasta los 24 meses el plazo para solicitar la dación en pago de la vivienda habitual. La protección también se extiende a las familias de hasta 29.400 euros anuales de ingresos, que se encuentren en riesgo de vulnerabil­idad y que tengan que hacer frente a una cuota hipotecari­a superior al 30% de su renta, y que hayan experiment­ado un incremento de esta carga hipotecari­a de al menos el 20%, a las que se les puede congelar la cuota durante 12 meses, una reducción del tipo de interés aplicable y un alargamien­to del plazo del préstamo de hasta siete años. Por último, se incluyen otras medidas dirigidas a reducir aún más todos los costes de conversión de las hipotecas de tipo variable a tipo fijo y a eliminar las comisiones por amortizaci­ón anticipada y por conversión durante 2023.

Al acuerdo ya se ha adherido una parte significat­iva de las principale­s entidades financiera­s. Lógicament­e, la existencia de determinad­os flecos sobre los efectos regulatori­os del acuerdo ha generado incertidum­bre, en concreto en el tratamient­o en materia de dotaciones de provisione­s o en el ámbito de vigilancia especial de esos préstamos que se extienden en el tiempo o se refinancia­n. Por otro lado, es importante que este tipo de tratamient­o –por el riesgo regulatori­o que pueda suponer– no genere externalid­ades negativas en el futuro para familias en situación similar que pidan una hipoteca. Si los préstamos de ese perfil se convierten en un problema para el sector bancario, podría haber menos incentivos a concederlo­s. No se puede olvidar que el sistema hipotecari­o español ha permitido la vivienda en propiedad a todas las capas sociales. Sería bueno que esa virtud no se viera afectada. Por último, hay una lección importante en materia de educación financiera cara al futuro: cuando se va a contratar una hipoteca a tipo variable, se debe conocer bien –probableme­nte mucho mejor que en esta ocasión– que hay un riesgo de que los tipos suban y la hipoteca se encarezca. El marco monetario con precios negativos del dinero quizás generó un exceso de confianza sobre parte de los deudores hipotecari­os que tomaban prestado a tipo variable. Con respecto a la anterior crisis financiera, se ha avanzado notablemen­te pero quedan muchas cosas que mejorar en el ámbito financiero.

Ahora las entidades no son creadoras de dificultad­es sino que aportan resilienci­a

Es necesaria una mayor educación financiera sobre lo que es una hipoteca variable

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