El abuelo de Manzanilla murió de una hipoglucemia con su nieto en el vehículo
● El informe de la autopsia descarta una muerte voluntaria y apunta a causas naturales
Antonio Blanco, el abuelo de la localidad onubense de Manzanilla que falleció en el interior de su vehículo con su nieto Daniel dentro del mismo, murió como consecuencia de una hipoglucemia. Así lo confirmó el informe preliminar de la autopsia que se dio a conocer ayer. “Hubo una concatenación de causalidades que al final llevaron a su muerte. Quizá por su cabeza pasara o no la idea del suicidio, pero finalmente fue la adversidad del tiempo al caer la noche la que provocó que él se desorientara, se quedara el coche en mitad del campo y sufriera una hipoglucemia que acabaría con su vida”, apuntó el alcalde de la localidad, Cristóbal Carrillo.
La tarde que Antonio y Daniel desaparecieron, el hombre acudió a su médico porque “tenía un dolor en el pie”. Después de la consulta, ambos iban a ir a La Palma pero no llegaron a hacerlo. Su desaparición fue notificada a las 19:15. Según relató el alcalde, la voz de alarma la dio la mujer de Antonio y abuela del niño, que tras no localizarlos, llamó al Ayuntamiento para pedir ayuda.
A partir de ahí comenzó una interminable labor de búsqueda en la que participaron el alcalde, varios miembros de la corporación municipal y dos vigilantes del Consistorio alrededor del término municipal “al completo”, recorriendo además las tres fincas donde trabajó hace tiempo el hombre, una de ellas en Villamanrique.
Juan Camacho, teniente de alcalde, fue la última persona que llamó al abuelo desaparecido. Asegura que Antonio descolgó el teléfono alrededor de las 3 de la madrugada del jueves, pero no habló ni dijo nada. “Se mantuvo un silencio que duró unos dos segundos hasta que se perdió el contacto telefónico”.
Ayer, su pueblo de adopción le dedicó el último adiós en la Iglesia de Nuestra Señora de la Purificación de Manzanilla. Los restos de Antonio fueron trasladados posteriormente al Tanatorio del Atlántico en Huelva, donde ha sido incinerado.
Quienes le conocieron aseguran que era un buen hombre. “Trabajaba en una finca de Villarrasa y se le veía poco por el pueblo. Pero era buena persona y quería mucho a su nieto”, cuenta un vecino. En los bares de la zona tampoco se habla de otra cosa. El trágico suceso de Antonio y su
El fallecido pudo sufrir un desvanecimiento provocado por una bajada súbita de azúcar