¿CUÁLES SON LOS CÁLCULOS DE SÁNCHEZ?
EDRO Sánchez está del todo decidido a finalizar 2022 con la supresión del delito de sedición y la reforma del de malversación. Si lo primero ya había sido deglutido por la opinión pública y parece que sin un gran desgaste para el Ejecutivo, la reducción de penas por malversación cuando no exista enriquecimiento ha levantado una ola de rechazo general, del que ya han dado cuenta algunos alcaldes socialistas y los presidentes autonómicos de Castilla-La Mancha y Aragón. Todavía queda por conocer cómo quedará modificado el Código Penal, porque por ahora sólo conocemos las propuestas de enmiendas de algunos partidos, pero es obvio que lo que busca Pedro Sánchez es aliviar los juicios pendientes contra líderes independentistas. Se trata de una concesión a ERC, una más, a las puertas de las elecciones del 28 de mayo.
¿Por qué lo hace? Incluso sin Presupuestos, Pedro Sánchez podría agotar toda la legislatura, no se trata de mantenerse en el poder, porque eso lo tiene asegurado hasta 2023.
Lo que se intuye de estas decisiones del presidente del Gobierno es que está dispuesto a arriesgarlo todo para conseguir desinflamar Cataluña, evitar que no haya más lazos amarillos en solidaridad con otros dirigentes que entren en prisión y recoger un rédito electoral que seguro tendrá en esa comunidad. El movimiento es de lo más temerario porque, si hay efectos colaterales de la reforma en modo de beneficios para otros penados en casos de corrupción, la estrategia habrá sido un desastre.
La lección que ha dejado la ley del sólo sí es sí es que eso puede suceder. La reducción de penas para medio centenar de condenados por delitos sexuales es un escándalo que sólo se resolverá con una reforma del texto legal. La ministra de Igualdad, Irene Montero, lo tendrá que aceptar.
Prueba del carácter empecinado de Pedro Sánchez es la otra enmienda que el PSOE ha introducido para obligar al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) a nombrar a dos magistrados en el Tribunal Constitucional. Esto es necesario para que, a su vez, entren los otros dos elegidos por el Gobierno, de lo que resultaría una mayoría progresista en el Constitucional. La mayoría conservadora del CGPJ se viene resistiendo en lo que es un caso de obstaculización que se parece al filibusterismo, pero a Sánchez le excitan estas situaciones, le va el riesgo, no se va a ir sin conseguirlo. Feijóo le dio un portazo, y respondió con el nombre de Juan Carlos Campo.
El final de 2022 es una puerta grande o enfermería, una situación que nadie sabe aún dónde finalizará.
Sánchez ya no necesitaba a ERC para gobernar hasta 2023, esto es una concesión al independentismo, pero hay más