Granada Hoy

Icaza, autor del ‘Dale limosna, mujer’ vuelve con honores a la ciudad

● El Ayuntamien­to de la capital hace entrega a los descendien­tes del poeta del nombramien­to a título póstumo de Hijo Adoptivo

- Susana Vallejo

Granada cumplió ayer una deuda con el autor del verso más internacio­nal relacionad­o con la ciudad, el Dale limosna, mujer / que no hay en la vida nada / como la pena de ser /ciego en Granada. Esta frase se la dijo Francisco de Icaza a su mujer Beatriz en Granada cuando un ciego se les acercó a pedir limosna y se convirtió después en un poema que ocupa espacio en la ciudad, en los hogares granadinos y en el recuerdo de sus habitantes y también de los turistas.

Icaza no tenía reconocimi­ento oficial de la ciudad por este hecho salvo la placa que se colocó en los muros de la Alhambra, concretame­nte en el jardín de los Adarves, al pie de la Torre de la Vela, en 1957 cuando Gallego Burín era director general de Bellas Artes. Pero la comisión de Honores aprobó recienteme­nte la distinción a Francisco de Icaza como Hijo Adoptivo de Granada, distinción que le fue entregada ayer en un acto oficial en el Salón de Plenos del Ayuntamien­to a sus descendien­tes. Un emotivo acto que sirvió también para la reunión en Granada de todos los descendien­tes de Icaza. De hecho, es la primera vez que se reúnen todos y es en Granada.

Nietos, bisnietos, tataraniet­os y sobrinos acudieron al acto, entre ellos Sonsoles y Carlos de Icaza o Íñigo Méndez de Vigo, ex ministro del Gobierno de España y nieto también de Icaza.

En su discurso tras recibir el nombramien­to, Carlos de Icaza recordó al “personaje singular” que fue su abuelo. “En 1957 la escritora Carmen de Icaza, nuestra tía, agradeció en la Alhambra la iniciativa de colocar en sus muros los versos de un poeta y diplomátic­o mexicano. Nuestra tía dijo que sabía que su padre, si hubiera podido elegir el lugar donde su gran corazón hubiera podido florecer, hubiera elegido este rincón, esta eterna tierra de Granada, entre fuentes y cipreses. Y hoy, a casi cien años de la muerte, cabe agradecer en nombre de la familia al alcalde y autoridade­s la decisión por unanimidad de este homenaje que hoy sustrae del olvido a un poeta cuyos versos le han sobrevivid­o”.

REGRESO A LA CIUDAD QUE TANTO QUISO

“Hoy Granada lo recuerda y adopta como hijo. El poeta vuelve a vivir entre nosotros en esta tierra que tanto quiso, lo que nos llena de alegría”, dijo Carlos de Icaza, tras glosar algunos de los reconocimi­ento recibidos por su abuelo, como el Premio Nacional de Literatura, la orden de Carlos III y la Gran Cruz de Isabel la Católica. “Ahora los Icazas presentes, además de raíces vizcaínas tenemos las granadinas”.

Icaza vino por primera vez a Granada en 1890 y “tal fue el impacto de esa primera visita que lo llevó a escribir entonces un poema en 20 estrofas bajo el título Leyenda del beso”. Después volvió en su viaje de bodas con Beatriz de león, hija y nieta de una estirpe de oficiales de caballería maestrante­s de Granada. “Entonces, según mi tía, un ciego se acercó y él dijo esa frase. Hoy nos reunimos varios de nietos, bisnietos y tataraniet­os, descendien­tes de dos hemisferio­s, que nos encontramo­s con los parientes de Vizcaya en un encuentro muy emotivo”.

Además, tres tataraniet­as entregaron al alcalde un ramo de rosas siguiendo el mandato de la letra de Agustín Lara “Granada, Manola cantada en coplas preciosas, no tengo otra cosa que darte que un ramo de rosas”.

Sonsoles, su nieta, recordó para Granada Hoy su etapa en Granada, donde vivió un tiempo con su madre Sonsoles: “Lo que más recuerdo es una heladería de la calle principal. Un día me comí siete helados seguidos”, cuenta. Ella también estuvo presente, siendo niña, en el momento en el que se puso la placa en la Alhambra. Y aunque después se fue siguió visitando Granada para eventos como los festivales, aunque reconoce que llevaba tiempo sin venir. Ahora, curiosamen­te, su visita coincide con la exposición en la Alhambra sobre Henry Clarke y la moda de España, a la que cedió un vestido de Balenciaga suyo, una bata de cola roja, que luce en la exposición y de la que enseña una foto en su móvil con ella puesta.

El alcalde de Granada, Paco Cuenca, cerró el acto de homenaje agradecien­do esos “versos de amor”, que son un auténtico “piropo” a la ciudad. “Don Francisco se enamoró de esta ciudad a través de la imagen que le evocaba esta ilustre e inspirador­a ciudad. Hay un escritor granadino, José Luis Delgado, que dio que nuestra ciudad muestra con orgullo la canción del también mexicano Agustín Lara, los Cuentos de la Alhambra de Washington Irving y los versos de Icaza”. “Es un honor que la familia esté aquí. Sus versos son patrimonio y legado de la ciudad”, dijo.

 ?? JESÚS JIMÉNEZ / PHOTOGRAPH­ERSSPORTS ?? Sonsoles y Carlos, nietos de Icaza, reciben el diploma de manos del alcalde de Granada.
JESÚS JIMÉNEZ / PHOTOGRAPH­ERSSPORTS Sonsoles y Carlos, nietos de Icaza, reciben el diploma de manos del alcalde de Granada.

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