LA LISTA MÁS VOTADA
QUEDE meridianamente claro que de unas elecciones sólo podemos determinar con el escrutinio el número de sufragios obtenidos por los partidos que concurren a los comicios. Que cuando nos referimos a lo plausible y acertado del gobierno de la lista más votada, lo hacemos desde la legitimación moral, que no jurídica. El gobierno de la lista más votada no está previsto en nuestra ley electoral. Si la lista no alcanza una mayoría suficiente, debe buscar los apoyos directos (compartiendo gobierno) o indirectos (permitiendo gobierno) que faciliten la investidura. Esta realidad jurídica es incuestionable.
Pero hay otra realidad que debe importar, quizá más aún y que ya apuntaba: la legitimidad moral. A nadie escapa que el ciudadano, después de este cuatrienio de gobierno nacional, ha terminado harto del engendro sociopodemita. Un gobierno es un gobierno, y que gobiernen dos con perfiles tan distintos y con ataques tan frontales, resulta insostenible para una democracia tan joven y una realidad económica tan dañada. A mi juicio, ha sido una de las mayores erosiones inferidas a la credibilidad de nuestra democracia, de las instituciones básicas de nuestro estado y del sistema de derechos y libertades. ¿Pacto legal? Por supuesto. Pero indefectiblemente antinatura para el conjunto de la ciudadanía.
En las elecciones municipales de 2023 nos va mucho. Más de lo que muchos creen. Por ello me gustaría proponer a los candidatos a la Alcaldía de Granada se pronuncien públicamente: si se comprometen a respetar el Gobierno de la lista más votada. Si serán capaces de desterrar para mi ciudad el penoso ejemplo del Gobierno de España. Lo solicito a todos: a Francisco Puentedura, a Elisa Cabrerizo, a Beatriz Sánchez Agustino, a Concha Insúa, a Marifrán Carazo, a Paco Cuenca… si respetarán y propiciarán el Gobierno de la lista más votada. Creo es un derecho elemental del ciudadano en unas elecciones: saber mi voto dónde llega y qué puede facilitar.
Que nuestros candidatos ejerzan de granadinos responsables, que sepamos lo que autorizamos al depositar la papeleta. Tener la certeza de qué podemos propiciar en cada caso. Para mí es tanto como apelar a la responsabilidad del buen gobernante, a la de quien respeta la voluntad del ciudadano hasta sus últimas consecuencias. ¿Que pueden pactar? Por supuesto. Nadie lo duda. Yo tampoco. Sólo le pido que lo digan. Que lo sepa el ciudadano antes de votar.
Es justo. Es democrático. Es leal. Fortalece nuestras instituciones. No me leerán, seguro, pero si lo hacen, si oyen al ciudadano, digan públicamente si respetarán el gobierno de la lista más votada. Los ciudadanos lo agradecerán. Yo entre ellos.
El ciudadano debería saber antes de votar con quién están dispuestos a pactar los candidatos a la Alcaldía