Los contrastes del Lunes Santo, según Granada
● El fervor de los granadinos se plasma en una jornada en la que procesionan algunas de las devociones más arraigadas de la ciudad
LOS granadinos viven con auténtico fervor y pasión cada Lunes Santo, uno de los días más populares de la Semana Santa granadina. La Catedral acoge a cinco cofradías, que realizan Estación de Penitencia en la jornada de hoy. El Zaidín, el Realejo, el Centro y el Albayzín se unen en un día, que engloba la devoción de muchos granadinos.
En la intimidad del Convento, las Monjas Comendadoras aguardan la llegada de la Oración en el Huerto de los Olivos. El júbilo reina en el barrio del Zaidín, ante el fervor de los zaidineros a la Virgen de la Luz. En el cauce del Río Darro resuena el eco de los varales del palio de la Virgen de los Dolores, que regresa a la Iglesia de San Pedro y San Pablo. El Rescate recorre las calles del barrio de la Magdalena recibiendo imponentes lluvias de pétalos, muestra de la devoción popular de los granadinos. El Stmo. Cristo de San Agustín es el broche de oro, de una jornada cimentada en los orígenes de la Semana Mayor.
LA ORACIÓN DEL REALEJO
El Realejo vuelve a inundar las calles de Granada el Lunes Santo, con el extenso cortejo de la Hermandad del Huerto. A los sones de la Banda de Cornetas y Tambores de Jesús Despojado, el misterio de la Oración en el Huerto de los Olivos recorrerá las principales calles del barrio. La salida de la Cofradía desde el Monasterio de las Comendadoras de Santiago es uno de los mayores reclamos de esta jornada para los cofrades granadinos. Tradicionalmente, los pasos se detienen ante una de las puertas laterales del Monasterio. Las Comendadoras de Santiago despiden cada Lunes Santo a la Hermandad cantando plegarias a las devociones que custodian durante todo el año en la clausura del Convento.
El elegante palio de la Virgen de la Amargura es acompañado por la Asociación Musical San Isidro de Armilla. El clasicismo reina en uno de los palios que rebosa mayor personalidad de Granada. Coronado por un exquisito remate en orfebrería, se presenta el anagrama de maría cincelado en plata sobre una celosía, que homenajea a las Monjas Comendadoras, que mantienen una fuerte vinculación con la Hermandad.
El regreso por la calle Santiago es uno de los enclaves más destacados, en el que no cesan las saetas y las lluvias de pétalos para recibir en el barrio a una de las grandes dolorosas de la Semana Santa.
LUZ EN EL ZAIDÍN
La pasión desborda el barrio del Zaidín, en la salida de una de las
Cofradías más reconocidas de la Semana Santa. La cuadrilla de costaleras del Stmo. Cristo del Trabajo se afana en cada chicotá, despertando el más profundo fervor zaidinero. Los granadinos se funden en el canto de la salve, a los sones de la marcha Encarnación Coronada. La salida de la Virgen de la Luz marca el comienzo de la Semana Santa en el barrio del Zaidín.
Un amplio cuerpo de mantillas antecede a una de los palios que más fervor aglutinan en toda la Semana Santa granadina. Las horas y el largo recorrido no son impedimento para los zaidineros, que acompañan a sus Titulares hasta altas horas de la madrugada. A los sones de la Agrupación Musical de Ntra. Sra. de las Angustias de Alcalá la Real, el Cristo del Trabajo cruza el Puente Romano de regreso a su sede canónica.
La entrada en el Templo emociona a los cofrades, que reciben a la Virgen de la Luz con vítores y aplausos, que resuenan en el silencio de la madrugada. La Banda de Música Felipe Moreno de Cúllar Vega interpreta marchas procesionales, que ahondan en el imaginario colectivo de los más cofrades.
LA DOLOROSA, DEL RÍO DARRO
Un mar de nazarenos blancos toma las calles del bajo Albayzín cada Lunes Santo. El original palio de la Virgen de los Dolores aporta personalidad a la Semana Santa granadina. A los sones de la banda que lleva su nombre, el paso de palio avanza por la Carrera del Darro, bajo el marco incomparable de la Alhambra.
La llegada de la Cofradía a la Santa Iglesia Catedral es el momento más emotivo de la salida procesional. La interpretación de la marcha La Madrugá marca la cadencia de los hermanos costaleros, que imprimen valor y coraje para portar a la Virgen de los Dolores por la elevada rampa. Al culminar la marcha procesional, la Hermandad entra en la Catedral granadina, despertando la emoción de los cofrades que se agolpan en las inmediaciones catedralicias.
El río Darro forma parte de la banda sonora del regreso de la Hermandad. Las voces de espontáneos saeteros se alzan en el silencio de la noche, a la llegada del paso de palio al atrio de la Iglesia de San Pedro y San Pablo. La dolorosa que tallara Aurelio López Azaustre cautiva, un año más, a los granadinos.
LOS CLAVELES ROJOS DEL RESCATE
La ciudad de Granada profesa una honda devoción a Ntro. Padre Jesús del Rescate. La tradición popular marca que los claveles que conforman el gran calvario rojo que se levanta a sus pies son ofrendados por los granadinos, los días previos a la Semana Santa.
La Iglesia de la Magdalena acoge durante todo el año a cofrades, que mantienen un rato de oración ante el “Señor de Granada”. Un título popular que refleja el sentir del pueblo granadino, que no entendería la Semana Santa sin la presencia del Señor del Rescate en sus calles.
La banda de la Corporación interpreta marchas con una profunda raíz litúrgica. La salida y la entrada de la Cofradía son los momentos más señalados del cortejo procesional, en su discurrir por la calles de Granada. El regreso de la Hermandad por el entorno del Jardín Botánico es uno de los reclamos de los granadinos cada Lunes Santo.
LA PLEGARIA DEL SAGRADO PROTECTOR
Las campanas del Convento del Santo Ángel Custodio tañen en toque de difuntos para recibir en las calles al Sagrado Protector de la Ciudad. El Stmo. Cristo de San Agustín acoge bajo su cruz a los granadinos, que guardan silencio a su paso por la calle San Antón. Una cofradía austera, que marca un punto de inflexión en la jornada. Ceñidos en fajas de esparto, los penitentes portan pesadas cruces tras el paso del Santo Crucifijo, que despierta un gran fervor en la ciudad desde hace siglos.
La Sacra Conversación entre María Magdalena, San Juan y la Virgen de la Consolación es cobijada en un original palio, acompañado musicalmente por una coral. Las interpretaciones litúrgicas imprimen carácter a la Hermandad, que clama por la oración.
El regreso por la calle San Antón es una de las maravillas de la Semana Santa de Granada. El tradicional apagado del alumbrado público contribuye a crear un ambiente penitencial, que sobrecoge a los cofrades granadinos. El Santísimo Cristo regresa al Convento con gran austeridad y sobriedad.