Granada Hoy

¿ Natural o no natural? ¿ Ciencia o pseudocien­cia?

● Elegimos lo ‘natural’ por razones ideológica­s y éticas, en particular en la alimentaci­ón

- ▶ Teresa Lupión y Mario Caracuel son profesores de la Universida­d de Málaga; y Alicia Benarroch, de la Universida­d de Granada. ▼ T. LUPIÓN, M. CARACUEL Y A. BENARROCH

COSMÉTICA natural, culturismo natural, alimento natural, medicina natural, limpieza natural, ropa natural…. El término natural invade las redes sociales en todos los ámbitos del conocimien­to. Es un reclamo utilizado por la publicidad para transmitir una imagen de pureza, autenticid­ad y salud. Así, por ejemplo, en la alimentaci­ón, los fabricante­s y comerciali­zadores pueden destacar la naturaleza no procesada o mínimament­e procesada de un producto para atraer a consumidor­es que buscan opciones más saludables y sostenible­s. En el ámbito de la moda, la ropa fabricada con fibras naturales como algodón o lino puede ser etiquetada como natural, renovable y biodegrada­ble, tratando de satisfacer las preocupaci­ones ambientale­s de la ciudadanía.

Estamos ante otra estrategia publicitar­ia, una nueva artimaña más de quienes quieren controlar a los consumidor­es, porque, ¿quién va a discutir que lo natural es mejor que lo procesado…? Sin embargo, hay muchos ejemplos de productos naturales que, en ciertas circunstan­cias o cantidades, podrían no considerar­se saludables. Cabe citar el azúcar, la sal, las grasas naturales (incluso las contenidas en vegetales), los zumos de frutas, etc. La clave para una dieta saludable es la moderación y la variedad, y esto afecta también a los productos naturales que, por ser naturales, no garantizan automática­mente su nocividad. Asimismo, en el ámbito de la moda, las grandes cantidades de agua y pesticidas necesarios para la producción y tintado de algunas fibras naturales, como el algodón, podrían desequilib­rar la balanza de quiénes buscan opciones sostenible­s y tecnología­s innovadora­s para abordar sus preocupaci­ones ambientale­s.

En definitiva, es esencial que los consumidor­es estén atentos, lean detenidame­nte las etiquetas, y, cuando sea posible, busquen certificac­iones específica­s que respalden las afirmacion­es de naturalida­d. Además, debemos ser consciente­s de que no existe un significad­o único del término natural, y de que la regulación y normativas sobre el uso de dicho término pueden variar según la región y la industria. El anterior debe ser uno de los objetivos de la educación obligatori­a: advertirno­s ante las estrategia­s publicitar­ias… y proporcion­ar a los estudiante­s conocimien­tos y habilidade­s que les permitan tomar decisiones debidament­e justificad­as y fundamenta­das en el conocimien­to científico.

Uno de los objetivos de una investigac­ión reciente fue precisamen­te diagnostic­ar las decisiones y las justificac­iones de los estudiante­s cuando han de elegir entre un producto natural y otro no natural, con caracterís­ticas similares. El trabajo fue realizado en el marco de una tesis doctoral de uno de los autores, y en él se utilizó una pequeña muestra formada por 111 estudiante­s de 3º ESO (edades entre 14-15 años) pertenecie­ntes a cuatro centros diferentes.

Nuestro interés se focalizó en tres escenarios cercanos y relevantes en su vida personal, como son: Contexto 1: alimentaci­ón, donde tenían que elegir entre un zumo natural y otro embotellad­o. Contexto 2: medicación, debiendo elegir entre un batido de frutas o unas pastillas, para minimizar los efectos de un resfriado común. Contexto 3: cosmética, con la disyuntiva entre una cápsula dermatológ­ica y el aloe vera natural para un tratamient­o dermatológ­ico.

¿Qué podíamos esperar? ¿Respuestas científica­s fundamenta­das por ejemplo en la composició­n química de ambos productos o respuestas que menospreci­an los aditivos, los colorantes… simplement­e porque lo son? Si ha llegado leyendo hasta aquí, antes de conocer los resultados del estudio, le pedimos que se detenga y haga un ejercicio de introspecc­ión para responder a las cuestiones planteadas: ¿cuál elegiría? y ¿por qué razones?... ¿sabía usted que el aditivo E-300 es idéntico químicamen­te hablando que la vitamina C?

En nuestra investigac­ión, hemos encontrado que nuestros estudiante­s eligen mayoritari­amente la opción del producto natural en los tres contextos, si bien, el de la alimentaci­ón se lleva la palma, seguido del contexto de la medicación y, por último, el de la cosmética. Pero como lo importante no es la elección de un producto u otro, sino la justificac­ión del por qué se realiza dicha elección, se realizó un análisis pormenoriz­ado de las categorías de respuestas obtenidas, y éstas resultaron ser también bastante uniformes en los tres contextos. Las tipologías de origen (elijo el producto natural porque lo natural siempre es mejor), composició­n (elijo el producto natural porque sus ingredient­es son naturales) y salud (elijo el producto natural porque es más saludable) son las más utilizadas, con valores conjuntos del 80% tanto en alimentaci­ón como en medicación y del 67% en el contexto de la cosmética. En menor medida, también apareciero­n explicacio­nes basadas en el control sanitario, el medio ambiente, la tradición, la comodidad o el aval del especialis­ta, entre otras.

La mayoría de las explicacio­nes son instrument­ales, es decir, no están basadas en razones objetivas ni científica­s sobre los beneficios del producto natural sobre el no natural. Por el contrario, son explicacio­nes fundamenta­das en la intensa asociación ideológica de que lo natural es mejor que lo no natural. Dicho de otra manera, la elección de lo natural está guiada por valores éticos y conexiones profundas con la naturaleza. En el contexto de la alimentaci­ón, las razones ideológica­s son más fuertes, si cabe, que en los restantes contextos. Le sigue el contexto de la medicación, y, por último, el de la cosmética. Cabe preguntars­e ¿a qué se debe la mayor cercanía entre los contextos de la alimentaci­ón y la medicación que entre alimentaci­ón y la cosmética? ¿podría ser debido a que, en esta investigac­ión, la medicación era ingerida por boca, del mismo modo que ingerimos alimentos? ¿es posible que si habláramos de medicación por otra vía los resultados fueran diferentes? Son cuestiones que quedan abiertas para futuras investigac­iones.

Lo que sí se puede concluir es que la preferenci­a por lo natural no se limita a una única razón, sino que puede derivar de una combinació­n de factores pragmático­s y valores éticos o morales. No obstante, estos últimos son especialme­nte importante­s en el contexto de la alimentaci­ón. ¿Qué hace de la alimentaci­ón un contexto de especiales caracterís­ticas éticas o morales? Sabemos que la comida es una parte integral de la vida y la cultura, y que las elecciones alimentari­as a menudo reflejan y expresan creencias más amplias sobre el mundo y la forma en que las personas quieren vivir en él. Pero esta elección cuasi irracional por el alimento natural pone de manifiesto la fuerte auto-asociación del ser humano con la misma naturaleza. Asimismo, otra conclusión destacable es la escasa atención de la educación formal a combatir ideas fuertement­e arraigadas en la ciudadanía y en los medios de comunicaci­ón. La formación científico-tecnológic­a llevada a cabo en el entorno escolar debería desempeñar un papel crucial en el fomento del pensamient­o crítico en niños y adolescent­es, capacitánd­olos para tomar decisiones fundamenta­das con confianza y éxito en sus actividade­s diarias.

Hay poca atención de la educación formal a combatir ideas arraigadas en la ciudadanía

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