Granada Hoy

Porque la procesión va por dentro: el ‘quid’ de la Semana Santa

● Junto con las manifestac­iones de piedad popular, las celebracio­nes principale­s son aquellas que tienen en el interior de las iglesias: el triduo pascual entre el Jueves Santo y el Sábado Santo

- D. García Trigueros

EN circunstan­cias normales y no como las que han venido marcando la actualidad cofrade durante la primera mitad de la Semana Santa, a lo largo de estos días en las calles de Granada se hubiera representa­do y escenifica­do, desde principio a fin, la Pasión, Muerte y Resurrecci­ón de Cristo. Ese es uno de los sentidos más primarios y elementale­s que tienen las cofradías: enseñar, divulgar y compartir con todo el público cómo fueron los últimos momentos de la vida de Jesús. Todo a la vez que se da testimonio de su propia fe y el sentido trascedent­e que tiene ya no sólo ‘sacar los santos a la calle’ –como diría el padre Enrique Iniesta– sino expresar lo que uno siente y vive en su interior.

Un sentido y un valor que reconoce, precisamen­te, el sacerdote David Salcedo: “El centro de la Semana Santa es celebrar nuestra fe. Y el motivo de nuestra fe no podemos desvincula­rlo de las calles. Igual que no podemos desvincula­rlo y dividirlo lo que celebramos dentro de los templos. No podemos celebrar el misterio de la fe y vaciar las iglesias de contenido; lo que se celebra dentro es lo que debemos proyectar a nivel externo y público. Si el Domingo de Ramos no pudo salir la Santa Cena, el centro de ese mismo misterio fue el que celebramos ayer, Jueves Santo. Si hoy, Viernes Santo, procesiona­n los crucificad­os, debemos también celebrar ese misterio y vivirlo con sentido en los Oficios, ya sea en la Catedral o en cualquiera de nuestras parroquias”.

La Iglesia reconoce, precisamen­te, el valor que tienen las cofradías para la transmisió­n de la fe. Así, al menos, se recoge en el Directorio de piedad popular: “En muchos lugares, la preparació­n y ejecución de la representa­ción de la Pasión de Cristo está encomendad­a a cofradías, cuyos miembros han asumido determinad­os compromiso­s de vida cristiana”. Sin embargo, advierte de la importanci­a de no desvirtuar el principio que debe mover a las cofradías a sacar los pasos a la calle: “Es muy deseable que las representa­ciones sagradas de la Pasión del Señor no se alejen de este estilo de expresión sincera y gratuita de piedad, para convertirs­e en manifestac­iones folclórica­s, que atraen

David Salcedo

Sacerdote

Se trata de celebrar nuestra fe. Y el motivo de nuestra fe no podemos desvincula­rlo de las calles”

no tanto el espíritu religioso cuanto el interés de los turistas”.

¿QUÉ ES EL TRIDUO PASCUAL?

Jueves, Viernes y Sábado Santos la Iglesia celebra el triduo pascual: una única celebració­n que se proyecta en tres jornadas diferentes y con un mismo sentido. David Salcedo lo explica de forma sencilla: “Celebramos el motivo por el cual nuestros pasos salen a calle: dar testimonio de fe de que Cristo sufre, muere y resucita. Ayer, vivíamos la institució­n del misterio de la eucaristía, la promesa de que Jesús está con nosotros hasta el find el mundo. Hoy, viernes, se consuma el sacrificio de la cruz: la muerte y todo aquello que, como humanos nos esclaviza... el sufrimient­o, la enfermedad, el pecado. Y el sábado, en la

Noche Santa, como los primeros cristianos, el f lorecimien­to de la Pascua, de los sacramento­s y de la vida de la Iglesia”.

Tres celebracio­nes en una que se viven de puertas hacia adentro. En la noche del Miércoles Santo, tras haber suspendido la estación de penitencia su Hermandad del Rosario, este presbítero reflexiona­ba sobre las largas colas que había para entrar a Santo Domingo: “Me sorprendía cómo la gente esperaba en fila durante casi una hora para ver a nuestros titulares pero, en cambio, la celebració­n de los oficios, suele estar vacía. Si la gente se animara a vivir realmente el triduo pascual se sorprender­ía. Es totalmente compatible: yo mismo concelebré en la Catedral, junto a don José María el Jueves Santo y luego fui hasta San Miguel para acompañar a la Hermandad de la Aurora. Eso te ayuda a vivir la Semana Santa de una manera mucho más plena y completa. Debemos aprender a descubrir esa riqueza”.

LOS ‘MONUMENTOS’

Como parte de esa vivencia más interior y de veneración del sentido litúrgico de la Semana Santa, son muchas las personas que no sólo acuden a la celebració­n de los oficios, sino que participan de esa piadosa tradición de acudir hasta los templos, en la noche del Jueves Santo y durante la mañana del Viernes Santo para disfrutar de los ‘monumentos’: los espacios de reserva en los que, retiradas las últimas formas sagradas que se consagran en la misa de la institució­n de la eucaristía, se guardan hasta la celebració­n de la Pasión.

Una tradición, cuenta la Iglesia, que recuerda el momento en el que los fieles acudieron a venerar a Jesús después del descendimi­ento de la cruz y ser sepultado en la tumba, donde permaneció en torno a cuarenta horas antes de resucitar.

En Granada, muchos de esos monumentos guardan una estrecha relación con la vida de las hermandade­s y cofradías. En Santo Domingo, por ejemplo, el manifestad­or del imponente retablo de la Virgen del Rosario se aprovecha como espacio de reserva del Santísimo Sacramento. En el Ángel Custodio, por ejemplo, el monumento se erige con elementos que forman parte de los pasos de la Hermandad del Cristo de San Agustín: el pelícano del frontal, los ángeles que custodian al Santo Cristo o las flores que adornan el paso de palio de la Virgen de la Consolació­n.

 ?? JOSÉ VELASCO / PHOTOHRAPH­ERSSPORTS ?? Rezo del arzobispo de Granada junto con miembros del Cabildo de la Catedral ante Jesús Cautivo.
JOSÉ VELASCO / PHOTOHRAPH­ERSSPORTS Rezo del arzobispo de Granada junto con miembros del Cabildo de la Catedral ante Jesús Cautivo.

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