Expulsan del Ejército a un militar que abusó de dos niñas en Sevilla
Era sargento en la base de Torrejón y realizó tocamientos a las hijas de sus propios primos
El Tribunal Supremo ha convertido en definitiva la expulsión del Ejército de un militar sevillano que fue condenado a cuatro años de cárcel por abusar de dos hijas de sus propios primos, ambas menores de edad. El acusado, que era sargento primero del Ejército del
Aire y del Espacio y trabajaba desde 2016 en la base aérea de Torrejón (Madrid), fue separado del servicio por el Ministerio de Defensa y el Alto Tribunal no sólo ratifica esa sanción, sino que se expresa con especial dureza contra el suboficial. Le reprocha haber protagonizado “unas conductas abominables y detestables” y le espeta que “no puede seguir formando parte de las Fuerzas Armadas por la indignidad y el descrédito” que les ha causado.
El sargento fue condenado el 14 de enero de 2020 por el Juzgado de lo Penal número 12 de Sevilla. Ese fallo fue confirmado el 22 de junio de 2021 por la Sección Séptima de la Audiencia. La pena fue de cuatro años de cárcel (dos por cada uno de los dos delitos de abusos sexuales a menores que cometió), la prohibición de acercarse y comunicarse con las menores durante cuatro años y la obligación de participar en programas de educación sexual.
El primer abuso ocurrió en septiembre de 2014. Después de una excursión a Isla Mágica con sus primos, el sargento pasó la noche en la casa de un familiar y “le tocó compartir cama” con una de sus sobrinas segundas. La niña tenía 13 años. “Con la excusa de hacerle cosquillas”, comenzó a acariciarle los hombros y “sin su consentimiento descendió hasta sus glúteos”, según relataba la sentencia. También metió la mano debajo de su ropa interior y llegó a tocarle sus genitales. La víctima, “sorprendida y asustada”, se marchó a otra cama.
El segundo abuso sucedió poco después, el 12 de octubre de 2014, tras la boda de un familiar. En el autobús de vuelta se sentó al lado de la hija de otro primo, esta de 15 años, y “aprovechando que la joven llevaba un vestido que dejaba sus piernas al descubierto” le puso la mano encima de la rodilla y, de nuevo sin su permiso, comenzó a subir hasta la zona íntima. La menor le quitó la mano cuando ya alcanzaba la ingle y se puso un abrigo sobre sus piernas “para que el encausado cesara en su comportamiento”.
La denuncia por estos hechos se produjo casi dos años después. Las jóvenes decidieron contarlo al observar que el acusado “podía estar f lirteando con otra menor en otra reunión familiar”.
Hasta aquí, la vía penal. La administrativa, que es la relativa a su despido, empezó con una resolución firmada el 25 de julio de 2023 por la ministra de Defensa, Margarita Robles, que le impuso la sanción de separación del servicio como autor de una falta muy grave, de acuerdo con el artículo 8.14 de la Ley Orgánica de Régimen Disciplinario de las Fuerzas Armadas. Este precepto castiga a quien haya sido condenado a pena de prisión “en aplicación de leyes distintas al Código Penal Militar” por un delito que “afecte al servicio, a la imagen pública de las Fuerzas Armadas o a la dignidad militar”.