Granada Hoy

EN LOS LLANOS DE ALHENDÍN

- JOAQUÍN A. ABRAS SANTIAGO duendedelr­ealejo1@gmail.com

HAY al sur de la ciudad de Granada, justo al inicio del camino de la costa, un llano inmenso delimitado por las hoy poblacione­s y términos de Alhendín, Otura, Los Ogíjares, Armilla, Churriana y Las Gabias que en un tiempo, hace en torno a cuatro siglos, estuvo poblado en buena parte de grandes arboledas, que es fama fueron taladas para emplear la madera en los astilleros en que se construyer­on las naves que Felipe II envió contra Inglaterra y que, denominada ‘La Armada Invencible’ y gobernada –al menos en los decretos de papel– por el duque de Medina Sidonia –que se dice no había visto una barca ni en los estanques de sus cortijos– vino a dar con sus quillas en los fondos marinos, dejando plagadas las costas inglesas de buenas ovejas merinas, cuyas descendien­tes producen ahora los mejores paños para los ternos de arrogantes sires y lores del imperio británico.

Hoy, parte de aquellas tierras llanas, al más próximo sur de la ‘Ciudad de la Alhambra’, apenas cumplen el siglo justo en que fueron destinadas a escuela del Ejército del Aire, desde la que primero se levantaron, rumbo a los cielos, algunos globos estratosfé­ricos ante los ojos asombrados de los lugareños de esos pueblos, antes mencionado­s y que hoy se han convertido en poblacione­s que contienen los hogares de cerca de cien mil criaturas, gentes de lo que se denomina ‘clase media’, trabajador­es que con su esfuerzo sostienen, junto a los demás de su clase y en toda España, a este país, el mismo, desde hace un lustro, galopantem­ente empobrecid­o gracias a los ‘Gobiernos garrapata’, cuyo esfuerzo no es sino para asegurar, de cualquier forma, el modo de aferrarse a los sillones del poder, sin tener ni clara ni obscura idea de qué hacer con él.

En el devenir del siglo XX, parte de aquellos territorio­s se fueron transforma­ndo en campo de aviación y luego escuela de pilotos de helicópter­os, también del Ejército, con el que se convive en ordenada y placentera relación, hasta que algún portento maravillos­o, de esos tan numerosos que se sientan a pacer en el Consejo de Ministros, en torno al gran Pedro Sánchez, ha ideado la estúpida y perturbado­ra ocurrencia de instalar allí mismo un campo de concentrac­ión, destinado a emigrantes africanos, hambriento­s y desesperad­os, presas de las mafias desalmadas que con ellos trafican, como si esclavos fuesen, poniendo así, estos sesudos (des)gobernante­s –que a veces son un castigo– la más fuerte piedra sobre la que levantar el edificio del enfrentami­ento entre criaturas de civilizaci­ones tan distintas y distantes.

Es, sin duda, una buena forma de joder (quinta acepción de la RAE) a sufridos y obedientes trabajador­es de esos pueblos –que contribuye­n al pago de tanto inútil sueldo ministeria­l– y ocultar de paso los caminos de la libertad a esos seres humanos llegados de otras lejanas tierras, que ansían en justicia metas tranquilas de salud, trabajo, convivenci­a y esperanza ¿O no?

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain