Granada Hoy

2017: El año en el que los granadinos, después de muchos retrasos, pudimos subirnos al Metro

● En julio salta el llamado ‘caso de Juana Rivas’, la mujer de Maracena que es acusada y condenada por un delito de sustracció­n de menores ● El Granada baja de nuevo a Segunda División y se celebra en Sierra Nevada el Campeonato Mundial de Snowboard

- ANDRÉS CÁRDENAS

COMENZÓ el año 2017 con un temporal de nieve que dejó varias carreteras incomunica­das. Una ola de frío siberiano recorrió la provincia y dejó nieve en muchos pueblos. Los termómetro­s llegaron a registrar los 15 grados bajo cero en la parte norte de la provincia. Pero bueno, solo fueron unos días, luego todo fue sobre ruedas, mejor dicho, sobre raíles.

La verdad es que muchos no confiaban en el proyecto y creían que pasaría como al tranvía de Jaén, que había dejado de operar después de haber funcionado durante unos meses porque no era rentable. Pero no, el Metro de Granada sí iba a tener éxito. Con el tiempo se demostrarí­a. Fue el 21 de septiembre de 2017 cuando se puso en marcha. Los granadinos iban a retomar este método de transporte que tanta nostalgia provocaba a los que habían sido alguna vez usuarios de aquellos tranvías que atravesaba­n la ciudad a mediados del siglo pasado. El caso es que después de diez años de obras, casi seisciento­s millones de inversión y muchos retrasos, el Metro de Granada transportó viajeros por primera vez ese día en el que comenzaba el otoño. Los contratiem­pos marcaron el ritmo de las obras, que se prolongaro­n hasta 2016, cuando finalmente se conectaron los casi 16 kilómetros de vía. Las actuacione­s en Camino de Ronda, que conllevaro­n el levantamie­nto completo del suelo a lo largo de la avenida, se llegaron a alargar durante más de siete años. Dicha situación provocó una importante caída del comercio en la zona, impulsando el cierre de un importante número de negocios. Esto se unió a múltiples problemas de financiaci­ón asociados a un aumento de los costes previstos, lo que provocó la paralizaci­ón de las obras durante la mayor parte del año 2011. También la aparición de restos arqueológi­cos correspond­ientes a una naumaquia almohade del siglo XIII durante la construcci­ón de la Estación Alcázar Genil, obligó a replantear el proyecto de la estación para integrar dichos restos en su arquitectu­ra. La situación no se desbloqueó hasta febrero de 2012, cuando la Junta de Andalucía suscribió una línea de crédito de 130 millones de euros con el Banco Europeo de Inversione­s con el fin de que se pudiesen retomar las obras lo antes posible.

Un tercer y grave problema se dio cuando se llegó a la Estación de Ferrocarri­l de Granada. Al ser los terrenos de la estación propiedad de Adif, se requería de la autorizaci­ón del ente estatal para que las maquinaria­s del Metro de Granada pudiesen entrar a ejecutar las obras. Dicha autorizaci­ón, a pesar de que ya se había pactado cuando se definió el proyecto, se dilató durante meses, lo cual provocó acusacione­s cruzadas entre el gobierno andaluz y el central por la responsabi­lidad de los retrasos. Así que ni siquiera hubo inauguraci­ón oficial: nadie quería hacerse la foto, por si le llovían las piedras y las quejas. Según los datos que manejaba por entonces la Junta, iban a viajar un promedio de 25.000 pasajeros diaarios, algo que se cummplió y que hizo que se diisiparan los temores. s. Ahora casi nadie duda a de su eficacia. Tal es así, í, que se ha iniciado la a ampliación.

EL CASO DE JUANA RIVAS

Aunque ese año la per- sona que más salió en n los periódicos fue Jua- na Rivas, una mujer r nacida en Benalúa de e las Villas que había a mantenido una relación sentimenta­l con un italiano llamado Francesco Arcuri y con el que había tenido dos hijos. Durante todo el año 2017 en el que surgió el llamado ‘Caso Juana Rivas’, no hubo día en que la prensa no se hiciera eco de las noticias que generaban el desacuerdo de ambos con respecto a, una vez separados, quien se hacía cargo de los menores, sin duda las grandes víctimas de esa madeja de acusacione­s y reproches mutuos en los que incurriero­n sus padres. El tema da para un drama novelesco de mil páginas por lo menos. El caso implicó al ámbito judicial de los países de España e Italia, ya que Juana residía en Maracena y Francesco lo hacía en el pueblo italiano de Caloforte. La repercusió­n mediática fue tremenda, sobre todo debido a que llevaba consigo un caso de violencia doméstica por parte del italiano contra Juana Rivas y otro caso de sustracció­n de menores ante la negativa de esta de que sus hijos volvieran a Italia con el padre. La prensa local y nacional enseguida se pusieron a favor de la postura de Juana Rivas, que estaba aconsejada por el colectivo feminista y respaldada por personalid­ades y partidos políticos. Pero la Justicia iba por otro lado: había un fragante delito de sustracció­n de menores al no querer la mujer que sus hijos volvivolvi­eran a su domicilio habitual en Italia. El primer auto judicial se produce en diciembre de 2016 y obliga a Juana Rivas a entregar a sus hijos a su padre, lo que ratificó la Aud diencia de Granada en a abril de 2017. Tras la ratificaci­ón de la Audiencia Provincial y ante la obligatori­edad inminente de devolver a sus hijos al progenitor, Juana Riv vas se esconde junto a su sus hijos durante un mes. D Durante su desaparici­ón, re recibe el respaldo de difere rentes organizaci­ones fem ministas que crearon el le lema #JuanaEstáE­nMiCa Casa. Se dicta entonces ununa orden de busca y captutura contra ella y en agostoto reaparece para entregagar a los menores al progegenit­or. En julio de 2018 la JuJusticia condena a Juana

Rivas a cinco años de cárcel, seis de inhabilita­ción sobre la patria potestad de los niños y al pago de una indemnizac­ión. La sentencia fue confirmada en marzo de 2019. Recurrida en casación, se estimó parcialmen­te, casando y anulando la resolución anterior y dictando otra en su lugar que condenaba a Juana Rivas por un delito de sustracció­n a la pena de dos años y seis meses de prisión y a la de seis años de inhabilita­ción de la patria potestad. Juana Rivas recibió un indulto parcial a mediados de noviembre de 2021. Este perdón aprobado por el Consejo de Ministros supuso la reducción de la condena de Rivas a un año y tres meses, pero también eliminó la inhabilita­ción para ejercer la patria potestad de sus hijos a cambio de 180 días de trabajos en beneficio de la comunidad. Tras habérsele concedido el indulto y suspendida su pena de prisión, Juana Rivas reconocía en un programa de televisión que había delinquido, pero que lo había hecho porque quería proteger a sus a sus hijos. “Llevo casi cinco años sin mis hijos y creo que he pagado bastante la parte de error que pudiese yo tener”, aseguraba en la entrevista con la periodista Ana Pastor. Total, una guerra de los Rose, pero con dos menores de por medio. El galimatías judicial aún no se ha acabado.

EL ACEITE DE LA ALHAMBRA

Quien también dio mucho que hablar ese año fue la Alhambra. Una auditoría de la propia Junta de Andalucía puso en relieve la existencia de irregulari­dades y pérdida de fondos públicos en la explotació­n de otros dos servicios y productos, además del de las audioguías, que, como dijimos el año anterior, ya se estaba investigan­do. Se trata es esta ocasión de la venta de aceite y productos derivados de las aceitunas del Generalife y la gestión de las tiendas de productos de la Alhambra. Con el aceite, según la auditoría, el Patronato estaba perdiendo dinero por un tubo debido a un presunto vivales que había hecho el negocio de su vida. Toda la cosecha se entregaba al adjudicata­rio de comerciali­zación de la Alhambra, un tal Eliseo Patrón -Costa, que también era secretario de la Federación de Rugby y que se convirtió de facto –observaba el informe– en director comercial del monumento, con oficina, teléfono y correo corporativ­o. La auditoría subrayaba el desequilib­rio entre los elevados gastos del Patronato en la recogida y transporte de aceituna, mientras el adjudicata­rio no tenía gasto fijo porque ni siquiera se le obligaba a comerciali­zar el aceite, obtenía la cosecha completa de forma discrecion­al y gratuita y el derecho a explotar la marca, sin otra contrapres­tación que las ventas que él mismo declarara, sin control ni seguimient­o por parte de los gestores de la Alhambra. Y se cerraba el círculo: vendía al propio Patronato las botellas de aceite que necesitaba para protocolo al precio de mercado de 3,5 euros la botella. Así, la Alhambra llegó a ingresar por este negocio un total de 9.076 euros, aunque pagó 27.000 euros al año en gastos de recolecció­n y transporte, así como 21.525 euros en contratos de comerciali­zación y envasados al adjudicata­rio de la aceituna. Una auténtica ruina, según el auditor.

Y ya que estamos con el tema del dinero, en 2017 fue cuando los granadinos perdimos totalmente una caja de ahorros. En junio de ese año se dio luz verde para la fusión de Bankia con el Banco Mare Nostrum (BMN), en donde estaba integrado la caja granadina. El BMN dejaría de existir a partir de ese año.

En el capítulo de Sucesos, quizás el más destacado fue el incendio de un bloque de pisos en la calle San Juan de Letrán en el que falleció una mujer de 73 años y 32 personas se vieron afectadas por inhalación de humo, entre las que se encontraba­n tres niños de cinco, siete y ocho años. 25 viviendas se vieron afectadas por el fuego. Tras la correspond­iente investigac­ión, los agentes constataro­n que el fuego había sido intenciona­do y que iba dirigido contra un despacho de abogados situado en la primera planta del edificio. Los agentes de la Policía Nacional pidieron la colaboraci­ón ciudadana para dar con el autor difundiend­o un vídeo de la cámara de seguridad del portal del edificio, en el que se podía observar al presunto autor entrando en el inmueble un poco antes de producirse el fuego y también manipuland­o la cerradura el día anterior. Se practicaro­n diligencia­s judiciales y policiales, pero ninguna de ellas fue determinan­te para fijar la autoría del incendio. Aún hoy no se sabe a ciencia cierta quién le metió fuego al edificio.

Ese año murió Cecilia de Rocco, la propietari­a de los Italianos, esos helados que muchos granadinos prefieren a cualquier otros. Cecilia había dejado de trabajar con asiduidad en el mostrador del icónico local, al frente del cual se situó entonces Paola de Rocco, pero siguió al tanto del trabajo diario en el negocio que heredó de su padre. Era hija de Paolo de Rocco, el italiano que en los años treinta se puso al frente del establecim­iento que legó a sus hijas Paola, Cecilia, Benita y Tina. Cecilia tenía 86 años.

En 2017 el bailaor granadino Manuel Liñán obtiene el Premio Nacional de Danza. El jurado dijo que se lo había concedido por “por la madurez alcanzada en su trayectori­a artística, siendo un intérprete especialme­nte versátil y de gran plasticida­d”. También destacó “la riqueza de su interpreta­ción, que se nutre de diversas influencia­s, a la vez que ensancha los horizontes del flamenco”. Manuel Liñán nació en Granada en 1980 y aquí se hizo bailaor. Junto a Manolete y Mario Maya formó parte de agrupacion­es como las de Carmen Cortés, Rafaela Carrasco, Merche Esmeralda y el citado Manolete.

Ese año una empresa vino a Ganada a montar un negocio de alquiler de bicicletas y el vandalismo no lo permitió. Hasta en el río Genil se vieron bicicletas. Lo que hacía cierta esa idea de que en Granada es difícil que prospere algo que se confía al civismo de sus ciudadanos.

Y en Deportes, lo más destacado ese año fue el descenso del Granada a Segunda División. Su quinto descenso. Las razones de este fracaso deportivo fueron múltiples, aunque muchas tuvieron que ver con la confección de una plantilla repleta de jugadores con escaso sentimient­o de pertenenci­a al club (hasta 33 utilizados), plagada de elementos de muy poca experienci­a en la Liga y dirigida por cuatro técnicos tan distintos como Paco Jémez, Luis Planagumá, Lucas Alcaraz y Tony Adams. En resumen, no había cuajado el nuevo proyecto cuando los antiguos propietari­os del club, la familia Pozzo, vendieron el Granada por 37 millones de euros a la sociedad china Desport, con el empresario John Jiang al frente. La intermedia­ción de la venta la llevó a cabo una agencia de representa­ción de futbolista­s, Media Base Sport, que acabó proyectand­o una planificac­ión muy deficiente. Quique Pina fue apartado de la dirección y algunos lo echaron de menos.

En 2017 se llevó a cabo en Sierra Nevada el Campeonato Mundial de Snowboard. Fue en marzo y paralelame­nte se realizó el XVI Campeonato Mundial de Esquí Acrobático. Fue la segunda gran competició­n internacio­nal de deportes de invierno disputada en Sierra Nevada, tras el Campeonato Mundial de Esquí Alpino de 1996. Los granadinos vimos las volteretas que se pueden hacer en Sierra Nevada..

La capital volvió a ver circular el metro el mismo día que comenzaba el otoño

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1. Juana Rivas en el año 2017, cuando estaba por arrancar su famoso caso judicial. 2. Gino Pozzo (dcha.) y John Jiang cierran la operación de venta del Granada CF a Desport con un simbólico apretón de manos. 3. Uno de los participan­tes en el mundial de Snowboard celebrado en Sierra Nevada. 4. Incendio de un bloque de pisos en la calle San Juan de Letrán, en la capital.
FOTOS: ARCHIVO GRANADA HOY 2 1. Juana Rivas en el año 2017, cuando estaba por arrancar su famoso caso judicial. 2. Gino Pozzo (dcha.) y John Jiang cierran la operación de venta del Granada CF a Desport con un simbólico apretón de manos. 3. Uno de los participan­tes en el mundial de Snowboard celebrado en Sierra Nevada. 4. Incendio de un bloque de pisos en la calle San Juan de Letrán, en la capital.
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