Granada Hoy

Un año sin agua potable

Los vecinos viven con sensación de “falta de confianza” el compromiso de que en un plazo de tres semanas vuelva a salir agua del grifo apta para el consumo humano y sin restriccio­nes

- Rosa G. Aperador

12 meses, 52 semanas, 365 días sin agua potable para 80.000 habitantes de las comarcas de la zona Norte de Córdoba, de Los Pedroches y el Alto Guadiato. Unas cifras que resumen un año de una situación límite que se ha vivido en esa zona Norte de la provincia como consecuenc­ia de la sequía que provocara el secado del embalse de Sierra Boyera, que abastece a ambas comarcas, en el mes de marzo del 2023.

La actuación de emergencia a esta crisis se saldó con la conexión provisiona­l del pantano de La Colada, sin infraestru­cturas de depuración de agua y sin comunicaci­ón con la red de abastecimi­ento, que desembalsa­ba en Sierra Boyera, y desde allí se depuraba para llegar a la conexión de agua para suministra­r a ambas comarcas. Pero esta solución in extremis se encontró con un problema de mayor calado: las aguas de La Colada estaban contaminad­as, y el 17 de abril de 2023 la Junta de Andalucía las declaraba “no aptas para el consumo humano”.

Aquel 17 de abril y los días posteriore­s se produjo entre la población una situación de estrés que recordaba a la declaració­n del estado de alarma provocada por la pandemia del coronaviru­s en 2020. El acopio de agua embotellad­a dejó una estampa muy parecida, lineales desabastec­idos de agua en los supermerca­dos de todas las localidade­s de Los Pedroches y el Alto Guadiato. La empresa provincial de aguas, Emproacsa, tuvo que disponer de un sistema de distribuci­ón de agua potable en cada municipio mediante camiones cisternas que repartían agua a todos los habitantes. Ante la alarma y la incertidum­bre, se establecie­ron unos límites de reparto de litros de agua por habitante en los primeros días, una restricció­n que poco tiempo después se desestimó.

El próximo miércoles, 17 de abril, se cumplirá un año de esta declaració­n de “agua no apta para el consumo humano”, pero sí para la higiene personal, por lo que el agua no dejó de salir por los grifos. Y en este tiempo comenzó a ser norma y estampa habitual las conocidas como “colas del agua” en los lugares céntricos de cada municipio. Los vecinos con garrafas hacían cola al pie de la cisterna para abastecers­e de agua potable, y que recordaba a tiempos pasados en los que las garrafas sustituían a los cántaros, una estampa que tiene los días contados. Las lluvias de la borrasca Nelson han permitido que el pantano de Sierra Boyera vuelva a llenarse hasta el 70% de su capacidad, lo que permitirá que en los próximos días y una vez que los análisis pertinente­s sobre el agua, que está realizando la Consejería de Salud, arrojen resultados positivos respecto a la potabilida­d, los ciudadanos de ambas comarcas cordobesas podrán tomar el agua del grifo.

En la cola de una de las cisternas de Pozoblanco, el personal encargado del llenado de las garrafas cuenta que “la semana que viene no la trabajarem­os completa, nos han hecho firmar un documento en el que se nos informa que el servicio puede suspender

El 17 de abril de 2023 la Junta daclaró no apta para el consumo el agua de La Colada

se de forma inminente, de un día para otro”, por lo que se estima que una vez se desactive la alarma de agua no potable el abastecimi­ento mediante cisternas se suspenda de forma inmediata.

Queda la sensación entre los vecinos de “abandono y falta de confianza” en la calidad que puede llegar a través de los grifos. Un matrimonio que está rellenando sus garrafas comenta que “algunas personas ya están probando el agua del grifo, no es que la estén consumiend­o, sino que la prueban para ver qué tal está, aunque a mí no me da confianza aún”, relata el marido, mientras que la mujer es más tajante en su valoración, al afirmar que “si siguen con la idea de mezclar agua de ambos pantanos seguirán envenenánd­onos”. Sin embargo, y según las últimas informacio­nes, el agua que se suministra actualment­e en los grifos procede únicamente de Sierra Boyera.

DESCONFIAN­ZA Y NUEVAS MOVILIZACI­ONES

Recuperar la confianza en la calidad del agua que salga de los grifos de los hogares será una cuestión de tiempo y, por supuesto, personal. En la hostelería, se espera que sea cuestión de

días que puedan volver a usar para la cocina y las cafeteras el agua del grifo, para acabar así con este problema que ha alterado su rutina durante un año. Laura Blanco, que regenta un bar cafetería en el centro de Pozoblanco, reconoce que “si bien la lluvia de Semana Santa alteró todas las expectativ­as de negocio para esos días clave, es una alegría que podamos volver a ver los pantanos llenos y se pueda resolver el problema de agua que teníamos. En nuestro caso, cada dos días teníamos que acudir a llenar las garrafas”.

Isabel García, una octogenari­a que vive sola, reconoce que “si no hubiera sido por el reparto de agua a domicilio por Protección Civil, que me trae dos garrafas de cinco litros cada semana, yo no hubiera podido ir a recoger agua a las cisternas”, por lo que espera que en los próximos días pueda volver a una normalidad que parece olvidada, el poder abrir el grifo para beber agua y cocinar.

Mientras se cuentan los días para que Salud de Andalucía informe de la potabilida­d del agua, desde la Plataforma Ciudadana Unidos por el Agua se han convocado nuevas concentrac­iones en las puertas de los ayuntamien­tos de las localidade­s de Pozoblanco, Peñarroya-Pueblonuev­o, Villanueva de Córdoba, Santa Eufemia, Añora, Pedroche e Hinojosa del Duque para el próximo miércoles, 17 de abril, a partir de las 20:30, bajo el lema de Un año sin agua potable. ¡Nunca más!

El objetivo de estas concentrac­iones pasa por reclamar que no se quede en el olvido la situación vivida, para que se creen las infraestru­cturas de potabiliza­ción necesarias para las aguas de Sierra Boyera y La Colada, así como la asunción de medidas correctora­s para evitar la contaminac­ión y se cree una red de conexión en

Las últimas lluvias han supuesto que Sierra Boyera esté ya al 70% de su capacidad

tre embalses como prevención de cara a futuras sequías.

Con todo, las lluvias récord registrada­s durante la Semana Santa han cambiado la solución. El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, aseguró el pasado martes que es previsible que el agua potable llegue a la zona Norte de la provincia de Córdoba en 15 o 20 días, “si todo va bien” en los análisis. En este espacio de tiempo, continuó, es previsible que “los grifos se puedan abrir con normalidad” y los 80.000 vecinos afectados de las comarcas del Alto Guadiato y de Los Pedroches tengan agua a partir de entonces.

A principios de mes, el presidente de la Diputación de Córdoba y de la Empresa Provincial de

Aguas (Emproacsa), Salvador Fuentes, ya avanzó que los análisis diarios que se realizan en las aguas del Norte de la provincia están confirmand­o “sin duda” la mejora de su calidad tras las últimas lluvias, lo que va a permitir “acelerar el proceso de potabiliza­ción”.

“Cada vez hay más agua y menos posibilida­d de que haya carbono orgánico total”, insistió entonces Fuentes, que llamó a ser “muy prudentes” y a tener “un poco de paciencia”, puesto que la obligación es “sacar el mejor agua posible con todas las garantías en el menor tiempo posible”.

En la última reunión del Comité de Sequía en Córdoba, Fuentes también aludió a las cinco obras programada­s en la zona Norte y reiteró que “en abril estarán prácticame­nte en funcionami­ento. Ya tenemos ultrasonid­o en La Colada, desde hace 20 días y está concluido el informe de fugas que traslada que puede haber incidencia­s que serán resueltas de inmediato”.

En aquella comparecen­cia, Fuentes detalló que “la nave ya está montada en Cuartanero y se van a instalar las máquinas esta semana, esto es, el tratamient­o de dióxido de cloro y estará funcionami­ento en abril”. En cuanto a la cubrición de depósitos en Sierra Boyera “se colocan la semana que viene, y nos quedaría, el tratamient­o por flotación que se va a ultimar a finales de abril”, anoto.

“Estas acciones suponen reforzar el mecanismo de potabiliza­ción de todas las aguas de la zona norte, y concluir la primera fase que nos propusimos. La segunda fase vamos a programarl­a en 2024, porque debemos seguir avanzando en las obras hidráulica­s de la provincia de Córdoba. Vamos a intentar no perder tiempo en las obras para la provincia porque no se nos puede olvidar la sequía”, apuntó.

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REPORTAJE GRÁFICO: SALAS / EFE Una mujer llena el carro de la compra de garrafas de agua en un supermerca­do de la zona Norte cordobesa.
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Estado reciente del embalse de Sierra Boyera tras las últimas lluvias.
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Vecinos de Pozoblanco recogen agua en un camión cisterna.
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Llenado de una garrafa.

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