ECLIPSES A LA VISTA
EN agosto de 2025 y también en el mismo mes en 2026 podremos ver desde España sendos eclipses totales; en enero de 2028 también se podrá ver otro eclipse (en este caso, un eclipse anular). De cualquier manera, España será el lugar donde poder contemplar estos eclipses en su totalidad y ello hace presagiar un nuevo elemento para favorecer la llegada de cientos de miles de turistas y visitantes para esos eventos.
Se avecina un desafío para el cual los expertos de la Comisión Nacional del Eclipse han reclamado tanto al Gobierno central como a los autonómicos la necesidad de elaborar un plan para abordar este fenómeno de masas, que puede derivar en colapsos en las áreas más propicias para ver el fenómeno astronómico y la especulación con las imprescindibles gafas de protección; se estima, por ejemplo, que pueden ser necesarias 50 millones de gafas preparadas para poder observar este fenómeno sin dañar la vista.
La necesidad de prepararse con antelación se argumenta sobre la base de que puede haber grandes atascos de tráfico, necesidad de asegurar combustible para desplazamientos de masas o prevenir y mitigar el riesgo de incendios forestales. Evitar la especulación, los fraudes en la calidad de las gafas de protección y otras situaciones similares es lo que reclaman los expertos, ya que alertan sobre fenómenos que supondrán un desafío desde varios puntos de vista: turismo, transportes, educación, divulgación científica o protección civil.
Resulta curioso analizar este fenómeno porque probablemente pocos nos hayamos percatado del desafío que puede suponer tener el privilegio de ser el país en el que se puedan observar estos eclipses. Aunque parezca un tema menor, me parece que tiene su importancia preparar lo mejor posible estas situaciones que son casi inminentes.
Este es un asunto que pondrá a prueba nuestra capacidad de anticipar las necesidades que pueden derivarse de la demanda de servicios que puede conllevar la llegada de tantos visitantes y el movimiento de ingentes cantidades de personas. Ojalá lo hagamos bien y, sobre todo, ojalá aprovechemos esta situación para sacar el mejor provecho de estos fenómenos desde todos los puntos de vista.
La Administración debe elaborar un plan para afrontar los desafíos de los eclipses totales de 2025 y 2026