Praderas y bosquetes marinos
● Estas formaciones vegetales, escasas en los mares de nuestra provincia, son de una gran importancia ecológica y económica
LAS relativamente escasas praderas y bosquetes submarinos de nuestra franja costera son unas grandes desconocidas a pesar de estar tan cercanas y accesibles. Las especies principales que forman las praderas de la costa granadina son dos angiospermas, Posidonia oceanica y Cymodocea nodosa. Los bosquetes submarinos que podemos encontrar tienen como especie principal a un alga parda del grupo de las Fucales, dentro de la familia de los Sargazos, denominada Ericaria selaginoides.
Las comunidades que forman brindan servicios ecosistémicos esenciales, mantienen paisajes atractivos, reponen las poblaciones de peces o protegen la costa contra la creciente erosión. También son hábitats clave para reponer las pesquerías, actuando como sumideros de carbono y como barrera protectora contra los efectos del cambio climático. Por otra parte suponen espacios únicos para la práctica del buceo, el snorkel, o la fotografía submarina.
PRADERAS SUBMARINAS
Con el término de praderas submarinas se designa a las formaciones de angiospermas marinas que se desarrollan sobre sustratos arenosos. Se trata de plantas verdaderas (con raíces, tallos, hojas, f lores y frutos) que hace unos 100-150 millones de años, colonizaron secundariamente el medio marino y que desarrollan todo su ciclo de vida sumergidas. En nuestro litoral tenemos dos especies, Posidonia oceanica, una fanerógama marina endémica de las aguas del Mediterráneo, y Cymodocea nodosa, una planta de menor porte y con hojas mas estrechas que Posidonia y con una distribución mas amplia, desarrollándose tanto en el Mediterráneo como en el Atlántico.
Localización: Las praderas de angiospermas marinas en la costa tropical aparecen restringidas a su zona oriental, entre la Rábita y Cambriles, principalmente sobre sustratos arenosos. Las más importantes son las localizadas entre Cala Chiches-Los Yesos y en el tramo de litoral entre Castillo de Baños y Cambriles (Castell de Ferro).
BOSQUETES SUBMARINOS
Por su parte, los bosquetes submarinos están formados por algas, vegetales que destacan por la sencillez anatómica y morfológica de sus cuerpos vegetativos (sin verdaderas raíces, ni tallos, ni hojas, ni f lores ni frutos) y que nunca han llegado a colonizar el medio terrestre aéreo.
En nuestra costa, la especie formadora de los bosquetes es Ericaria selaginoides. Las formaciones originadas por esta especie se desarrollan en los niveles superiores del piso infralitoral, entre 0-6 metros de profundidad, en zonas expuestas al oleaje y sobre fondos rocosos. Presentan una producción primaria elevada, permitiendo el desarrollo de una rica y variada biodiversidad.
Localización: Ericaria selaginoides es frecuente en distintas áreas protegidas como el Paraje Natural de los Acantilados de Maro Cerro Gordo, los Acantilados del Tesorillo-Salobreña y los de Calahonda-Castell de Ferro. Fuera de estas áreas protegidas también tienen representación importante en Cotobro (Almuñecar), en el Cabo de Sacratif o en Carchuna.
IMPORTANCIA ECOLÓGICA Y SERVICIOS ECOSISTÉMICOS
Las praderas y bosquetes marinos constituyen un claro ejemplo de la relación entre conservación de la biodiversidad y provisión de servicios ecosistémicos. Muchas especies de algas y todas las angiospermas marinas son lo que los científicos denominan especies ingenieras o formadoras de hábitat debido a que estructuran el fondo marino tanto vertical como horizontalmente y crean una estructura tridimensional que permite una gran biodiversidad, proporcionando recursos como alimento o refugio para muchas especies.
Algas de diversos tipos, formas y colores, junto con esponjas, anénomas, estrellas de mar y erizos, holoturias o pepinos de mar; distintos tipos de gusanos y cangrejos, moluscos y diferentes tipos de peces, desde los pequeños góbidos y blénidos, hasta cabrachos, sargos, salemas y lubinas, se pueden observar en estos ecosistemas.
Constituyen hábitats clave para reponer las pesquerías, y actúan como importantes sumideros de carbono, (el denominado carbono azul), y como barrera protectora contra los efectos de la erosión costera. En definitiva, son ecosistemas esenciales para las costas en las que se desarrollan donde proveen de importantes servicios ecosistémicos, que son proporcionales a su extensión y abundancia, por lo que es importante su conservación. Quizás, acostumbrados a verlas, muchas personas desconocen la enorme importancia de este recurso natural exclusivo y de excepcional valor tanto ambiental como económico.
PROBLEMAS DE CONSERVACIÓN
Tanto las praderas como los bosquetes se están viendo afectados tanto por el desarrollo de actividades de origen antrópico como por factores asociados al contexto de cambio global que estamos viviendo. Las especies que habitan en aguas poco profundas son las más afectadas porque se encuentran en un entorno extremo, expuestas a impactos tanto de origen terrestre como marino.
Entre las principales amenazas podemos destacar las obras litorales y la eutrofización debida a vertidos de distinta naturaleza. Las praderas de Posidonia se ven afectadas de manera particular por actividades de pesca practicadas de forma ilegal como la pesca de arrastre o el calado de artes de pesca artesanal sobre las mismas praderas. Los bosquetes de Ericaria son sensibles también a la pesca deportiva debido al enganche de los sedales y cebos artificiales sobre los talos de las algas que las arrancan y desprenden del sustrato provocando un aclaramiento del bosquete. Son además muy sensibles al ‘sobrepastoreo’ por parte de los erizos consecuencia de la sobrepesca de los principales depredadores de estos organismos.
Finalmente, las especies alóctonas invasoras, provenientes de otras áreas, constituyen una importante amenaza de cara a la conservación de estos ecosistemas, siendo consideradas como la segunda causa de pérdida de biodiversidad en el medio marino.
DIVULGACIÓN
La Diputación de Granada y el Observatorio del Mar acaban de publicar Bosques y praderas marinas en la Costa Tropical. Una oportunidad para el turismo. Se trata de interesante guía divulgativa que nos ofrece información sobre estas comunidades vegetales y sobre su importancia por los bienes y servicios que ofrecen a los seres vivos y las presiones y amenazas a las que están sometidas.
Por otro lado este libro pretende servir para promover un turismo de naturaleza respetuoso con el medio ambiente y comprometido con su conservación.
Autores: Rafael Jiménez Álvarez, biólogo marino y vocal del Colegio de Biólogos de Andalucía, presidente del Observatorio del Mar, y Julio de la Rosa Álamos, profesor de Botánica de la Universidad de Granada y director del Aula del Mar.