Buckingham y la guerra dulce
● La línea comercial del palacio real británico anuncia mermelada con Meghan Markle a punto de lanzar productos similares
El rey Carlos III reaparecía este martes ya con su agenda fijada y vuelve a su labor tras dos meses recuperándose de un cáncer detectado en enero. Su ritmo de trabajo dependerá de la evolución de su tratamiento. El monarca y su consorte, Camila, han dado así un puntapié a las informaciones lanzadas desde medios estadounidenses que aseguraban que se había agravado su enfermedad e incluso se habría precipitado la organización de su funeral. Desde el palacio de Buckingham este viernes se rechazaban por completo esas conjeturas con el anuncio de ese regreso del rey Carlos a sus quehaceres. Una reaparición con buen aspecto y con colores simbólicos en su visita a centro de investigaciones oncológicas en Londres.
A raíz de esas noticias entre los medios estadounidenses y británicos se percibe una guerra latente entre ambas orillas sobre forma de ver el funcionamiento y los problemas de la monarquía y el mejor ejemplo es cómo son tratados en un país y otro los duques de Sussex.
El príncipe Enrique y su esposa, la actriz Meghan Markle, fueron acogidos con los brazos abiertos (y la atención y cariño mediáticos) en California desde el 2020 con el llamado Sussexgate cuando ambos se marcharon a América y la pareja renunció a sus labores protocolarias dentre de la familia real. El hijo menor de Carlos III y su nuera emprendieron a trompicones sus proyectos en EEUU, sustentados por el millonario contrato con Netf lix y la publicación del polémico libro En la sombra, que vino a emborronar por completo la relación entre padre e hijo (y a la vez con el hermano mayor, Guillermo, príncipe heredero en estos momentos).
En el palacio de Buckingham se vive ciertamente con incomodidad los avatares de los Sussex, que llegaron a perder su residencia oficial en el Reino Unido, en una finca de Windsor, Frogmore Cottage, donde vive en estos momentos el apartado príncipe Andrés.
El siguiente jalón en esta guerra fría entre el palacio londinense y los Sussex se vive entre botes de mermelada, apuntan medios británicos. Una guerra de carácter comercial en la que la línea de productos de alimentación con la marca del palacio de Bucking
Buckingham Palace Shop se convierte en un emblema tradicional
ham parece estar de uñas con los futuros productos de la duquesa de Sussex.
Ha estallado, por tanto, la guerra de la mermelada, de la que se han hecho eco en uno y otro país.
Buckingham Palace
Shop acaba de anunciar en redes su mermelada de fresa, con la etiqueta con el escudo de la familia real. Una mermelada para colocar sobre scones y crumpets, dos de los bollitos de la hora del té. O un dulce con frutas recolectadas en Inglaterra para colocar en tostadas y croissants, un desayuno habitual en medio mundo. Con este producto la línea comercial de la residencia real destaca la calidad y sobre todo el espíritu británico de estos productos refrendados con la marca del palacio.
La ampliación del catálogo y el aumento de las acciones de marketing de Buckingham se observa como una respuesta la creación de la nueva marca de los duques de Sussex.
Meghan Markle ultima el lanzamiento de vajillas y utensilios de porcelana y una línea de confitería de su nueva marca, American Riviera Orchard.
Las mermeladas serán uno de los productos que está previsto que lance la duquesa de Sussex y el palacio de Buckingham se ha adelantado ante esa novedad lanzando sus propia propuesta de mermeladas para atrapar clientes selectos. Consumidores especialmente británicos y estadounidenses que no vayan a verse tentados por las etiquetas con la marca de la esposa del príncipe Enrique. Meghan ya ha distribuido sus mermeladas entre amigos lo que habría despertado esta reacción comercial desde el corazón del Reino Unido.
Una guerra latente en las estanterías más delicadas de productos premium y sobre todo en el comercio on line donde ambas marcas van a competir sin duda por ver quién inf luye más.
Desde el palacio real se pretende mantener la autoridad también en el desayuno y a la hora del té, dos pausadas tradiciones, con sus peculiaridades, en el Reino Unido. La marca Buckingham se convierte en reclamación de lo que es la esencia de los valores británicos y su monarquía, mientras que la marca de Meghan viene a ser la impostura de rebeldía desde Estados Unidos. Una dulce guerra en la mesa.
American Riviera Orchard es la marca lanzada por los Sussex