Interview
LA EDUCACIÓN EN UN CONTEXTO GLOBAL
FEDERICO MAYOR ZARAGOZA | por Nicolás Pérez López-Ibor
Tenemos el placer de visitar a D. Federico Mayor Zaragoza, quién nos recibe en la sede de la Fundación Ramón Areces, dónde es Presidente del Consejo Científico. Con Federico
Mayor abordamos los temas relativos a las relaciones internacionales y a la educación en un contexto global. Antiguo Director General de la UNESCO y ex Ministro de la transición política de España, es una de las voces más autorizadas a nivel mundial en el indispensable binomio paz-educación. Su visión de los problemas internacionales tiene siempre, inevitablemente esa orientación desde el dialogo, la paz, la cooperación internacional y el sistema educativo.
— POR SU FORMACIÓN, es usted científico, pero su biografía ha transcurrido en buena medida en el mundo de la política. ¿Qué ha aprendido el científico del político, y viceversa?
—El científico ha transmitido al político el rigor, el conocimiento de la realidad en profundidad. El político, la responsabilidad, la escucha, la igual dignidad.
— Fue Director General de la UNESCO y Ministro de Educación y Ciencia en España, ha dedicado gran parte de su vida al mundo de la educación y de la cultura y en la actualidad dirige la Fundación Cultura de Paz. ¿Qué lecciones ha extraído de esta trayectoria?
Libertad, participación, pleno ejercicio de las facultades distintivas de la especie humana (pensar, imaginar, anticipar, innovar, ¡crear!) para hacer posible la transición histórica de la fuerza a la palabra.
— ¿Qué atributos debe tener un líder en nuestra sociedad?
—Guiarse por unos “principios democráticos” –como establece lúcidamente la Constitución de la UNESCO en su preámbulo- y actuar con resolución y firmeza. Y aprender a emprender: al “sapere aude” de Horacio, al atrévete a saber hay que añadir el saber atreverse, ya que si bien el riesgo sin conocimiento es peligroso, el conocimiento sin riesgo es inútil.
— ¿Está de acuerdo con George Steiner cuando nos recuerda que la cultura no nos exime de caer en la barbarie? Después de todo, el nazismo surgió en un país culturalmente avanzado y hoy vemos el resurgir de movimientos populistas y xenófobos en el mismo corazón de Europa.
—La cultura como comportamiento cotidiano basado en unos valores éticos sí que nos exime. La cultura como libertad, el gran don. Nunca actuar al dictado de nadie. Tolerancia cero con el supremacismo y el dogmatismo. Los movimientos xenófobos surgen de la incultura, de la dependencia, de la ofuscación. El neoliberalismo ha marginado al multilateralismo democrático y la plutocracia (G7, G8, G20) deriva en la animadversión y el terror.
— Como narra en su reciente libro Recuerdos para el porvenir, a lo largo de su vida ha tenido ocasión de encontrarse con personalidades extraordinarias ¿cuál es la que más le ha marcado y por qué?
—Me han “marcado” en primer lugar mis padres y maestros –ésta es la gran lección- pero entre los que describo en este volumen destacan Nelson Mandela y Gorbachev por hacer posibles lo que hasta aquel momento eran imposibles (lo inesperado es nuestra esperanza), y la lucidez de Juan Antonio Carrillo… y la anticipación de Peccei… y la humanidad de Rigoberta Menchú…
— Visto en retrospectiva, ¿fue tan decisiva la caída del muro y de la Unión Soviética a finales del pasado siglo? Hubo un gran momento de esperanza, cierto, pero ¿acaso no hemos visto erigirse por doquier nuevos muros? ¿Qué lecciones podemos extraer de lo que ha sucedido tras la Guerra Fría?
—Los muros, como ahora mismo está sucediendo, son una especialidad del Partido Republicano de los Estados Unidos y de los grandes poderes autárquicos (la Gran Muralla de China, el muro de Berlín…). Viví muy de cerca la perestroika y la glasnost. A finales de la década de los ochenta del siglo pasado, todo clamaba paz: Nelson Mandela había superado en tan sólo unos meses el apartheid racial como una de las formas más abominables de racismo, y el Presidente Mikhail Sergeyevich Gorbachev había desmoronado, sin una gota de sangre y con el símbolo del muro de Berlín, toda la Unión Soviética convirtiéndola en una “Comunidad de Estados Independientes”. Todo clamaba paz… pero el infausto tándem REAGANTHATCHER, con ambiciones hegemónicas insaciables, marginaron a las Naciones Unidas, sustituyeron los valores éticos por los bursátiles y restablecieron el predominio de la fuerza sobre la palabra.
—“El Tercer Mundo son muchos mundos”, como decía Octavio Paz. Hoy se habla de países emergentes o del Sur Global, ¿cómo ve la evolución de esa gran parte de la humanidad más allá de nuestra zona de confort?
—India, China, el continente africano, América Latina… Es indispensable el restablecimiento de un EstadoNación plenamente democrático – proyecto de Declaración Universal de Democracia- y de un multilateralismo democrático, con la refundación de las Naciones Unidas, que permita desde el primer momento poner en práctica un nuevo concepto de seguridad, en el que los protagonistas sean, como indica la primera frase de la Carta de las Naciones Unidas, “Nosotros, los pueblos…”.
— ¿Y Europa? ¿Y Occidente?.... ¿somos el pasado o hay esperanza?
—“Hay que inventar Europa”, dijo Robert Schuman… y, sin embargo, hemos aceptado ser sólo una unión ¡monetaria! Es urgente reponer un multilateralismo eficiente también a escala europea: una unión política, social, cultural y económica que permita a Europa liderar los rumbos de la humanidad en el antropoceno.
— Elevemos la vista y volvamos al científico y al humanista: ¿qué espera de la Inteligencia artificial y del desarrollo tecnológico que nos aguarda?
—De momento ya nos ha permitido saber qué acontece y poder expresarnos libremente. “Los pueblos” ya tienen voz. Ahora hay –como sucede con el buen vino- que usarlo con prudencia. Los cambios sustanciales que conlleva la nueva tecnología digital son extraordinarios, incluyendo, desde luego, un nuevo concepto de trabajo…
— ¿Podemos ser trans-humanos o posthumanos cuando ni siquiera hemos podido ser todavía seres humanos en el mejor sentido?
—De momento, lo que me preocupa es que sigamos siendo con frecuencia infra-humanos. Lo de trans y post son elucubraciones carentes de fundamento y, según lo que se entienda, culposas. El sueño de Hitler y Mengele no puede ahora trivializarse. Por este motivo, cuando Craig Venter me comunicó en 1992 que el genoma humano podía ya considerarse descifrado, puse en marcha rápidamente, con el acuerdo total de la Human Genome Organization, la redacción y adopción por la Conferencia General de la UNESCO y la Asamblea General de las Naciones Unidas, de la “Declaración sobre el Genoma Humano”, en cuyo artículo 11º se prohíbe la clonación humana con efectos reproductivos.
— ¿Se considera más científico o político?
—Científico que desea y procura que la política se base en el conocimiento y en los valores.
— ¿Cuáles son los grandes retos de la educación? ¿Y del sistema universitario? ¿Qué piensa de la armonización universitaria a través del Plan de Bolonia?
El gran reto de la educación es que no se confunda, como sucede con los Informes Pisa, con la capacitación. Los educados, según establece magistralmente el artículo 1º de la Constitución de la UNESCO, son quienes se comportan “libre y responsablemente”. La libertad es el gran don. Actuar responsablemente, especialmente teniendo en cuenta a las generaciones venideras, el gran deber. El sistema universitario debe procurar educación a escala superior. Ser ciudadanos del mundo, en la vanguardia de los clamores populares que deben dar, ahora sí, a “Nosotros, los pueblos” el protagonismo para los cambios radicales que son exigibles y que, según preconizaba José Luis Sampedro, permitirían, con la implicación de los jóvenes, “cambiar de rumbo y nave”. En cuanto a la armonización universitaria a través del plan de Bolonia, cualquier proyecto universitario, nacional o internacional, debe basarse exclusivamente en la calidad y debe revisarse por las instituciones universitarias pertinentes de forma permanente.
— ¿Qué posición tiene respecto de los retos de lucha contra el cambio climático y la sostenibilidad ambiental? —Como conocedor de los procesos irreversibles –tratamiento en los neonatos de alteraciones congénitas antes de que se produzcan afecciones neuronales incurables- soy radical en estos temas: la acción debe ser inaplazable. Aquí no caben subterfugios. Una vez más, la refundación de unas Naciones Unidas reconocidas y respetadas a escala internacional es imprescindible para que la humanidad cumpla en la puesta en práctica de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y de los Acuerdos de París sobre Cambio Climático. No puede ser que sigan imperando la estulticia y la discrecionalidad del insólito Presidente Trump, cuando están en juego la habitabilidad de la Tierra y nuestros deberes con quienes llegan a un paso de nosotros. Mañana puede ser tarde. “Nosotros, los pueblos”, debemos alzar la voz. Son los grandes clamores populares –indicando que se dejarían de adquirir, por ejemplo, productos norteamericanos- los que, sin duda, prevalecerán en la nueva era.
—Para terminar, déjenos un mensaje para las nuevas generaciones que habitan en esta Plaza Global.
—“Situaciones sin precedente requieren soluciones sin precedente” (Amin Maalouf). El futuro hay que inventarlo. Y es posible. Cada ser humano único –ahora ya hombre y mujer en plan de total igualdad- es capaz de crear, de actuar en virtud de sus propias decisiones y nunca más al dictado de nadie. El por-venir está por-hacer. Ésta es nuestra esperanza.
“El gran reto de la educación es que no se confunda, como sucede con los Informes Pisa, con la capacitación.”