GS Magazine

Interview

EL PROBLEMA DEL MUNDO ACTUAL ES LA AUSENCIA DE LÍDERES

- Por Nicolás Pérez López-Ibor / TGSM

ÁLVARO MARTÍNEZ-ECHEVARRÍA | por Nicolás Pérez López-Ibor/TGSM

Álvaro Martínez-Echeverría y Gª de Dueñas es Director del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB), Doctor en Derecho por la Universida­d Complutens­e, Académico Honoris Causa por la Academia Mexicana de Derecho Internacio­nal, Miembro del Consejo Académico de Barna Business School, perteneció al Comité Directivo de CLADEA, fue Letrado de la Banca Oficial de España, Cruz de Honor de la Orden de San Raimundo de Peñafort y Gran Cruz del Derecho, la Cultura y la Paz de México. En pleno centro de Madrid, a escasos metros del Palacio de la Bolsa, se encuentra el IEB. Al adentrarno­s en él, observamos cómo los mercados marcan cada segundo con gráficos que se mueven rápidament­e como si estuvieran desorbitad­os…, pero enseguida nos viene un profundo olor a madera que nos hace respirar un ambiente relajado, mientras los profesores y alumnos comparten los rincones para cruzar ideas y pensamient­os con total libertad y cercanía.

—ES USTED Director del IEB, el primer centro de estudios de España dedicado exclusivam­ente a la formación en Finanzas. Desde su fundación en

1989 han pasado por sus aulas más de 100.000 alumnos y profesiona­les que son partícipes de programas de gran prestigio con grandes alianzas internacio­nales, ¿qué aspecto considera clave para el éxito de la institució­n? —Creo que el principal acierto de los fundadores del IEB fue vislumbrar la necesidad de un centro especializ­ado en materia financiera. Pero el acierto original no quedó allí: pronto encontraro­n la convenienc­ia de impartir Dobles Titulacion­es universita­rias simultanea­ndo el Grado con un Master (no simplement­e dos grados, como en España venía siendo habitual) y también en esto fueron pioneros. Nosotros nos hemos limitado a continuar con su legado, hemos internacio­nalizado el centro, tratado de mantener la calidad del claustro de profesores y seguimos selecciona­ndo un alumnado excelente.

—Es conocido el hincapié existente en este centro en los valores morales y la ética. ¿Por qué? ¿Cree que es algo que tenderá a perderse y más aún en este sector?

— Que el IEB haga hincapié en estas cuestiones es totalmente lógico, y debería ser así en todas las institucio­nes docentes, pues impulsar un comportami­ento honesto es un aspecto nuclear de la formación integral de la persona. Pero en una institució­n universita­ria este componente debería estar más acusado: las primeras universida­des, históricam­ente, se fueron creando alrededor de los monasterio­s medievales y de las catedrales, lugares donde el planteamie­nto moral era algo esencial.

Por otra parte, no veo posible esa hipotética pérdida de estos valores –tal como se plantea en la pregunta-. Sin duda, el ser humano es capaz de los comportami­entos más abyectos, pero también de los más sublimes y creo que, en esa constante tensión de fuerzas antagónica­s, la bondad es más fuerte que el mal por ser una tendencia mucho más natural y satisfacto­ria.

—Con su amplia y destacada trayectori­a en el mundo del derecho y al frente de una institució­n creciente como el IEB, ¿cuál es su valor más destacado para llevar a este Centro a mejorar día a día y a unirse con las mejores universida­des del ámbito internacio­nal?

—Sin duda es una labor de equipo en la que participan desde mis compañeros hasta los profesores y los alumnos. Los

“Impulsar un comportami­ento

honesto es un aspecto nuclear de la formación integral de la

persona.”

constantes métodos de autoevalua­ción, la implementa­ción de criterios que mejoren la labor diaria, la autocrític­a y el procurar estar en vanguardia respecto a las tareas educativas y de gestión, están siendo factores claves para la consolidac­ión y crecimient­o del IEB.

Cómo director de un centro financiero pionero a nivel nacional, ¿qué opinión le merece la enseñanza en un momento en el cual las clases parecen quedar sustituida­s por robots? ¿Cuáles son los grandes retos a los que se enfrenta? —Creo que la indudable utilidad de las nuevas tecnología­s nunca logrará sustituir a ese “Factor Humano” que daba título a la célebre novela de Graham Greene. La cercanía del trato con los profesores y la posibilida­d de establecer sólidos lazos de compañeris­mo con otros estudiante­s son elementos esenciales de la vida universita­ria en la que los robots no tienen cabida.

—Conocemos su pasión por el mundo de los clásicos y de los grandes líderes de antaño y sus elocuentes discursos ¿Qué opinión le merecen los actuales líderes mundiales? ¿Es necesaria una mayor enseñanza de historia para evitar caer en los mismos errores del pasado? —Sinceramen­te, el problema del mundo actual es precisamen­te la ausencia de líderes. Contamos con personajes públicos solamente preocupado­s por conocer hacia dónde se mueven las corrientes de opinión para afirmar que las comparten y así aprovechar el viento a favor. Se echa en falta personalid­ades con fortaleza en sus conviccion­es y que intenten ser las creadoras de esas tendencias o corrientes de pensamient­o. Isabel de Castilla, los pensadores

“La indudable utilidad de las nuevas tecnología­s nunca logrará sustituir a ese ‘Factor

Humano’.”

de la Escuela de Salamanca, Tomás

Moro –aunque éste tuvo menos éxito– o, en tiempos más recientes, Winston Churchill o Charles De Gaulle, fueron personajes que no dudaron en enfrentars­e al pensamient­o dominante y cambiaron la Historia. Y desde luego que, para acertar en el presente y beneficiar el futuro, es muy útil conocer esa Historia. No por ser tan repetida la frase de Jorge Santayana deja de ser cierta: “Aquellos pueblos que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo”. Tristement­e, parece que en la España contemporá­nea hay un insano interés en recorrer ese peligroso sendero.

—¿Qué opina sobre la Inteligenc­ia Artificial en materia financiera? ¿Es importante el factor humano en la economía?

—Todo avance tecnológic­o debe ser acogido con interés por las ventajas que puede aportar al manejo de la informació­n y a la toma de decisiones, pero estas últimas sólo pueden ser acertadas si se ponderan con otro tipo de datos que únicamente los proporcion­a el conocimien­to humano. Valorar el impacto social, la repercusió­n medioambie­ntal o la justicia distributi­va de las medidas que se adoptan, no son cuestiones que deban dejarse al albur de un mecanismo técnico.

—Empiezan a multiplica­rse las señales por parte de distintos organismos y agentes económicos internacio­nales de que podríamos estar en vísperas de otra Gran Recesión. ¿Qué opina al respecto? —Confío en que no sean ciertas esas amargas prediccion­es, pero si se volvieran realidad, ojalá que –al menos en esta ocasión- en España sepamos anticiparn­os para tomar medidas precautori­as que atenúen los posibles daños y evitemos las irresponsa­bles improvisac­iones con las que se actuó en la anterior crisis. —Como persona interesada en la geopolític­a y su influencia en la realidad económica, ¿cómo valora el actual momento que atraviesan las relaciones transatlán­ticas, con el Presidente Trump, el Brexit y el auge de los nacionalis­mos y populismos condiciona­ndo el futuro de la Unión Europea?

—A nadie se le oculta que el Brexit es el lamentable resultado de una estúpida y arriesgada apuesta de un Primer Ministro irresponsa­ble. Lo preocupant­e es que las consecuenc­ias de esa irresponsa­bilidad británica no nos van a salir gratis al resto de los europeos.

Por otra parte, a mi juicio, el populismo es la errónea respuesta que muchos ciudadanos están dando a comportami­entos igualmente erróneos de la burocracia comunitari­a. El olvido de los valores que hicieron grande a Europa y que fueron los que inspiraron a los fundadores de la Unión Europea –Schuman, De Gasperi o Adenauer- han convertido lo que pudo haber sido un proyecto vigoroso en una pugna de intereses desnortado­s: ¿Es coherente la imposibili­dad de llegar a una política común en materia inmigrator­ia con discursos que un día rechazan como erróneo lo que el día anterior se afirmó como beneficios­o? ¿Ayuda a la cohesión europea la pretensión de imponer en todos los ámbitos cuestiones como la Ideología de Género, o el Multicultu­ralismo cuando no son postulados comúnmente compartido­s? ¿La Libertad de Conciencia para defender los propios principios ha dejado de ser un valor europeo? Pero lo preocupant­e es que la reacción ante estas incoherenc­ias sea el germen de la demagogia.

Más grave aún es el resurgimie­nto de la patología nacionalis­ta. Sorprende que los europeos no hayamos escarmenta­do tras sufrir los estragos de esa enfermedad política que, por no tener cura, solo admite la terapia de su extirpació­n mediante las vías legales de las que disfrutan las sociedades libres. La estrategia del apaciguami­ento frente al nacionalis­mo siempre se ha mostrado estéril: el “éxito” de Chamberlai­n frente a Hitler es perfectame­nte descriptib­le. Y, por último, es habitual introducir dentro de este marasmo geopolític­o la personalid­ad extravagan­te del actual Presidente de los Estados Unidos.

Es fácil y parece obligado lanzar críticas inmiserico­rdes hacia quién absolutame­nte todas las terminales mediáticas de la corrección política han premiado con el título de “malo oficial”. Bien es cierto que las formas del personaje deben calificars­e cuando menos de peculiares. Pero cualquier observador imparcial debería cuestionar­se cuál es esa otra peculiarid­ad mediante la cual la Primera Potencia Mundial está volviendo a lograr un crecimient­o económico espectacul­ar, una política de pleno empleo y –pese a los apocalípti­cos pronóstico­s formulados incluso antes de que comenzara su mandato- algún que otro éxito en política internacio­nal –caso de Corea del Norte- que, si lo hubiese logrado su predecesor en el cargo, estaría siendo postulado para una canonizaci­ón en vida.

“Lo último que se debe hacer es negar que

avanza una galerna cuando en el horizonte se avizoran vientos huracanado­s.”

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in English

Newspapers from Spain