Fragancia de una pasión

MILLE CENTUM ES PROYECTO DE MARCO CICCATERI Y SU ESPOSA SONJA CICCATERI, NACIDO DE LA PASIÓN POR MONTECRISTO

Mille Centum es una empresa creada por Marco Ciccateri con el apoyo de su esposa Sonja Ciccateri. Nació de una idea, de un deseo de algo sin fin, desafiando las tendencias y las fronteras del tiempo.

LOS ORÍGENES:

A LA BÚSQUEDA DE SU CONDE INTERIOR

Como la mayoría de los proyectos y empresas, Mille Centum tiene su origen en una pasión. En este caso, mi pasión por Montecristo, tanto por el Habano como por la legendaria novela El Conde de Montecristo, de Alejandro Dumas. Al incorporar mi ascendencia romana con Montecristo y mi propio nombre, obtuvimos el nombre Mille Centum, que en latín significa 1100 y que en letras romanas es MC: Marco Ciccateri, Montecristo, Mille Centum.

Mi historia por los perfumes comenzó con el interés que mi madre tenía desde muy joven por las fragancias. Esto me dio el mismo interés por los perfumes. Cuando más tarde me mudé a Estocolmo, con mi primer sueldo compré Chanel No. 5, que le regalé cuando vino a visitarme por primera vez. Liderando este proyecto como esposos, padres y socios, nuestras ideas fueron desde el principio muy claras. Sabíamos exactamente qué tipo de sentimientos queríamos que nuestros productos provocaran en el transeúnte, en el observador y finalmente en su portador.

Queríamos transmitir un sentimiento de unicidad, el poder de la voluntad de mejorar y encontrar la nobleza interior: el Conde interior.

LA MISIÓN:

LA CALIDAD NO ES NEGOCIABLE

Empezamos sin nada, solo el logotipo y la necesidad de respetar el alto nivel de la marca Montecristo. Después de más de dos años, ya teníamos los productos terminados. Hoy en día, vemos con gran orgullo nuestros frascos en los estantes de los establecimientos de lujo o en las fotos de los medios de comunicación social.

Nuestra visión es crear una simbiosis perfecta con todas las cosas que tienen un significado más alto, cualquiera que ese sea para una persona. Y poner a prueba los límites, desafiarlos siempre y no dejar que nos limiten nunca.

Nuestro objetivo es que Mille Centum disponga de una gama de fragancias, tanto con Montecristo Deleggend como con nuestra propia marca, y que esté presente en una exclusiva, pero numerosa cantidad de puntos de venta de reconocido prestigio.

EL RESULTADO:

NUESTRAS CREACIONES

Montecristo es una de las marcas premium más reconocidas del mundo, que lleva al mundo la fina artesanía cubana con una calidad indiscutible desde hace más de ocho décadas. El reto fue incorporar la clásica y lujosa sensación del nombre Montecristo en la fragancia Deleggend.

A la hora de crear los aromas, era muy importante hacer algo que desafiara las tendencias actuales. Nuestras fragancias son siempre actuales y para todos los tiempos.

Inicialmente, la idea era empezar con un solo perfume: la línea de firma Deleggend de Montecristo (marrón). Queríamos que fuera amaderado con especias y yo estaba muy centrado en la combinación de vetiver y tonka.

La visión del usuario de nuestra primera fragancia era la de un hombre de 35 años o más, un pasajero, un bon vivant. Ha pasado por mucho y se ha mantenido modesto, valorando los pequeños y preciosos momentos de la vida. Un hombre que no está enfocado en la riqueza material, como muchos hoy día.

Cuando pudimos decir que estábamos satisfechos con el resultado de nuestra primera fragancia, todavía sentíamos que no habíamos terminado, lo que en realidad se completó con las composiciones y visiones de las otras dos fragancias: Blanc y Noir.

Esto fue muy fácil porque ya teníamos el concepto correcto en la mente. Cuando esto sucedió, nos dimos cuenta de que, consciente o inconscientemente, nos inspiramos en la novela El Conde de Montecristo, en lugar de el “estilo de vida de un fumador de tabacos Premium”, como yo tanto disfruto.

Y así, quisimos desarrollar los alter egos de Montecristo Deleggend. No para crear tres fragancias fuertemente separadas entre sí, que atraigan a personas completamente distintas, sino para saludar la versatilidad del hombre y crear un Montecristo, con tres caras diferentes, adecuadas para cualquier estado de ánimo o situación que la vida depare.