PRIMERA DAMA
Paradigma de la joven estrella del Hollywood del siglo XXI, NATALIE PORTMAN encara la madurez convertida en el gran icono femenino de Estados Unidos: Jackie Kennedy. Hablamos con la actriz de política, moda y feminismo.
NATALIE PORTMAN VUELVE a estar tan embarazada como cuando ganó el Oscar (por Cisne negro) hace ahora seis años. Aparece en el hotel Peninsula de Nueva York también tan radiante como entonces, con un vestido corto negro y con un hito interpretativo bajo el brazo: ha conseguido mimetizarse con Jacqueline Kennedy en una película que la coloca de nuevo en las quinielas para la estatuilla. Se podría decir que en el reparto le acompañan Peter Sarsgaard, Billy Crudup o Greta Gerwig, pero los secundarios de lujo de Jackie son en realidad Chanel y Dior. “Los Kennedy fueron las primeras fguras que protagonizaron una política televisada. Jackie incluso llegó a hablar de cuán injustos eran los debates, con Jack (John Fitzgerald) tan confado, tan joven y tan guapo, contra un Nixon sudoroso. Ellos eran muy conscientes del impacto, el signifcado y la sustancia que la imagen tenía en la percepción de la gente”, explica a Harper’s Bazaar la actriz. Por esa importancia de la imagen, y aunque el director de la cinta sea el chileno Pablo Larraín, la actriz dio cierta prioridad a la batuta de Madeline Fontaine, la diseñadora de vestuario que, tras pasar por Amelie o Yves Saint Laurent, se encargó de recrear en la pantalla el legendario estilo de la primera dama. Esa Jackie Kennedy que, cuando eligió a Oleg Cassini como asesor estético, lo nombró con retranca “secretario de estilo”. “No me parezco a Jackie en la vida real, así que ver que sí puedes creerte a ti misma en el personaje era fundamental. Y los vestidos tienen muchísimo simbolismo en esta película. Cuando ves el traje rosa (el Chanel abotonado que llevó Jaqueline Kennedy el 22 de noviembre de 1963, día del magnicidio) sabes lo que va a pasar. Casi hace la función de la música que te va avisando. Una música rasgada, de terror”, asegura. El flme, para el caso, empieza un año antes, cuando la primera dama decidió retransmitir un tour por la Casa Blanca y apostó por un Dior rojo que traspasaba el blanco y negro de los televisores de la época. Un estudio minucioso de su voz y el peinado icónico de Jackie completaron el milagro. Portman, a sus 35 años, es toda una veterana de Hollywood sin haber descuidado su carrera de Psicología en Harvard. Quizá por eso es capaz de conectar tan bien con un personaje que