El laboratorio de Miroslava Duma
En su deseo por profundizar en el propósito actual de la moda, la empresaria e inversora rusa MIROSLAVA DUMA recurre a la ciencia para buscar soluciones de futuro. RACHNA BHASIN, jefa de operaciones de la ‘startup’ tecnológica más fascinante del momento,
MIROSLAVA DUMATIENE SUPERPODERES.Su habilidad para conectar a personas de mundos distintos y, aparentemente, distantes me ha convencido de ello. La prueba es FashionTech LabVentures, el fondo de capital riesgo e incubadora de empresas tecnológicas que acaba de poner en marcha. El año pasado se dedicó a cimentar su relación con científcos, ingenieros e investigadores que innovan en los campos de la nanotecnología, la biotecnología y la tecnología wearable (la informática para vestir) y ahora está empeñada en que colaboren con esos diseñadores de moda cuyos desfles siempre ha visto en primera fla. La escasez de mujeres en el área de las CTIM (Ciencia,Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) es notoria, por lo que no podría emocionarme más que la empresaria rusa (Surgurt, 1985) aporte su muy sonada voz a este mundo. Hace poco vino a Florida para echar un vistazo a lo que hacemos en Magic Leap, la empresa de Realidad Mixta (RM) de la que soy directora de negocio, y aprovechamos para charlar sobre sus descubrimientos hasta el momento. PREGUNTA: ¿Qué fue, exactamente, lo que le interesó a la hora de fusionar moda y tecnología en este proyecto? RESPUESTA: Soy de Siberia, donde están las mayores reservas de petróleo de Rusia, y crecí pensando que no había nada peor para el planeta que el negocio petrolero. Por otro lado, siempre he estado orgullosa de trabajar en el mundo de la moda, pero me horrorizó descubrir cuánta contaminación produce. Creo que es algo que nos avergüenza a todos los que participamos en el proceso. Así que empecé a reunirme con aquellas personas que están creando alternativas para un futuro mejor. P: ¿Qué compañías le han impresionado más? R: Un laboratorio en San Francisco que desarrolla cuero a partir de células madre y una compañía, también en la Costa Oeste estadounidense, llamada Diamond Foundry que crea diamantes perfectos usando energía solar, sin huella de carbono. Se espera que la reserva de diamantes en bruto del planeta disminuya dramáticamente alrededor de 2030 y ahí es, en mi opinión, donde debería centrarse la industria joyera. Leonardo Di Caprio es un gran inversor en esta tecnología. La ha popularizado en Hollywood, pero la moda aún no forma parte de la conversación, por eso estamos negociando con diferentes marcas para lanzar una línea con estas gemas creadas en laboratorio.Y luego está Orange Fiber, una startup italiana que ha ideado una técnica para producir un tejido similar a la seda a partir de la piel de naranja reciclada (la industria del zumo en Italia produce 700.000 toneladas anuales que acaban en vertederos). Salvatore Ferragamo ya tiene una colección cápsula en la que emplea esta fbra. P: ¿Cómo encuentra las empresas con las que colabora? R: Es un proceso sin fn de estudiar laboratorios, centros de investigación, universidades... Cuando empecé a ponerme en contacto con científcos, me miraban como diciendo:“¿Pero quién demonios es esta mujer?, ¿de qué quiere hablar con nosotros?”. Uno de los primeros con los que me reuní me confesó que su empresa había dejado de trabajar con la industria de la moda porque pensaban que nunca podrían entenderse. Por suerte, con el tiempo hemos conectado con gente del M.I.T. [Instituto Tecnológico de Massachusetts], Stanford, Harvard e incluso Roscosmos, el programa espacial ruso.También están pasando muchas cosas excitantes en Hong Kong, Corea y Japón, uno de los mercados más sofsticados y de difícil acceso.Y un equipo italiano recibió hace poco el Global Change Award de la H&M Foundation por producir cuero a partir de uvas.También es posible obtenerlo con champiñones y lo mismo ocurre con productos derivados de la industria del salmón. P: ¿Cómo cree que serán las prendas del futuro? R: Estarán confeccionadas con materiales que aprovechen las energías solar y eólica, y podrán recoger la información que produce el cuerpo, como los pasos o los movimientos realizados, para así poder ajustar la temperatura cuando empieces a tener frío o calor. P: ¿Qué diseñadores incorporan ya estos avances en lo que hacen? R: Para ser honesta, ninguno. La tecnología wearable y los tejidos realmente inteligentes, como los que pueden mantenerte caliente a 180 grados bajo cero, actualmente solo se encuentran en los laboratorios. Pero estamos intentando que los nuevos talentos del diseño, estudiantes de Parsons o Central Saint Martins, empiecen a familiarizarse con estas innovaciones. P: ¿Cuál es la lección que ha aprendido hasta ahora? R: Fashion Tech Lab Venture ha hecho que me haga las preguntas fundamentales: ¿qué merece más la pena poseer, el tejido o la esencia que subyace en él? La moda se centra en la estética y la belleza exterior, pero, ¿a qué problemas debe dar solución?