Harper's Bazaar (Spain)

El laboratori­o de Miroslava Duma

En su deseo por profundiza­r en el propósito actual de la moda, la empresaria e inversora rusa MIROSLAVA DUMA recurre a la ciencia para buscar soluciones de futuro. RACHNA BHASIN, jefa de operacione­s de la ‘startup’ tecnológic­a más fascinante del momento,

- Fotografía de Michael Avedon

MIROSLAVA DUMATIENE SUPERPODER­ES.Su habilidad para conectar a personas de mundos distintos y, aparenteme­nte, distantes me ha convencido de ello. La prueba es FashionTec­h LabVenture­s, el fondo de capital riesgo e incubadora de empresas tecnológic­as que acaba de poner en marcha. El año pasado se dedicó a cimentar su relación con científcos, ingenieros e investigad­ores que innovan en los campos de la nanotecnol­ogía, la biotecnolo­gía y la tecnología wearable (la informátic­a para vestir) y ahora está empeñada en que colaboren con esos diseñadore­s de moda cuyos desfles siempre ha visto en primera fla. La escasez de mujeres en el área de las CTIM (Ciencia,Tecnología, Ingeniería y Matemática­s) es notoria, por lo que no podría emocionarm­e más que la empresaria rusa (Surgurt, 1985) aporte su muy sonada voz a este mundo. Hace poco vino a Florida para echar un vistazo a lo que hacemos en Magic Leap, la empresa de Realidad Mixta (RM) de la que soy directora de negocio, y aprovecham­os para charlar sobre sus descubrimi­entos hasta el momento. PREGUNTA: ¿Qué fue, exactament­e, lo que le interesó a la hora de fusionar moda y tecnología en este proyecto? RESPUESTA: Soy de Siberia, donde están las mayores reservas de petróleo de Rusia, y crecí pensando que no había nada peor para el planeta que el negocio petrolero. Por otro lado, siempre he estado orgullosa de trabajar en el mundo de la moda, pero me horrorizó descubrir cuánta contaminac­ión produce. Creo que es algo que nos avergüenza a todos los que participam­os en el proceso. Así que empecé a reunirme con aquellas personas que están creando alternativ­as para un futuro mejor. P: ¿Qué compañías le han impresiona­do más? R: Un laboratori­o en San Francisco que desarrolla cuero a partir de células madre y una compañía, también en la Costa Oeste estadounid­ense, llamada Diamond Foundry que crea diamantes perfectos usando energía solar, sin huella de carbono. Se espera que la reserva de diamantes en bruto del planeta disminuya dramáticam­ente alrededor de 2030 y ahí es, en mi opinión, donde debería centrarse la industria joyera. Leonardo Di Caprio es un gran inversor en esta tecnología. La ha populariza­do en Hollywood, pero la moda aún no forma parte de la conversaci­ón, por eso estamos negociando con diferentes marcas para lanzar una línea con estas gemas creadas en laboratori­o.Y luego está Orange Fiber, una startup italiana que ha ideado una técnica para producir un tejido similar a la seda a partir de la piel de naranja reciclada (la industria del zumo en Italia produce 700.000 toneladas anuales que acaban en vertederos). Salvatore Ferragamo ya tiene una colección cápsula en la que emplea esta fbra. P: ¿Cómo encuentra las empresas con las que colabora? R: Es un proceso sin fn de estudiar laboratori­os, centros de investigac­ión, universida­des... Cuando empecé a ponerme en contacto con científcos, me miraban como diciendo:“¿Pero quién demonios es esta mujer?, ¿de qué quiere hablar con nosotros?”. Uno de los primeros con los que me reuní me confesó que su empresa había dejado de trabajar con la industria de la moda porque pensaban que nunca podrían entenderse. Por suerte, con el tiempo hemos conectado con gente del M.I.T. [Instituto Tecnológic­o de Massachuse­tts], Stanford, Harvard e incluso Roscosmos, el programa espacial ruso.También están pasando muchas cosas excitantes en Hong Kong, Corea y Japón, uno de los mercados más sofsticado­s y de difícil acceso.Y un equipo italiano recibió hace poco el Global Change Award de la H&M Foundation por producir cuero a partir de uvas.También es posible obtenerlo con champiñone­s y lo mismo ocurre con productos derivados de la industria del salmón. P: ¿Cómo cree que serán las prendas del futuro? R: Estarán confeccion­adas con materiales que aprovechen las energías solar y eólica, y podrán recoger la informació­n que produce el cuerpo, como los pasos o los movimiento­s realizados, para así poder ajustar la temperatur­a cuando empieces a tener frío o calor. P: ¿Qué diseñadore­s incorporan ya estos avances en lo que hacen? R: Para ser honesta, ninguno. La tecnología wearable y los tejidos realmente inteligent­es, como los que pueden mantenerte caliente a 180 grados bajo cero, actualment­e solo se encuentran en los laboratori­os. Pero estamos intentando que los nuevos talentos del diseño, estudiante­s de Parsons o Central Saint Martins, empiecen a familiariz­arse con estas innovacion­es. P: ¿Cuál es la lección que ha aprendido hasta ahora? R: Fashion Tech Lab Venture ha hecho que me haga las preguntas fundamenta­les: ¿qué merece más la pena poseer, el tejido o la esencia que subyace en él? La moda se centra en la estética y la belleza exterior, pero, ¿a qué problemas debe dar solución?

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