CLARABENARROCH
SI HAY UNA MUJER QUE DEJA HUELLA las 24 horas allá donde va en Madrid, es ella.Y no es porque este escándalo público sea mi amiga, sino porque conozco pocas chicas tan jóvenes y tan superdotadas en inteligencia, chispa, estilazo y ambición... A sus 31 años, la proyección de esta ejecutiva de marketing en una multinacional de la industria cosmética de lujo es envidiable, y se plantea sus tareas diarias como una oscilante aventura:“¡Cada día es un mundo! Uno, estamos presentando un nuevo lanzamiento, otro, encerrados diez horas en una sala planifcando el próximo año o locutando un anuncio de televisión. Pero soy consciente de que trabajo en el sector del lujo y de que ahí existen ciertos códigos que hay respetar, ya sea porque te apasiona la moda o porque la uses como forma de expresión”. Defne su estilo laboral como atemporal, sencillo y discreto, salvo los días en los que el cuerpo le pide otra cosa. Entonces, puede aparecer con una camiseta agujereada de Nirvana, minifalda y unas Converse All Star.A menudo, consigue dilatar la función de los complementos a lo largo de una jornada maratoniana: “Soy de pocos accesorios, que te dan el aspecto de ir a trabajar como un árbol de Navidad, pero soy fel a la triada reloj-bolso-zapatos, elementos que intento que me identifquen. Los días que debo ir a una cena o evento aprovecho para llevar taconazo desde por la mañana.” La moda para Clara es algo muy natural, es un lenguaje que habla tan bien como su envidiable francés porque lleva desde muy pequeña practicando ambos, y sabe desenvolverse a la hora de idear su imagen cada temporada.“Nada más arrancar una nueva estación escojo las formas que mejor me sientan y me hago un uniforme sobre el que practico derivaciones y añadidos. El maquillaje lo concibo como un complemento más que me defne, y ha de ser limpio, concreto y siempre con mi infalible rojo de labios de Giorgio Armani.” Este año se ha encaprichado de la riñonera de Gucci y de un abrigo nuevo de su tía Elena Benarroch, largo y de piel color cúrcuma. Entre risas, que es como hablamos de todo, me confesa que se topa cada mañana con garrafales fallos en ciertos estilismos que ve por la calle:“Lo escotado, lo mini y lo muy ceñido suele fallar; lo concibo en Erin Brockovich pero no en la vida real”.