Harper's Bazaar (Spain)

YO TENÍA UNA GRANJA EN VERMONT

Entramos en el universo rural y bohemio de TATA HARPER, la reina de la cosmética natural y precursora del movimiento ‘green’, que aboga por una belleza más consciente, sin químicos, fertilizan­tes ni pesticidas.

- Por Susana Blázquez

En el estado de Vermont, al noroeste de Estados Unidos, en plena región de Nueva Inglaterra, es famoso el otoño. No en vano, en esta época del año sus paisajes, que limitan al norte con Canadá, adquieren unas tonalidade­s únicas (por algo su nombre, que viene del francés, hace referencia a “monte verde”). Y allí, en el valle de Champlain, se encuentra el hogar de Tata Harper y el epicentro logístico del que salen todas sus cremas, sérums y elixires hacia los puntos de venta más exclusivos del mundo. Una empresa que nació hace siete años y que se ha convertido en el buque insignia de la cosmética orgánica y biológica, rebosante de activos botánicos, y respetuosa no solo con el medio ambiente, sino también con la salud de nuestra piel y nuestra mente. Nació en Colombia hace 41 años bajo el nombre de Graciela, pero pronto pasó a ser Tata, como la llamaba su abuela desde niña. “Si alguien me llamara ahora Graciela, seguro que ni contesto. ¡Hasta en el colegio me decían Tata!”, cuenta entre risas, nada más conocernos. Lo de Harper viene por su exmarido, Henry Harper, socio de la empresa. Y a pesar de que lleva desde los 18 años fuera de su país, sus orígenes la delatan. “Perdona por el spanglish tan

horrible que hablo, pero no lo puedo evitar”, se disculpa. Aunque pensándolo bien, encuentro que tiene mucha gracia y escucharla es una auténtica locura, ya que enlaza frases en castellano con un marcado acento colombiano, que va trufando con palabras y expresione­s inglesas, que pronuncia en un (también) marcadísim­o acento americano. Igual de natural que sus cremas y de sonrisa fácil, se declara una entusiasta de su trabajo, del que habla con auténtica pasión. “Cuando me casé, vivíamos en Miami y mi marido y yo decidímos comprar esta fnca en Vermont, con la idea de pasar temporadas y algunos fnes de semana. Cuando él se trasladó por trabajo a Nueva York, a mí me dio pena no disfrutar más tiempo de este lugar tan mágico y de repente, me di cuenta que estaba ante el sitio perfecto para empezar esa idea de negocio que llevaba tiempo rondándome la cabeza”, explica.Y es que un tiempo antes, cuando a su padrastro le diagnostic­aron un cáncer, ella se encargó de acompañarl­o a los médicos y tratamient­os y, poco a poco, fue tomando conciencia de la importanci­a tan grande que tiene cuidarse, alimentars­e bien y no utilizar productos sintéticos, con fertilizan­tes, pesticidas y otros químicos que, a la larga, acaban pasando factura. Así es que fue allí, en un campo de 480 hectáreas con una granja y otras pequeñas edifcacion­es de madera a su alrededor, donde construyó su particular Edén y refugio. Se metió a fondo en el estudio de la industria de la cosmética natural y se rodeó de científcos y expertos en formulació­n. En un principio, eran ocho. Poco a poco, fueron creciendo. “Soy amante de la belleza de toda la vida, de las que tienen 500 cremas, en casa. No podía dedicarme a poner sin más en mis productos los activos que casi me recomendab­an por teléfono.Tenía claro que quería hacer una línea que defniera la nueva generación de belleza partiendo de cero, utilizando los mejores activos y materias primas y rodeándome de los mejores expertos”, sigue Tata. Tuvieron que pasar cinco años hasta que su línea de 12 referencia­s, inspirada en los 12 pasos de belleza que a ella le gusta seguir, viera la luz.Y entre tanto, la granja se fue llenando de niños: Hunter, Grace Paloma y Tata Mia, que nacieron con intervalos de dos años. ³

¿El color del packaging? Vino inspirado por la presencia del tono amarillo del diente de león –una hierba floral con grandes propiedade­s para la salud– que crece en Vermont dando lugar al verde neón que tanto se identifca con la marca. Árnica, caléndula, alfalfa, borraja, tomillo y decenas de otras plantas presentes en sus cremas, campan a sus anchas en este oasis botánico. Amante de la vida sana, trabaja intensamen­te para compaginar su faceta de empresaria con la de madre. ¿Un día normal en su vida? “Me levanto a las siete de la mañana después de haber dormido un mínimo de siete horas. Desayuno muy sano y me encierro en la ofcina hasta pasadas las cinco de la tarde. Entre medias, medito unos 20 o 30 minutos y hago una pausa para comer. Cuando he terminado la jornada laboral, hago ejercicio con mi entrenador­a y después me dedico cien por cien a mi hijos. ¡Ésta es la parte de mi rutina que más me gusta!”, nos cuenta. Además, y como no podía ser de otra forma, se cuida la piel a conciencia, con especial hincapié en la limpieza nocturna (solo utiliza sus productos, en los que cree a pies juntillas) y es muy fan de los “superalime­ntos” como el aguacate, la alcachofa, las algas, las setas shiitake, los zumos antioxidan­tes y los suplemento­s. También le apasiona la decoración (le encantan los libros y los objetos más variopinto­s que encuentra en los anticuario­s de la zona), pasear, viajar, jugar al tenis y la moda. De hecho, su armario está plagado de etiquetas como Jacquemus, Vanessa Seward, Gucci, Céline, Kenzo, Helmut Lang o Phillip Lim.“Antes de que se empezaran a vender mis productos, recuerdo que viajaba con mi maleta llena de cremas y visitaba a mis amigas en Malibú, donde me organizaba­n pequeñas reuniones. ¡Mis amigas fueron mis primeras clientas!”, recuerda entre risas.Al igual que hacía su abuela en Colombia, que cada sábado reunía a sus tías y amigas en lo que hoy se denominarí­a una beauty partie, para probar sus scrubs y mascarilla­s caseros y otros experiment­os y descubrimi­entos de belleza. Siete años después de su lanzamient­o, Tata Harper se ha convertido en un referente de la cosmética natural de calidad, con 180 empleados y más de 40 referencia­s que se distribuye­n en 28 países. Ahí es nada. Los productos de Tata Harper, que incorporan la mayor concentrac­ión posible de activos naturales en cada fórmula, de momento, se venden en exclusiva en España en la sección Green de la web JC Apotecari ( www.jcapotecar­i.com). Sus últimos lanzamient­os pasan por la mascarilla Clarifying Mask o la hidratante de cara Crème Riche.

“No hay nada más bello que una mujer segura de sí misma. Creo que ahí es donde reside la verdadera belleza, esa que nace y crece de ti, y no tanto en la parte más puramente física”

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 ??  ?? De izda. a dcha., en el sentido horario, detalle del colorido salón de su casa, donde los grandes protagonis­tas son los coffee table books y los cuadros antigüos de siluetas. Exterior de la fnca con sus edifcacion­es de madera y porche con vistas al...
De izda. a dcha., en el sentido horario, detalle del colorido salón de su casa, donde los grandes protagonis­tas son los coffee table books y los cuadros antigüos de siluetas. Exterior de la fnca con sus edifcacion­es de madera y porche con vistas al...
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 ??  ?? La empresaria Tata Harper pasea por su fnca de Vermont, el origen de sus productos de belleza.
La empresaria Tata Harper pasea por su fnca de Vermont, el origen de sus productos de belleza.
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De izda. a dcha., en el sentido horario, rincón del salón con tapizados de estampados de naturaleza. Exterior de la granja de madera. Tata junto a la caléndula seca para elaborar sus productos. Exteriores con el huerto de hierbas aromáticas.
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