NOCHES BREVES, PERO INTENSAS
Hay festivales y festivales. Mientras unos concentran todo su material pirotécnico en tres días en los que el público asistente sacrifca años de su vida para resistir el tour de fuerza, otros apuestan por la música en un formato sosegado, tranquilo, en pequeñas dosis y sin mezclas. A concierto por día, asegurando una experiencia exquisitamente delicada. El formato es similar al de los Jardines de Pedralbes, en Barcelona, u otros en diferentes capitales europeas durante los meses de verano. La elección de su escenario resulta difícil de mejorar, en un Madrid que adolece de sedes, por logística y por regulación: el Real Jardín Botánico de la Universidad Complutense, con quien la promotora comparte organización. En el cartel, como suele ser habitual en estos formatos, un poco de todo, muy bien elegido. Desde Seu Jorge en sus deliciosas versiones de David Bowie (Wes Anderson incluyó alguna de ellas en su película Life Aquatic), o el jazz de Elvis Costello, hasta el rock de Phoenix en un sorprendente pequeño formato, lo mismo que Calexico, acostumbrado a otras dimensiones, la sabiduría de David Byrne, el ritmo de Bomba Estéreo, bien propicio para una buena festa, o los pianos tranquilos de Norah Jones y Rufus Wainwright. Sin olvidar, claro, el doblete de Joan Manuel Serrat. Que dure muchos años para amenizar las noches de calor en Madrid (nochesdelbotanico.com).