Gilda Ambrosio y Giorgia Tordini, una pareja de moda
En tan solo dos años de vida, Gilda Ambrosio y Giorgia Tordini han convertido ATTICO en una de las firmas con más proyección del panorama internacional. Conversamos con las diseñadoras y empresarias sobre moda, estilo y éxito.
«ESTÁBAMOS EN un taxi amarillo durante la semana de la moda de Nueva York lamentándonos de que no encontrábamos ropa nueva que despertar a nuestro entusiasmo. Fue justo en ese momento cuando decidimos fundar Attico», recuerdan Giorgia Tordini y Gilda Ambrosio. Corría el mes de septiembre de 2015 y tan solo medio año después, este dúo de diseñadoras y empresarias, estrellas del street style, lanzaban una frma de moda que acaparó todos los focos, mucho antes incluso de su lanzamiento: «Nuestra visibilidad en Instagram –Giorgia cuenta con 165.000 seguidores mientras que Gilda supera los 300.000– nos ayudó a correr la voz y generar expectación no solo entre el público en general, sino también entre la prensa y los compradores. Pero por mucho ruido que hubiésemos hecho, si después no hubiese habido diseño ni calidad detrás, la frma habría muerto». Nada más lejos de la realidad. Sus colecciones, que ya se venden en los cuatro grandes portales de venta online –Net-a-Porter, Matchesfashion. com, Mytheresa.com y Moda Operandi–, han logrado una visibilidad solo al alcance de otras frmas ya consagradas. «No esperábamos este éxito tan repentino. Suponemos que todo es fruto del trabajo duro y de un poco de suerte». Suerte o esfuerzo, lo cierto es que Giorgia y Gilda, que además de influencers han trabajado durante años como consultoras de moda para diversas marcas y revistas, han sabido tomarle el pulso a esta industria, convirtiéndose en expertas intérpretes de los deseos de la mujer actual, saturada de estilos y marcas que nacen y mueren en segundos. «Está claro que nos interesan las tendencias, pero no queríamos que Attico se convirtiese en una de esas frmas sin identidad propia que se mueven al son de lo que se lleva en cada momento», conceden. Su propuesta, en cambio, bebe de una estética vintage actualizada y femenina en la que ambas aportan su granito de arena. «Nos conocemos desde hace años y, aunque nuestros estilos son muy diferentes, siempre nos hemos admirado mutuamente», afrman. «Aunque en ocasiones tengamos opiniones enfrentadas, en Attico trabajamos en equipo. Nuestro objetivo es crear un estilo marcado y reconocible con prendas que se adapten a mujeres muy diferentes entre sí». De su primera colección, otoño/invierno 2016, centrada en batas y kimonos de terciopelo, conservan un espíritu retro y festivo que, en estos más de dos años de trayectoria, han ido engordando con más prendas, siluetas, materiales y una línea de accesorios. «Todavía es muy pronto para decirlo, pero nos gustaría poder convertir Attico en una frma de estilo de vida en la que incluso incorporemos objetos de otras marcas con las que nos sintamos identifcadas», adelantan. A punto de estrenar su propio portal de venta online, esta pareja de empresarias de éxito admite que, aunque es necesario controlar todas las áreas del negocio, su parte favorita continúa siendo el proceso creativo: «Todo empieza con un viaje que hacemos siempre juntas. Bueno, con unos cuantos. Tokio, Los Ángeles, Nueva York, París… Buscamos durante semanas en tiendas vintage prendas que nos fascinen y desde ahí, lo modernizamos y construimos toda la colección. Hay mucho de cada una de nosotras en cada diseño».