Los perfumes viajeros de Gabrielle Chanel
Con el mismo entusiasmo que GABRIELLE CHANEL se entregaba a la aventura del viaje, damos la bienvenida a una colección olfativa inspirada en tres destinos muy queridos por la creadora, bañados por el agua.
LA EMOCIÓN QUE SUSCITA una escapada inesperada, la particularidad de un destino y el recuerdo evocador que queda grabado para siempre en nuestra memoria es el nuevo territorio en el que la maison francesa se ha sumergido para crear Les Eaux de Chanel, una colección de tres delicadas eaux de toilette inspiradas en la frescura de las aguas de colonia. Firmadas por Olivier Polge, cada una de ellas ha sido concebida como una invitación a un viaje a través de las ciudades que marcaron la personalidad y la apasionante vida de Gabrielle Chanel. Deauville, el sitio preferido por los parisinos de la época para pasar el fn de semana, es el lugar donde en 1913 la joven diseñadora de sombreros abre su primera boutique en la rue Gontaut-Biron con la ayuda y fnanciación del jugador de polo Boy Capel, su gran amor. Allí se gesta ese estilo icónico (las rayas, el beis, el punto, el acolchado inspirado en las sillas de jockey…) que forma parte del patrimonio de Chanel. Dos años después de la apertura, inaugura un nuevo espacio en Biarritz, justo al lado del famoso Casino. Es el destino deportivo por excelencia de la aristocracia del momento y la diseñadora se codea con lo más granado de la sociedad. En 1920, inconsolable por la pérdida de Boy Capel en un accidente de coche, descubre Venecia, la ciudad que le devuelve las ganas de vivir y de seguir creando. Tres ciudades, tres leyendas y ahora tres universos olfativos capturados en nobles frascos de cristal donde la sencillez y la pureza son una declaración de intenciones de su contenido. Una refrescante brisa para los sentidos.