Harper's Bazaar (Spain)

MAMMA MIA! MENUDAS TRES MUJERES

Ante el estreno de la secuela de la película de 2008 basada en la música de ABBA, su productora ejecutiva (y esposa de Tom Hanks), RITA WILSON, habla con CHER, AMANDA SEYFRIED y LILY JAMES, tres de sus protagonis­tas, sobre moda, feminismo y el poder de la

- Por Rita Wilson

CHER

La legendaria cantante, actriz e icono de moda se une, a sus 72 años, al elenco de la cinta interpreta­ndo a la muy tremenda abuela de Sophie. RITA WILSON: ¡Oh, Dios mío! ¡Vi la película y eres de lo más gracioso! CHER: Bueno, espero salir lo bastante como para causar algo de impresión. RW: ¡Desde luego! Me encantó cuando subiste a Twitter una foto de tus plataforma­s y todo el mundo se volvió loco especuland­o sobre si saldrías en la película. C: Alguien me dijo que debería publicar algún tipo de pista… Y así hice. RW: Para mí, y para millones de personas, eres una leyenda de la música, la moda, el cine y la televisión. ¿A qué crees que se debe tu éxito, tu longevidad y tu capacidad de ser tan versátil como artista? C: A la suerte, que está muy infravalor­ada. Puedes ser cualquier cosa, pero si no la tienes, nadie te conocerá. RW: La revista Time acaba de publicar un artículo sobre esto en el que dice que nuestra red de apoyo está formada por nuestra familia y amigos, pero que la suerte es lo que ocurre cuando sales de ese grupo de apoyo habitual y te encuentras con gente de otros ámbitos. Así que para tener fortuna lo mejor es salir de tu zona de confort. C: Eso hice cuando era joven. Sé lo que quiero ser desde los 4 años. Cuando conocí a Sonny (Bono) yo era una bola de energía.Y él dijo, ‘Vale, tenemos que hacer algo con esto’. Ni siquiera tenía confanza en mí misma. Así que siempre he tirado de la suerte. Cuando era muy pequeña mi madre me dijo,‘No eres la más guapa, ni la más talentosa ni la más lista, pero eres especial’. RW: ¡Qué maravilla de mensaje para una niña! C: Soy disléxica, no era sencillo. Yo era la oscuridad y el resto de mi familia, la luz. Pero mi madre no dejaba de decir, ‘Eres inteligent­e. No se ve, pero eres inteligent­e’. Se me dan muy mal los números.Y mi madre me decía,‘No te preocupes, alguien los hará por ti’. RW: Es maravillos­o que una madre aprecie así a una hija. Te sigo en Twitter y me encanta lo que dices sobre política y Estados Unidos. Siempre me has sido de gran inspiració­n porque te importa un pimiento lo que piensen los demás. ¿Qué les dirías al resto de mujeres sobre cómo actuar en el mundo actual? C: Correcto. Mi hermana siempre me decía que tenía que vigilar mi vocabulari­o y le respondía que ya era tarde para eso. No pienso como mujer, pienso como ser humano. Me importa el mundo y tengo mi punto de vista, que no es el correcto necesariam­ente. Pero veo que la persona que está en la Casa Blanca y todos los del Gobierno están locos. Creo que las mujeres van a salvar este país. Nosotras y los jóvenes. Solo tenemos que inspirarlo­s y darles nuestro apoyo. Estamos en un momento en el que la unión de mujeres mayores y la gente joven va a marcar la diferencia. RW: Te casaste con Sonny Bono, que era también tu pareja artística, y después os divorciast­eis. Tuvo que ser un momento aterrador. Pero fuiste capaz de seguir trabajando, creciendo y haciendo que la gente viese esa evolución.

C: Lo conocí con 16 años y nos separamos cuando yo tenía 27. Durante ese tiempo yo no crecí como persona, crecí como artista. Cuando estábamos trabajando, Sonny y yo nos llevábamos bien y si entrase ahora mismo por esa puerta podríamos retomar lo que teníamos, porque había algo entre nosotros. No estoy muy segura de que hiciésemos bien al casarnos, pero tenemos un nexo que nunca se ha roto. RW: No creo que la gente sea consciente de lo difícil que es ser conocida por una cosa y empezar a hacer otra. Tú lo hiciste al pasar de la música al cine en películas como Máscara o Silkwood. ¡Y encima vas y ganas un Oscar por Hechizo de luna (Norman Jewison, 1987)! C: Y eso que la productora hizo algunas pruebas previas a su estreno y llegaron a la conclusión de que no iba a interesar al público. RW: Si la película está protagoniz­ada por una mujer, se dirige a una audiencia femenina y tiene éxito dirán que fue de chiripa. Las mujeres controlan la mayor parte del consumo en este país y, aun así, nos dejan de lado en lo que se refere a hacer películas para nosotras. Me encantó Plan de chicas (Malcolm D. Lee) el año pasado. Pensé:‘Gracias a Dios, desde luego que esto no ha sido de chiripa. Las mujeres podemos hacer que la gente vaya al cine. Hagamos más películas de este tipo’. C: He visto Los archivos del Pentágono (Steven Spielberg, 2017) muchísimas veces. Es algo que hago cuando una película es realmente buena. La veo una y otra vez porque hay mucho que apreciar y no dejaba de pensar: ‘Dios mío, así es como se trataba a las mujeres’. Tenían que salir de la habitación cuando los hombres hablaban de negocios o se quedaban en la sala mientras los hombres las ignoraban para hablar de sus cosas. Recuerdo cuando las mujeres se te presentaba­n usando el apellido de sus maridos, como ‘Soy la señora de John Treacher’.Venga ya. En serio, venga ya. RW: Cuando era joven me encantaba tu estilo, y todavía me encanta cómo te vistes a diario o para tus conciertos. Esas maravillas que te has puesto para los Oscars… Hoy en día se echa de menos a gente que tome esos riesgos. Ahora las mujeres se visten, en general, de forma muy educada y con buen gusto, pero en tu vestuario no había nada aburrido. ¿Dónde encontrast­e la confanza para vestir así?

«Me importa el mundo y tengo mi punto de vista, que no es el correcto necesariam­ente. Pero veo que la persona que está en la Casa Blanca y todos los del Gobierno están locos. Creo que las mujeres van a salvar este país. Nosotras y los jóvenes»

C: Simplement­e me ponía lo que el diseñador Bob Mackie me hacía. En los Oscars del 86, cuando me acerqué al micrófono vistiendo el famoso vestido de plumas dije,‘He recibido mi panfeto informativ­o sobre cómo vestir para ser una actriz seria’. Tenía a Bob, así que me quedaba quieta y le dejaba trabajar. Nunca me avergoncé de llevar nada de lo que me hizo. Claro que Sonny y yo siempre habíamos vestido de un modo peculiar. La gente pensaba que era una locura, pero estábamos muy orgullo- sos de nuestro aspecto. Lo que piensen los demás nunca me ha preocupado porque, la verdad, ¿a quién le importa? Me gustaba el vestido, confaba en Bob.Tenía el cuerpo para ponérmelo. No tenía pecho, era recta y sin curvas. RW: ¡Todo el mundo envidiaba tus abdominale­s! C: Nunca tuve que trabajarlo­s. RW: Eso es deprimente. C: Sí, bueno, ahora sí tengo que hacerlo. RW: Has mantenido tu pasión viva durante seis décadas. ¿Qué es lo que te impulsa? C: Cuando salgo al escenario sigo pasándolo bien. También soy consciente de que llegará un momento en el que no pueda hacerlo, y me propongo disfrutarl­o mientras pueda. Además, aún tengo voz. Voy a ser como Tony Bennett. RW: Eres muy amiga de Mer yl (Streep), y ahora con Mamma Mia! Una y otra vez es como si os reuniésemo­s. Trabajé con ella en No es tan fácil y recuerdo encontrarm­e en una escena con ella y pensar,‘¡Oh, Dios mío, estoy con Meryl Streep!’. C: Soy una gran fan suya. RW: Háblanos un poco de vuestra amistad. C: La conocí en un restaurant­e japonés en Texas cuando estábamos rodando Silkwood, de Mike Nichols. Entré, y ella se acercó para abrazarme y dijo, ‘Estoy muy contenta de que estés aquí’. Después de eso estábamos juntas todo el rato. Los domingos íbamos al cine y cuando viajaba a NUEVAYORK la visitaba en su casa casi a diario. RW: A lo largo de los años son conocidas tu flantropía y tu conciencia social. ¿Por qué te involucras­te en la investigac­ión contra el sida, los derechos del colectivo LGTBIQ y la Cher Charitable Foundation? C: Queda mucho por hacer. Cuando yo era pequeña éramos muy pobres. Si nos quejábamos mi madre a veces respondía, ‘Me quejaba de que no tenía zapatos hasta que me encontré a un hombre sin pies’. Me cansé de oír esa expresión, pero dejó huella. ³

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