Manu San Félix a la defensa de los fondos marinos
MANU SAN FÉLIX, uno de los mayores defensores de la posidonia y de la pureza de los fondos marinos, ha terminado un documental para alertar de la necesidad de un cambio de paradigma. Recuperar el Mediterráneo de nuestra infancia es posible.
Cuando era niño, Manu San Félix (Madr id, 1964) soñaba con salvar el mundo, pero sus superhéroes no eran personajes de cómic, sino personas de carne y hueso. «Soy de una generación afortunada, que creció con dos genios en televisión: Félix Rodríguez de la Fuente y Jacques Cousteau. La fascinación que tenía por el mar y la naturaleza me viene de aquella época», comenta. Con el discurrir de los años, aquella fascinación se convirtió en una pasión y, a raíz de diversas colaboraciones como el proyecto Pristine Seas de National Geographic, también en un sueño cumplido. «Desde que era un adolescente quería hacer lo que hago ahora. Cuando la naturaleza te enamora, lo que te apetece es protegerla», añade. Hoy, este activista, uno de los mayores defensores de la posidonia –planta acuática que crece en el Mediterráneo formando kilómetros de praderas–, solo necesita enfundarse un traje de neopreno para preservar la pureza de los fondos marinos. «La presión a la que hemos sometido al mar en los últimos 30 años ha sido bestial: hemos perdido muchísimas especies. Creo que la sociedad ya ha asimilado que hay que proteger el planeta porque nos hace felices; ver el atardecer en una playa es un momento mágico», asegura. Pero la magia está a punto de expirar. San Félix lo ve cada día, cuando se sumerge en las aguas de Formentera, donde vive desde hace años, y contempla un mar que tiene poco que ver con el que conoció de niño. ¿Qué ha ocurrido para que los fondos marinos se hayan degradado tanto? Para San Félix la situación de España resulta paradójica, ya que siendo un país pionero con una gran tradición, junto a Gran Bretaña, de descubrimientos y navegaciones, se ha quedado muy atrás en cuanto a la protección de los fondos marinos. «No lo digo como crítica, sino como una realidad: España está a la cola en cuestiones de protección marina. Hay un compromiso fr-
mado para llegar a un 100% de protección en 2020, pero en la actualidad sigue siendo nuestra asignatura pendiente», afrma. A lo largo de su historia, España ha sido un país eminentemente pesquero, lo que a juicio de San Félix ha influido negativamente a la hora de aplicar políticas restrictivas a las capturas indiscriminadas. «Parece que proteger la pesca está reñido con conservar el mar, y es todo lo contrario. Nos hemos dedicado a sacar, sacar y sacar, porque el mar nos ha dado muchísimo, pero hemos llegado a un punto límite. El 80% del pescado que consumimos en España viene de fuera, eso es un dato demoledor en un país con casi 9.000 kilómetros de costa, porque hemos agotado lo que había en nuestros caladeros. Es importante que desde el Gobierno y desde el sector de la pesca se comprenda que para seguir teniendo recursos hay que proteger el mar. La protección no es un enemigo, es un aliado», sostiene. Para concienciar de la necesidad de ese cambio de paradigma, San Félix ha dado los últimos toques a un documental para National Geographic, titulado 2030: Hemos cambiado, que Fox emitirá a fnales de este año en todo el mundo. «Mi idea original fue huir de cualquier mensaje apocalíptico y lanzar otro muy distinto. Quiero que mis tres hijos vean un Mediterráneo recuperado, pero también yo quiero disfrutar de aquel mar de mi infancia. Por eso esta película parte de la premisa de que podemos cambiarlo», adelanta. El documental arranca en 2030 para volver al presente, donde Manu San Félix entre- vista a diversas personas clave que analizan los problemas –y las soluciones– para que en 2030 tengamos el Mediterráneo que todos queremos. «Estamos a tiempo de recuperar esa naturaleza que nos contaron Cousteau y Rodríguez de la Fuente, hay que huir de tonos alarmistas, pero también hay que mantener el realismo para alertar de todo lo que estamos haciendo mal. Hoy día tenemos la tecnología para vivir con los estándares de confort que queremos, pero sin dejar la huella negativa que estamos dejando». ¿Cómo? En primer lugar, con una gestión racional de la pesca; en segundo lugar, depurando las aguas residuales que se vierten al mar, y en tercer lugar, olvidándonos del plástico y buscando alternativas a este material que, como advierte, está presente en las muestras de agua que ha tomado en todos los mares del mundo, incluido el Ártico. «El plástico está presente en el mar de la manera más peligrosa de todas: aunque no lo veamos, lo estamos comiendo». San Félix prefere abogar por la esperanza antes que por el apocalipsis. «La sociedad ha entendido que la naturaleza solo nos da cosas positivas y está reaccionado a tiempo.A esto se están sumando muchas marcas, sobre todo del mundo del lujo, que ayudan a entender la necesidad de este cambio», apunta. Firmas como Loewe, que este verano lanzó una campaña para proteger la posidonia, o Biotherm, que apoya esta flosofía con productos como Life Plankton, Skin Oxygen o Blue Therapy, e iniciativas como su plataforma Water Lovers, que apuesta por el consumo responsable, abogan por el lujo sostenible. Porque «ver a una tortuga poniendo sus huevos en una playa nos da paz y una gran felicidad». El lujo es eso.
«El plástico está presente en el mar de la manera más peligrosa de todas: aunque no lo veamos, lo estamos comiendo»