«Creámoslo o no, 2019 inaugura mucho más que otro año. Da inicio a una nueva era, la del ‘Big Data’ y la hipercomunicación. Pero también, paradojas de la vida, la de reconectar con nuestro maltrecho planeta»
se dice, se comenta, se rumorea que transitamos por una era de cambios; que somos –¿afortunados?– testigos de una revolución cultural, social, política, económica e incluso personal. Se habla de nuevas estructuras, de otros discursos, voces y actores diferentes, y se pone el foco en la diferenciación y la personalidad. Nos encontramos ante una disrupción; una auténtica transformación del sistema a la que –aseguran– solo podremos sobrevivir si estamos dispuestos a explorar maneras distintas –inimaginables hace apenas unos años– de pensar, actuar y relacionarnos con nuestro entorno. Pero lo que nadie sospechaba en los albores del siglo XXI es la magnitud de esa revolución, que me imagino tan gigante y aterradora como la ola perfecta –la más grande del mundo, según los entendidos–, aunque se pueda resumir en un enunciado tan simple y escueto como el que sigue: «No estamos ante una era de cambios; nos enfrentamos a un cambio de era » . Los adeptos de esta nueva verdad, como el experto en branding Andy Stalman, autor de la cita, ratifcan, con una seguridad que fluctúa entre la precisión de un cirujano y la clarividencia de un chamán, que no tendremos que esperar; que la transformación –abróchense los cinturones– se está produciendo ya. Creámoslo o no, todo indica que 2019 inaugura mucho más que un simple año; da inicio a una realidad protagonizada por el Data de última generación y la hipercomunicación; pero también, paradojas que no falten, por la necesidad de una desconexión de lo que ya se conoce como la tiranía digital. Celebremos el reencuentro con lo auténtico, la idea de reconectar con nuestro maltrecho planeta y el activismo cuando se trata de sostenibilidad. Como el que profesa Gisele Bündchen, modelo de portada, influyente personaje público, tenaz defensora de un único modo de vida sostenible y escritora novel, cuya voz inunda este primer número del año para alzarse más alto que nunca como el himno de esta nueva era. Ella lo resume en dos palabras, «Sharing Love », su mantra repetido ad infinitum a lo largo de su intensa y exitosa carrera. Dos palabras que encabezan ya mi lista de propósitos de año nuevo.