DISEÑAR EL CAMBIO
LA SOSTENIBILIDAD, EN LA MODA, TIENE NOMBRE FEMENINO. REFLEXIONAMOS CON LAS MUJERES QUE HAN LUCHADO CONTRA VIENTO Y MAREA POR HACER LAS COSAS BIEN.
Ella es la reina de la moda antisistema, empeñada en seguir sus propias reglas y en acabar con los mecanismos de un mundo que no considera justo.
LA VISIONARIA Vivienne Westwood LA GRAN DAMA DEL LUJO ACTIVISTA LLEVA CASI MEDIO SIGLO DEFENDIENDO UN DISCURSO DE SOSTENIBILIDAD QUE, EN ESTA NUEVA ERA POSPANDÉMICA, COBRA MÁS SENTIDO QUE NUNCA.
el pasado 2020 fue el año en el que a la moda se le acabaron las excusas para hacer frente a la crisis climática. A medida que el coronavirus ganaba terreno en nuestro vocabulario, términos como ‘sostenibilidad,’ ‘upcycling’ o ‘reciclaje’ comenzaban a aparecer asociados a marcas –de lujo, pero también del fast fashion–, colecciones y diseñadores. Algunas etiquetas, las que ya estaban trabajando en ello antes de la pandemia, decidieron implementar nuevos procesos sostenibles y acelerar los que ya venían poniendo en práctica desde hacía tiempo. Otras se limitaron a introducir cambios meramente estéticos y de terminología (lo que se conoce ahora como hacer greenwashing), mientras que un último grupo, el más reducido, mantuvo en sus propuestas esa conciencia medioambiental impresa en su ADN desde sus comienzos. Vivienne Westwood cumplió 80 años el pasado 8 de abril y 50 años revolucionando la moda. Porque, antes de que el upcycling fuese considerado ‘el milagro’ que salvaría la industria, ella ya lo llevaba a cabo. En 1981, la diseñadora británica mostró su primera colección sobre la pasarela, aunque su trabajo ya contaba con una gran repercusión en Reino Unido gracias a su estrecha relación con el movimiento punk. Su boutique londinense en el 430 de King’s Road –que abrió junto con Malcolm McLaren y que sigue todavía en funcionamiento– era una especie de meca para los jóvenes marginados de aquel momento, que hallaban en la ropa diseñada por Westwood un referente estético revolucionario. Desde entonces y hasta ahora han pasado muchos años, pero la postura de la diseñadora frente al fashion business –y frente al mundo– no ha cambiado ni un ápice, hasta el punto de que sus ideales podrían ser una extensión del espíritu punk original. Junto a su marido, Andreas Kronthaler, Westwood ha hecho de la lucha contra el cambio climático uno de los pilares de su trabajo. Su discurso revolucionario –que alentaba también a acabar con la hegemonía empresarial– tardó en calar en una sociedad entregada al derroche consumista del capitalismo neoliberal, pero la conciencia ética y social de las nuevas generaciones, junto con las transformaciones urgentes que ha puesto de manifiesto la pandemia, hacen que su lucha cobre hoy más sentido que nunca.
Pero para la gran dama de lo disruptivo, este activismo verde y de responsabilidad social es, desde siempre, su hábitat natural. En 2010, empezó a colaborar con la Iniciativa Moda Ética del Centro de Comercio Internacional y, desde entonces, ha sido la única diseñadora que lo ha hecho de manera constante, temporada tras temporada, lo que ha permitido mejorar las condiciones de vida de los artesanos que forman parte de su cadena de suministro. A lo largo de su trayectoria, Vivienne ha alzado la voz contra el calentamiento global, la pobreza en el mundo, el fracking (o fracturación hidráulica), la falta de libertad de expresión y hasta el Brexit, entre otras muchas causas. Ella es la reina de la moda antisistema, empeñada en seguir sus propias reglas y en acabar con los mecanismos de un mundo que no considera justo.
Tras la presentación de su colección para esta temporada, la infatigable diseñadora y activista comentó que el objetivo de su marca era producir una sola colección al año, algo muy en línea con sus horizontes sostenibles. A través de un comunicado, se explicaba la procedencia orgánica del algodón de sus blusas y del lino de sus bombers, y se mencionaba el reducido impacto medioambiental de todas sus prendas. A la vista está, pues, que la revolución Westwood continúa.