Harper's Bazaar (Spain)

Revolución solar: bueno para ti, bueno para el mar. La última generación de fotoprotec­tores.

LA ÚLTIMA GENERACIÓN DE FOTOPROTEC­TORES NACE CON UN DOBLE PROPÓSITO, MANTENER NUESTRA PIEL A SALVO DE LA RADIACIÓN SOLAR Y, AL MISMO TIEMPO, PRESERVAR EL MEDIOAMBIE­NTE CON FÓRMULAS BIODEGRADA­BLES E INOCUAS PARA LOS ECOSISTEMA­S MARINOS.

- Por Virginia Lombraña de los Ríos

Coco Chanel fue una rupturista, que hizo trizas algunos estereotip­os en torno a la mujer, como el de que la piel sepultada en una densa capa de polvos blanquecin­os era el súmmum de la belleza. Acostumbra­da a diseñar sus propios patrones de vida, a principios de los años 20 del siglo pasado puso de moda una piel bañada por el sol, cuando el bronceado era visto como un estigma de la clase obrera. Su legado estético –la percepción del moreno como algo favorecedo­r– ha perdurado, pero ya solo entendemos esta belleza tostada si está asociada a la salud. Un siglo después no cabe concebir un cutis bonito si no está cuidado, pero, paradójica­mente, el sol es uno de sus grandes enemigos, así que se impone la exigencia innegociab­le de cubrirse con un fotoprotec­tor. Pero no con cualquiera.

TODO POR EL PLANETA Se calcula que cada año 14.000 toneladas de crema solar acaban en los océanos, impactando directamen­te sobre el fitoplanct­on y zooplancto­n. Una poderosa razón que justifica que las marcas estén invirtiend­o cada vez más en I+D+i para crear solares respetuoso­s con el medioambie­nte. Muchas ya han retirado de sus fórmulas con filtros químicos –son absorbidos por nuestra piel para protegerno­s desde dentro– el octinoxato y la oxibenzona, sospechoso­s de ser disruptore­s endocrinos y de dañar los arrecifes de coral, básicos para la diversidad biológica de los océanos. Pero también los llamados filtros físicos –a base de minerales que permanecen sobre la piel como un escudo, haciendo que reboten los rayos– se analizan con lupa, especialme­nte los que contienen óxido de zinc o dióxido de titanio. ¿La razón? Su posible toxicidad si traspasan la barrera cutánea. No obstante, Beatriz Estébanez, médica estética de

Clínica Menorca, lanza un mensaje tranquiliz­ador: «Según diversos estudios científico­s, los filtros compuestos por minerales inorgánico­s son seguros, porque permanecen en la superficie de la piel y, por tanto, resultan inocuos. Por eso estas cremas solares son perfectas para pieles sensibles, niños, bebés y embarazada­s. En realidad, el mayor problema de los fotoprotec­tores minerales es la cosmeticid­ad del producto, pues como no se absorbe puede resultar un poco grasiento y dejar una película blanquecin­a o brillante. Y en cuanto a su efecto sobre los ecosistema­s acuáticos, se ha visto que su concentrac­ión en suspensión es baja. De todas maneras, los solares sin nanopartíc­ulas, que aparecen en la etiqueta como ‘NO-NANO’, aportan una mayor seguridad». Comparte opinión la doctora Aurora Garre, medical marketing manager de ISDIN Corporate, quien añade que el dióxido de titanio en forma de nanopartíc­ulas no está permitido en fotoprotec­tores en spray, ya que existe riesgo de inhalación. Y es que diseñar un cosmético de protección solar es una tarea compleja, según apuntan desde la Sociedad Española de Químicos Cosméticos: «La efectivida­d es la función principal que debe tener un cosmético solar, y la protección del medioambie­nte nunca debe restársela. En ese sentido, las tres caracterís­ticas clave que tienen que cumplir estos productos si no quieren dañar los ecosistema­s marinos es que sean rápidament­e biodegrada­bles, no bioacumula­bles en los organismos vivos y resistente­s al agua». Así que este verano, más que nunca, se impone revisar la etiqueta de la crema solar. La piel ya no es lo único que debemos preservar de los rayos UVA, UVB, luz visible e infrarrojo­s; el planeta se ha convertido en una prioridad igual de importante. Y ya no hay excusa, pues el porfolio de productos sostenible­s es generoso: desde aquellos que han eliminado de su formulació­n los filtros hidrosolub­les hasta los que prescinden de siliconas (poco biodegrada­bles), los que cuentan con envases reciclable­s, los que impulsan iniciativa­s para la regeneraci­ón de la vida acuática… Tú eliges qué ponerte.

 ??  ?? 1. A base de algas y propóleo, Bee Sun Safe Hydra Fresh Face Gel-Cream de APIVITA (17,50 €). 2. Fórmula 97 % biodegrada­ble y con un envase de plástico 100 % reciclado, Waterlover Sun Milk de BIOTHERM (35 €). 3. Libre de siliconas no biodegrada­bles, Yoghurt Sunscreen Face Cream-Gel de KORRES (21,15 €). 4. Con activos antioxidan­tes, Crème Solaire Toucher Sec de CLARINS (29,50 €). 5. Solar de bolsillo, Clear Suncare Stick de SHISEIDO (35,50 €). 6. Envasada en un tubo ecososteni­ble, Anthelios Leche Hidratante de LA ROCHEPOSAY (32,95 €). 7. De acción antienveje­cimiento, Age Repair Fusion Water de ISDIN (28,55 €). Sin oxibenzona ni octinoxato, Spray Solaire Lacté de CAUDALIE (26,90 €).
1. A base de algas y propóleo, Bee Sun Safe Hydra Fresh Face Gel-Cream de APIVITA (17,50 €). 2. Fórmula 97 % biodegrada­ble y con un envase de plástico 100 % reciclado, Waterlover Sun Milk de BIOTHERM (35 €). 3. Libre de siliconas no biodegrada­bles, Yoghurt Sunscreen Face Cream-Gel de KORRES (21,15 €). 4. Con activos antioxidan­tes, Crème Solaire Toucher Sec de CLARINS (29,50 €). 5. Solar de bolsillo, Clear Suncare Stick de SHISEIDO (35,50 €). 6. Envasada en un tubo ecososteni­ble, Anthelios Leche Hidratante de LA ROCHEPOSAY (32,95 €). 7. De acción antienveje­cimiento, Age Repair Fusion Water de ISDIN (28,55 €). Sin oxibenzona ni octinoxato, Spray Solaire Lacté de CAUDALIE (26,90 €).

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain