Harper's Bazaar (Spain)

ENCONTRAR TESOROS SUBMARINOS

EL MAR ALBERGA VALIOSOS ACTIVOS, QUE SALEN A LA SUPERFICIE PARA TRASLADAR TODAS SUS PROPIEDADE­S A LA COSMÉTICA DE ÚLTIMA GENERACIÓN.

- Por Virginia Lombraña de los Ríos

Cada segundo se vierten 200 kilos de plástico al mar, cuyo lecho acumula ya 14 millones de toneladas, según un estudio de la agencia de investigac­ión científica gubernamen­tal australian­a (CSIRO).Y, sin embargo, todavía podemos encontrar en su fondo y sus aguas –cada vez menos cristalina­s– preciados tesoros para retrasar el envejecimi­ento. Gracias a la biotecnolo­gía, hoy hay un creciente interés por desarrolla­r innovadore­s activos –the new hero ingredient­s– y por descubrir componente­s botánicos cada vez más poderosos –como el CBD–, pero también emerge una tendencia oceanic beauty. Y es que la flora marina cuenta con unas propiedade­s prodigiosa­s, lo que explica que se haya convertido en el objeto de investigac­ión de los laboratori­os más punteros. Esta cosmética bucea en el fondo marino para crear formulacio­nes sumamente eficaces, como apunta Paola Gugliotta, fundadora de Sepai y APoEM, máster en Dermocosmé­tica y posgrado en Genética e Inmunologí­a por Harvard. «Los micronutri­entes presentes en este ecosistema son importantí­simos, sobre todo los del plancton y las algas. Pero no solo eso. La principal ventaja de utilizar una mínima parte de activos procedente­s del mar es que resulta infinitame­nte más sostenible que realizar la extracción de un recurso cultivado en la tierra», señala. El mar es fuente de vida, de bienestar, de relajación y de belleza. Tal y como afirma Paz Torralba, directora de The Beauty Concept, «el mundo vegetal marino tiene una gran cantidad de principios beneficios­os para nuestro organismo y nuestra piel. Existen aproximada­mente 25.000 especies y solo se utilizan alrededor de 20, así que queda mucho por descubrir». Sus múltiples efectos van desde la depuración a la tonificaci­ón, pasando por la hidratació­n o la acción drenante. En tierra firme se están estudiando, con fines cosméticos, los mecanismos de algunos de esos seres vivos oceánicos por su poder para regenerars­e, su capacidad de retención hídrica, su resistenci­a en condicione­s poco favorables o sus propiedade­s para mejorar la cohesión celular. «Estos activos son ‘programado­s’ en los laboratori­os para actuar en la raíz del problema, aportando a la piel todo lo necesario para que recupere su belleza y plenitud.Y es que una de las tendencias en innovación biotecnoló­gica aplicada a la cosmética son las nuevas biomolécul­as. El proceso se lleva a cabo mediante la identifica­ción, extracción y fabricació­n de principios derivados de productos naturales de fuentes convencion­ales y menos conocidas, como microorgan­ismos, algas, etc.», indican desde Stanpa (Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética). La farmacéuti­ca Meritxell Martí saca a la superficie todas las propiedade­s dermatológ­icas y terapéutic­as de estas sustancias: «Las sales marinas contienen un 3,5 % de sulfato de magnesio y producen una acción relajante, minimizan las migrañas, neutraliza­n el olor corporal y mejoran el funcionami­ento del sistema muscular y nervioso, ayudando así a regular los electrolit­os de nuestro cuerpo. Las algas son ricas en micronutri­entes como yodo, polifenole­s y polisacári­dos con alta acción antioxidan­te y captadores de radicales libres.Y contienen proteínas, ácidos grasos, vitaminas y otros metabolito­s. Por su parte, los lodos y barros marinos se usan para hidratar la piel, detoxifica­rla y calmarla, pues mejoran la irritación gracias a los mucílagos que contienen». Incluso el colágeno, que hasta ahora se extraía de las partes gelatinosa­s del pescado, está obteniéndo­se de las algas, aunque según precisa Martí, para ser igual de eficaz es necesario añadirle un aminoácido, como la hidroxipro­lina. Estas son las verdaderas criaturas marinas, una reserva inagotable para ser explorada por la industria beauty, que solo ha empezado a sacar a flote algunos de sus superpoder­es.

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 ??  ?? 1. Gel marino desmaquill­ante que contiene la microalga Tetraselmi­s para oxigenar la piel, Pure Algue de YVES ROCHER (8,95 €). 2. Fórmula regenerado­ra a base de extracto de Fucus Vesiculosu­s, Seaweed Night Cream de MARIO BADESCU (25 €, en Sephora). 3. Jabón exfoliante y suavizante con una combinació­n de algas y sales marinas, Sea Vegetable de LUSH (5,50 €). 4. Hidratante cuyo principal ingredient­e es el alga kelp, Blue Heart de LA MER (305 €). 5. Con alga negra, que contribuye a retener el agua de las células de la dermis, Le Soin Noir Lotion Essence de GIVENCHY (119 €). 6. Caviar para combatir la pérdida de firmeza, Skin Caviar Luxe Eye Cream de LA PRAIRIE (324 €). 7. Repara la piel gracias a sus activos bioferment­ados, Life Plankton de BIOTHERM (93 €).
1. Gel marino desmaquill­ante que contiene la microalga Tetraselmi­s para oxigenar la piel, Pure Algue de YVES ROCHER (8,95 €). 2. Fórmula regenerado­ra a base de extracto de Fucus Vesiculosu­s, Seaweed Night Cream de MARIO BADESCU (25 €, en Sephora). 3. Jabón exfoliante y suavizante con una combinació­n de algas y sales marinas, Sea Vegetable de LUSH (5,50 €). 4. Hidratante cuyo principal ingredient­e es el alga kelp, Blue Heart de LA MER (305 €). 5. Con alga negra, que contribuye a retener el agua de las células de la dermis, Le Soin Noir Lotion Essence de GIVENCHY (119 €). 6. Caviar para combatir la pérdida de firmeza, Skin Caviar Luxe Eye Cream de LA PRAIRIE (324 €). 7. Repara la piel gracias a sus activos bioferment­ados, Life Plankton de BIOTHERM (93 €).
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