De isla en isla
SENTARSE ANTE EL EMBARCADERO DE ES CALÓ DE SANT AGUSTÍ EN FORMENTERA, RECORRER EL ARTE MALLORQUÍN DE DEIÀ O PASAR AL OTRO HEMISFERIO PARA REENCONTRARTE CON LA POLINESIA FRANCESA. ¿QUIÉN DIJO SUEÑOS?
Pa ra í s o b a le a r
Dicen que la vida en las laderas mediterráneas debe vivirse con calma. Y eso en Baleares es un mantra. Desde Belmond, la residencia, en Deià (Mallorca), es una realidad. Un oasis artístico privado de belleza rústica en la sierra de Tramontana donde deambular entre antiguos olivares y árboles cítricos. La belleza de sus vistas al Mediterráneo ha sido captada durante siglos por numerosos pintores locales, cuyas obras (más de 750) nos aguardan en este rincón del paraíso
(belmond.com). Y a solo un paseo en velero, Formentera. Otra de los diosas baleares que esconde pueblos tan mágicos como Es Caló de Sant Agustí, un entorno de inigualable belleza que recoge toda la esencia de la isla en un pequeño refugio de pescadores.