Harper's Bazaar (Spain)

UN NUEVO RITMO

- Por Alberto Pinteño

TRAS UNOS AÑOS COMPLICADO­S, SARA CARBONERO VUELVE A LA CALMA, A LA SERENIDAD Y A TOMAR LAS RIENDAS DE SU VIDA. LOS PINCELES DEL ARTISTA GADITANO ADRIÁN TORRES REFLEJAN EN SUS OBRAS EL ESTADO MÁS ÍNTIMO DE LA PERIODISTA, A LA QUE LA MÚSICA LE SALVÓ LA VIDA. SÍ, COMO LEE. ESTE NO ES SINO EL RELATO MÁS HONDO Y PERSONAL DE UNA NUEVA EXISTENCIA.

Esta mañana el sol ha querido esconderse en Conil de la Frontera (Cádiz) y los cúmulos lo han nublado todo. Algo inusual, en pleno verano, en este rincón de Andalucía. Pero como casi en un caprichoso juego de casualidad­es, cuando ella llega, comienzan a distinguir­se los primeros rayos de sol. Es como si se pasara de la sombra a la luz, de la timidez al atrevimien­to, del miedo a la valentía… Y ese mismo antagonism­o lo lleva marcado en su propio cuerpo, tatuado casi a fuego. A la altura de las costillas, Sara se grabó hace ya tiempo la palabra Saudade, «aquello que queda de aquello que no quedó», melancolía, bohemia, romanticis­mo…Vivía entonces en la decadente Oporto, pero sabía que miraría adelante con ilusión, lo mejor siempre está por llegar. Y llegó la luz, la esperanza, la vuelta a la vida… Volvió a tatuarse, esta vez en el antebrazo: Impermanen­te.

HARPER’S BAZAAR: ¿Por qué ‘impermanen­te’? SARA CARBONERO: Porque todo en la vida es impermanen­cia, nada de lo que hoy gozas está asegurado para mañana.Tener esa conscienci­a hace que puedas disfrutar más el momento en el que estás… Los momentos difíciles son parte de la impermanen­cia, no van a estar ahí para siempre. Es un término budista, sé que no está en la RAE, pero quería tatuármelo para recordar eso. Cuando aceptas y asumes que todo está de paso, se vive más tranquilo, te llega la calma. La connotació­n no es negativa, claro que hay cosas que yo considero eternas, me refiero más a disfrutar el momento presente, sobre todo cuando tenemos tragos duros, que todos tenemos, y más en esta época que estamos rodeados de tragedias e historias terribles, pues todo pasa… Las pérdidas son para siempre. Pero el tiempo todo lo cura.

H.B.: ¿Le ha costado llegar a aceptarlo?

S.C.: Sí, me ha costado algo de sufrimient­o, lo he aprendido con experienci­as menos agradables y en una etapa en la que me propuse buscar un poquito más adentro, de crecimient­o personal, meditación, estar conmigo misma…

H.B.: ¿Quizá la pandemia también vino en uno de sus momentos más bajos?

S.C.: La primera parte del confinamie­nto la viví en Oporto, sufría mucho por mi gente en España, pero afortunada­mente en principio en Portugal estaba la cosa tranquila, paseaba por la playa, había colegio… Tampoco imaginaba la dimensión que iba a tener. Pero yo estaba fuerte porque a mí la patada en el culo ya me la habían dado antes, por lo que estaba con la aceptación, la paz, había aprendido que no se puede controlar nada, por más que queramos pasarnos la vida controland­o todo. Había hecho un trabajo de que la vida de un día para otro te cambia, hoy estás aquí, mañana no, y en ese sentido lo llevé mejor.

H.B.: ¿Podríamos decir que ha habido un antes y un después en su vida desde mayo de 2019?

S.C.: Sí, no quiero profundiza­r mucho en los temas de salud, son muy privados, muy íntimos, pero, por supuesto, te das cuenta de que hay cosas que le tocan a todo el mundo por igual, indistinta­mente. No piensas que tan joven te puede ocurrir algo así, simplement­e te da un aviso, en mi caso un susto con remedio, que hay gente que no lo tiene. Me encanta esta frase: «No sabes lo fuerte que eres hasta que ser fuerte es la única opción». Y es verdad, no sabes de dónde sale la fuerza, fueron momentos muy difíciles, pero siempre pensé que me iba a poner bien.Te enfadas y te preocupas por tonterías, y dices, no, no, que la vida es otra cosa. Relativiza­s, ordenas un poco. A ver, nunca te voy a decir que me guste que eso haya pasado, lógicament­e no, pero me volví hipersensi­ble, todo lo disfruto mucho más e hice un crecimient­o personal bastante importante.

H.B.: ¿Cómo se vive esto estando expuesta públicamen­te?

S.C.: Las dificultad­es son dificultad­es, lo de menos es ser un personaje público. Claro que en algún momento de mi vida pienso que me merecería llevarlo con absoluta intimidad; hay momentos en la vida de una persona que ya son bastante complicado­s como para que ya ni tu imagen ni la gestión de ella te pertenezca. Pero insisto, eso no es grave. Eso forma parte de mi vida y lo llevo muy bien, salvo cuando se meten en temas muy, muy personales. Lo mismo me ocurrió con la separación, lo llevé con mucha naturalida­d. Las noticias pasan rápido, mañana ya se habla de otra cosa, qué más da, lo importante es el proceso personal que estás viviendo. Estoy totalmente convencida de que las emociones tienen que ver con lo físico, entonces hay que cuidar mucho tu calma, tu paz interior…, y es el trabajo que he hecho. Hago un ejercicio muy grande de no mirar nada, y la gente que me quiere sabe que no me puede decir nada. Para protegerme a mí misma, no estoy pendiente de lo que se publica.

H.B.: ¿Qué es para usted la libertad?

S.C.: Lo es todo. Es lo más importante que tenemos los seres humanos.Yo la tengo, sí, pero es verdad que cuando te roban esos momentos piensas que no la tienes. Para mí es fundamenta­l, lo que te hace crecer, a lo que todos deberíamos aspirar. Sentirte con las riendas de tu vida, que es como yo ahora me siento, coger un poco el timón, tomar ➤

“SIENTO QUE HETOMADO LAS RIENDAS. ESCOMPLICA­DO, PEROAHORAY­O SOYLADUEÑA DEMIVIDAY VOYAHACER POR ESTAR BIEN. YTODO ESTARÁ BIEN”

tus propias decisiones. A veces es complicado, pero ahora yo soy la dueña de mi vida y voy a hacer por estar bien. Y todo estará bien.

Y hoy todo parece que marcha bien. El sol ya se refleja en los cristales del estudio del pintor conileño Adrián Torres, donde nos encontramo­s. Hace unos meses, Sara Carbonero conoció el trabajo del reconocido pintor, que ya había retratado a personajes de la talla de Alejandro Sanz, Rosalía o Vanesa Martín.Adrián, tímido, luchador y solidario, empezó a despuntar desde muy pequeño en la pintura.Tras estudiar Bellas Artes en Sevilla se embarcó rumbo a Estados Unidos, donde continuó su formación en el estudio de Ron Tomlinson, en Fort Worth (Texas), durante dos años. Sus murales dieron la vuelta al mundo: Alemania, Francia, Rusia, Brasil, Malasia, Filipinas… «Después de pasar por una mala época en la que me encontraba perdido, decidí viajar a Bali y la India. Antes ya había colaborado con la Fundación Vicente Ferrer y pensé que me haría bien colaborar en el sentido más solidario.Así fundé Riding Colors, un proyecto que trata de llevar luz, color y alegría a los niños más necesitado­s en sus hogares de acogida, orfanatos, escuelas…». Hoy, el cometido es otro, ha decidido regalarle a Sara un poco de esa luz que él transmite a través de un retrato y un mural.

H.B.: De la de mayor pesadumbre a la tez más alegre.Adrián la ha retratado en este mural a través de cinco etapas de su vida. ¿Se ve reflejada, Sara?

S.C.: Completame­nte. En todas y cada una de las etapas. Adrián es un crack, no solo por cómo es, sino que ha hecho que me vea totalmente identifica­da. Él ha captado mi mirada, hay fotos en las que yo sé qué momento estaba atravesand­o, me encantan las recientes porque veo serenidad. En otras veo una época en la que estaba más perdida, o de muchos eventos y mucha exposición y estaba más apagada. Es genial ver la evolución. En el último retrato, que es una foto muy reciente, me siento tal cual, estoy así, en calma, y se nota muchísimo. Soy muy sobria y me sorprendió la gama de colores corales, salmones, rojos… y es justo lo que quiero ahora, luz en mi vida, energía, alegría… Parezco un poco introverti­da, soy intensa, muy intensa, y eso no va a cambiar. Pero yo ahora quiero mucha luz, me estoy rodeando de gente con mucha energía bonita, como Adrián. ¡Esa soy yo!

H.B.: Dice que es introverti­da, ¿quizá no conocemos a la verdadera Sara Carbonero?

S.C.: Es que siempre he diferencia­do. Comencé en la radio con 19 años, en la misma emisora precisamen­te en la que estoy ahora. Luego empecé mi relación y fue todo muy mediático, pero nunca he querido que se me conozca mucho porque quiero mantener ese coto pequeño de privacidad y misterio. Ahora vivo los momentos con mucha intensidad, he aprendido a hacerle caso a las señales de mi cuerpo, a la gente que te aporta y ver a los que no, cuando te quitan un poquito la energía, cuando te suma… Pero no estoy preocupada en absoluto por la imagen que proyecto, no me obsesiona.Ya no, he tenido épocas, cuando empiezas en esto, con el boom y de repente todo el mundo habla. Entonces sientes que tu imagen ya no te pertenece, y se distorsion­a todo y es ➤

“HE APRENDIDO QUE NO SE PUEDE CONTROLAR NADA, POR MÁS QUE QUERAMOS PASAR NOS LA VIDA CONTROLAND­O TODO. LA VIDA DE UN DÍA PARA OTRO TE CAMBIA, HOY ESTÁS AQUÍ, MAÑANA NO”

un proceso asimilar todo eso. Una vez lo entiendes, adelante. Aprendí mucho de un libro que se llama Los cuatro acuerdos, y uno de ellos es que no te tienes que tomar las cosas como algo personal, y es muy importante porque me creía un poco el ombligo del mundo, que todo giraba en torno a mí, ¡y qué va! Cada uno tiene sus problemas y preocupaci­ones.Al final te das cuenta de que es un business. Yo lo que quiero es que lleguen cosas bonitas a las redes sociales o con este reportaje. Con todo lo que me ha pasado sé que hay muchas mujeres que se sienten muy reconforta­das simplement­e por verme ‘aceptativa’, que intentas cuidar tu imagen un poco, y quiero que eso llegue a la gente. Lo que piensen los demás de mí he aprendido que no es problema mío, es problema de los demás.

H.B.: ¿Suele pensar a menudo sobre lo que le ocurre y lo que siente?

S.C.: Soy sentipensa­nte, que me encanta la palabra y me la quería tatuar. Aunque ahora hago mucha meditación y mucho yoga precisamen­te para no pensar, para dejar la mente a ratitos en blanco… Lo que siento ya no lo pienso, últimament­e me estoy dejando llevar y me hace gracia lo del flow, lo de que fluya… Sí, sí, pero yo soy organizada, vamos a dejar fluir, pero dime cuándo y dónde para que yo lo sepa.Ahora mismo voy por impulsos, feelings, he aprendido a decir no a muchas cosas… Eso sí, tengo un coco que a veces es mi peor enemigo.

H.B.: ¿En algún momento ha pensado ‘por qué a mí’?

S.C.: No, que va.Y ¿por qué no a mí?Y ¿por qué a los niños?, y ¿por qué ocurren tantas desgracias? Nunca he buscado la explicació­n ni pienso cosas raras, es aceptación más que otra cosa. Es un pensamient­o muy tortuoso.

H.B.: ¿Qué es lo que más le ha costado sobrelleva­r en los últimos meses?

S.C.: Es que estoy muy bien últimament­e. Pero es verdad que a veces tenemos mucho miedo al cambio, a la incertidum­bre, a la logística nueva… Lo que peor he llevado es el sufrimient­o, no mío, sino el de lo que más quiero en el mundo, mi familia; el miedo… Tenía ganas de que todo se colocara y marchara bien, que es como está marchando. Lo positivo ha sido eso, que todo sigue, todo va bien, con proyectos profesiona­les maravillos­os.

H.B.: Proyectos, como su programa de música en Radio Marca, ¿podríamos decir que la música le ha salvado la vida?

S.C.: Es bucólico, pero sí, desde que tengo uso de razón. En mi casa hemos recibido siempre mucha cultura musical, se oía música a todas horas por mis padres, he ido a muchos conciertos desde niña… Era mi pasión, acabé en periodismo deportivo porque había una beca y quería hacer prácticas, y me gustó, pero soy una melómana empedernid­a. En esta última etapa, más que salvar, me ha dado toda la fuerza.Voy a seguir en Que siga el baile, una sección dentro del programa; ahora tendré programa propio, una hora y media de entrevista­s a gente consagrada y a nuevos descubrimi­entos; acabo de grabar un videoclip con Tu Otra Bonita yValeria Castro, y me gusta hacer de nexo entre lo menos conocido y hacer de altavoz.

H.B.: ¿Cuál sería la BSO de su vida?

S.C.: Díficil resumir, pero se oye de fondo Eric Clapton, Dire Straits, Michael Jackson, Stevie Wonder, Simon & Garfunkel, Elton John,The Beatles… Tuve una época muy gamberra y divertida con la música de los 80 de El Penta, Malasaña, Antonio Vega (casi todas sus canciones son muy importante­s en mi vida).

H.B.: ¿Cuál es el estado de ánimo que menos le gusta?

S.C.: No puedo vivir en conflicto, ira, mal rollo, odio… Ahora es lo que evito todo el rato.

H.B.: ¿Hay algunas situacione­s en las que estaría dispuesta a mentir?

S.C.: Creo que no, no sé… Yo llevo fatal la mentira, de las peores cosas que llevo en la vida, y lo sabe la gente que me rodea. Aunque sea una mentira pequeña, aunque a veces creo que tampoco debe de haber un exceso de sinceridad, ahora que mucha gente dice que ‘es transparen­te’, muy bien, pero si no te he pedido opinión… Lo que vayas a decir tiene que mejorar el silencio. Creo mucho en la confianza y si se pierde, se pierde todo. Es importantí­sima la honestidad, la responsabi­lidad afectiva, ahora que hay tantos vínculos que se crean por redes sociales, ahora que la gente se pira y desaparece… Creo que hay que cuidar mucho eso, el ghosting. Tú tienes una responsabi­lidad afectiva con la gente con la que compartes aunque sea un breve espacio de tiempo, a esa persona la puedes marcar, hay que ser honesto, no hay que mentir…

H.B.: ¿Quién le marca ahora?

S.C.: (risas) Bueno, el amor por muchas cosas, por mi familia, mis hijos, mis amigos… No me vas a sacar de ahí. Pero sí, estoy feliz, estoy conociendo a muchísima gente, estoy en un buen momento, estoy disfrutand­o. Ha sido un verano atípico, me he intentado llenar de lo bueno y de personas que me hacen sentir bien. La música es muy importante, he disfrutado muchísimo con música en directo, me vuelvo loca con un concierto… Pero todo es un proceso. Calma, calma, calma.

H.B.: ¿Es una persona abierta a los cambios?

S.C.: A la vista está, he vivido en no sé cuántos sitios, he dado muchas vueltas. Los cambios no me asustan, es más por los peques, por lo que les implican a ellos. No me asusta nada, ahora tengo una situación que tenemos que estar todos en armonía y Madrid también es una ciudad a la que tenía ganas de volver, la considero mi casa. Ahora tenemos por delante con mi hermana de otra madre, Isabel Jiménez, Slowlove, que lo hemos vendido aTendam Cortefiel y nos espera una aventura apasionant­e con las nuevas campañas, viajes…Y quiero dedicarme mucho a mí. Q

“ADRIÁNHA CAPTADOMI MIRADAYHA REFLEJADO TODASMIS ETAPAS.AHORA QUIEROMUCH­A LUZENMIVID­A YMERODEODE GENTE BONITA”

 ??  ?? Adrián lleva camiseta de algodón de American Vintage y pantalón vaquero de Levi’s. Sara posa con vestido de seda satinada de Fendi.
Adrián lleva camiseta de algodón de American Vintage y pantalón vaquero de Levi’s. Sara posa con vestido de seda satinada de Fendi.
 ?? Fotografía de FÉLIX VALIENTE Estilismo de BEATRIZ MACHADO ??
Fotografía de FÉLIX VALIENTE Estilismo de BEATRIZ MACHADO
 ??  ?? Adrián mira a cámara con camisa de lino de Mango y pantalón vaquero de Levi’s. A su lado, Sara luce vestido de seda estampada de Cortana, pantalón vaquero de Maria Vittoria Paolillo y sandalias de piel de Birkenstoc­k.
Adrián mira a cámara con camisa de lino de Mango y pantalón vaquero de Levi’s. A su lado, Sara luce vestido de seda estampada de Cortana, pantalón vaquero de Maria Vittoria Paolillo y sandalias de piel de Birkenstoc­k.
 ??  ?? Camisa de lino de Zara Home y pantalón vaquero de Maria Vittoria Paolillo.
Camisa de lino de Zara Home y pantalón vaquero de Maria Vittoria Paolillo.
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 ??  ?? La periodista posa en el estudio de su amigo Adrián con vestido de seda con cuello halter de Cortana. En la otra página, un retrato de los dos.
La periodista posa en el estudio de su amigo Adrián con vestido de seda con cuello halter de Cortana. En la otra página, un retrato de los dos.
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 ??  ?? Arriba y abajo, a la izda., Adrián con camisa de algodón de American Vintage y pantalón vaquero de Levi’s. Arriba, a la dcha., Adrián perfila a Sara y ambos llevan camisa y camiseta, ambas de algodón y de American Vintage.
Arriba y abajo, a la izda., Adrián con camisa de algodón de American Vintage y pantalón vaquero de Levi’s. Arriba, a la dcha., Adrián perfila a Sara y ambos llevan camisa y camiseta, ambas de algodón y de American Vintage.

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