Genio y libertad:
ACTOR, DIRECTOR, ESCRITOR, ACADÉMICO… EN EL CENTENARIO DEL NACIMIENTO DEL GENIAL FERNÁN GÓMEZ, SU NIETA LO RECUERDA EN UNA PELÍCULA.
la película que celebra el centenario de Fernando Fernán Gómez.
Durante mucho tiempo, Helena de Llanos no decía que era nieta de Fernando Fernán Gómez. «De niña me daba pudor, me parecía demasiado importante. Supongo que entonces había algo con la esfera pública que yo no manejaba bien –asegura–. Sin embargo, en la esfera privada, nuestra relación era muy especial. Nuestro vínculo iba más allá de las palabras: tenía que ver con el olor, con el tacto de su piel… con los afectos. Y también con lo lúdico, porque Fernando era muy divertido, muy cariñoso, te contaba historias, te hacía jugar e imaginar». Helena aprendió de él que ser una persona valorada y respetada tiene mucho que ver con ser honesta. Por supuesto, reconoce el inagotable talento de su abuelo quien, por cierto, nunca llegó a creérselo: «Fernando tenía los pies en la tierra, era muy inteligente. Así que, como él mismo decía, el éxito era solo una sensación. Él lo vivía sabiendo que a veces triunfas y otras no, que sus oficios eran públicos y notorios, pero que él era un trabajador». Han 0pasado ya 14 años desde que nos dejó Fernán Gómez; cinco desde que se fuera Emma Cohen, su compañera de vida. Sin embargo, De Llanos sigue manteniendo un diálogo imaginario con ambos que ahora comparte en Viaje a alguna parte, una originalísima película difícil de etiquetar. Llena de sensaciones y de complicidad, esta es una historia de amor entre Fernán Gómez, Emma Cohen y ella misma, un triángulo emocional que permanece, aunque ellos hayan desaparecido. «Este triángulo imaginario es posible gracias a Emma. De hecho, yo empecé a trabajar en el documental cuando aún vivía. Al morir, sentí la necesidad de incorporarla a la película como guía, como compañera que me iba abriendo caminos, como también fue guía y compañera de mi abuelo». Helena vive en la que fuera la casa de la pareja, en la sierra de Madrid. Una casa con tanta vida como los seres humanos que la habitaron y que se convierte en protagonista de su película. «Es un espacio en el que ellos, sin estar presentes, de algún modo, siguen». En ella pasa las horas descubriendo todos los materiales que Fernán Gómez y Cohen dejaron en cajones, archivos y cuadernos, para darles el espacio y la difusión que merecen: «¿Que si siento responsabilidad por mantener y mostrar su legado? Cuando la siento, pienso en algo que me dijo Emma:“Haz lo que tú quieras”. A veces me abruma un poco la cantidad de material, pero no el hecho de ser quienes fueron. Intento disfrutar con cada cosa que encuentro y, aunque sea una pequeña nota de Fernando, me llena de alegría y me gusta imaginar que la ha dejado para mí».