Israel FERNÁNDEZ

De pequeño su padre lo llamaba a las cuatro de la madrugada para que bajase a cantar con sus amigos. Ese juego es hoy su vida entera. De él dicen que ha tomado el testigo de Camarón «porque cuando falta algo, lo buscan en otra persona, como en el amor. Aunque Camarón es infinito en su legado, sigue aquí: la música no muere nunca. Pero yo jamás me he creído eso que me dicen», cuenta este cantaor que lo que sí es, desde luego, es la gran revolución del cante en un momento en el que la gente joven parece volver a interesarse por este género. Su último disco, Amor, lo escribió entre notas del móvil y cuadernos, basándose en sus vivencias personales, pero sin perder su gran respeto por el flamenco: «Tengo 30 años y he escuchado cante como si tuviese 80. Llevo haciéndolo toda mi vida, porque es lo que me alimenta el alma». Tras el éxito de La Inocencia, ya está disponible el vinilo 7” que llevará una bambera o ‘cante de columpio’, pieza que cuenta con la colaboración de uno de los grandes músicos de este país: Diego Amador.