AL SON DE LA MÚSICA
FitBoxing
Las canciones cañeras son las preferidas en las disciplinas más exigentes. En Brooklyn Fitboxing han equipado sus sacos con sensores que miden si se ha golpeado según el ritmo, para trabajar, además de la fuerza, la coordinación. «Ponemos temas de rock y electrónica compuestos a 134 BPM, lo que provoca un movimiento más rápido e intenso, muy importante en entrenamientos de golpeo», aclara Cristina Pujol, responsable de comunicación.
Body Balance
Se trata de un programa inspirado en el yoga, taichi y pilates, que mejora la flexibilidad y la fuerza. «Las clases se hacen con música relajante, que es la que va guiando los estiramientos y también las posturas de tonificación que requieren trabajo, ya que se adaptan al ritmo», apunta Júlia Ndocky Ribas, preparadora física de Metropolitan.
Ciclo Indoor
Esta actividad está diseñada para tonificar el tren inferior. «La música se usa para marcar el ritmo del pedal, ya que dependiendo del beat puedes estar en medio de una carrera con poca resistencia o subiendo una montaña», señala Sara Álvarez, fundadora de Reto 48.
Zumba
El baile es un ejercicio cardiovascular excelente. No necesitas nada más que tu cuerpo y buena música, una herramienta sin la que no se puede impartir esta clase. “Los pasos se adaptan a la sintonía, que permite crear una coreografía final”, explica Fer González, subdirectora de Arsenal Femenino.